10. El Primer Ataque

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CAPITULO X. EL PRIMER ATAQUE

Lo que venía era lo más complejo de su venganza. Sabía como hacerlo, pero un pequeño error podría arruinar todo. Tenía que ser muy preciso, sincronizado, y sin fugas porque lo más importante de todo, era quedar protegido en las sombras, para que nunca se supiese de su participación. Era como un juego con varios participantes, cada uno tenía un rol, un objetivo, y una vez finalizada la misión era menester que no fueran atrapados. Para todo eso se preparó él y a los demás. No quedaba mucho tiempo debía ser antes del regreso al colegio, y por eso desafiando a sus padres, se fue de su casa a la de su amiguita muggle, no pensaba cumplir ningún castigo.

Se reunía con cada uno de los ejecutantes por separado y en diferentes sitios. Ninguno sabia de la existencia de otros, si alguno caía, no lo podían relacionar con el resto. No les decía que quería que hicieran un trabajo, no les hablo de su venganza, solo los incitaba con palabras y ponía ideas en sus mentes, que los otros tomaban como propias y al final parecía que el chico, solo los ayudaba a refinarlas; era como si ellos se aprovecharan de él y sus conocimientos y no al contrario. Creían que actuaban por voluntad propia, cuando lo que hacían sin saberlo, era estar bajo las órdenes de Ronald Weasley.

Otra consideración importante era decidir el día exacto, porque todos los ataques se producirían en uno solo y las horas de ellos eran más o menos iguales, no debía haber más de una hora de diferencia, para evitar que alguno pudiera alertar a los otros. Dos se producirían casi simultáneamente, y los otros dos juntos con un compás de espera igual. Esta sincronía era la parte más difícil; si alguno perdía el control y se adelantaba o dejaba pasar la oportunidad, o querían ejecutar planes por su cuenta todo se iría al traste. Como era el quien proveía las informaciones, los convenció que el mejor momento seria el 20 de agosto, aseguraba que sus presas estarían vulnerables y él se encargaría de ser necesario, de poner carnadas para atraerlos a las trampas. Debían estar preparados a partir de las ocho de la noche, solo por si alguno se adelantaba en ir al sitio donde los esperarían, pero la hora aproximada era las nueve y media de la noche para unos y las diez y treinta para otros. Les advirtió que tenían que tener paciencia, él les informaría cuando sus objetivos se acercaban a ellos.

Esos días antes de los ataques eran de tensión para los ahora divididos que no sabían lo que se avecinaba. Pensaban que nada peor podía ocurrir. Hermione, Harry, Remus y Severus, mantenían la comunicación aunque discretamente. Era obvio que alguien los espiaba y no querían suministrar más material con que destruirlos. Los más duro era el aislamiento de Ginny. Estaba muy vigilada por su madre y cualquier intento de contactarla solo empeoraría la situación. Cinco días más tarde Hermione tuvo una idea que los ayudaría a todos. Utilizo un hechizo similar al de las monedas del ED, para que transmitieran mensajes pero privados, podían seleccionar el destinatario sin que lo que escribieran pudiera ser leído por los demás; Severus la ayudo a perfeccionarlas y probarlas, solo faltaba ver como se la hacían llegar a Ginny con las instrucciones. Afortunadamente contaban con aliados que pasaban desapercibidos, los gemelos.

A Fred y George les parecía desproporcionada la reacción de sus padres, habían sacado todo de quicio y hasta los no involucrados como Snape, habían sufrido las consecuencias. Iban a ver a Harry y los otros cuando podían, y accedieron felices a entregar la moneda a su hermana, la pobre estaba triste y también bastante furiosa, quería saber quién rayos estaba detrás de las fotos y la información dada a Rita; todos querían saber, pero hasta ahora no tenían ni una idea, ni pudieron averiguar nada. Fueron muy solidarios en especial con Lupin, quien se sentía fatal con todo; era el más decaído y decepcionado con la reacción de algunos.

- Oye Remus no te desanimes, ya reaccionaran y verán que hiciste los mejor

- Es cierto, nosotros hubiésemos hecho lo mismo si Ginny nos pide entrar en esa tienda, la conocemos bien, nunca hubiese desistido en la idea, y era mejor que no entraran solas. Todos excepto ellos pensamos igual

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora