27. Genus...

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XXVII. Genus Genitum Pario Obitus

El shock de la noticia duro en Hermione varios minutos, cuando pudo hablar y pedir más información se encontró con que nadie tenía respuestas; cuando Ronald termino de gritar lo de la maldición fue el momento en que Bill y Charlie lo agredieron y tras eso lo sacaron. El interrogatorio que estaban realizando incluía descubrir que fue lo que le hizo a la chica. Darle vueltas a lo mismo era inútil y al final la convencieron que subiera a descansar y tomara una poción para dormir.

Fue poco lo que los demás durmieron y pronto todos se alistaban para partir al Ministerio. Al llegar las noticias eran poco alentadoras, ya conocían cual era y en que consistía la maldición pero no el contra hechizo, ni siquiera sabían si este existía. A quien le dieron la información fue a Severus como prometido de la joven y él se lo transmitió a los demás.

En uno de los momentos en que Hermione perdió la consciencia mientras era golpeada, su ex lleno de rabia invoco magia oscura muy antigua para dejarla marcada e impedirle que fuera feliz el resto de su vida, la maldijo con el conjuro Genus Genitum Pario Obitus: Engendrar Nacimiento Parir Muerto. Este compleja invocación consiste en que la mujer sufre lo indecible para poder engendrar un hijo y de conseguirlo, el feto siempre muere en el útero de la madre en los primeros meses, y si acaso con magia lograran llevar el embarazo a término el resultado no sería diferente, al nacer el infante inmediatamente moriría. Era tan antiguo que no conocían algún remedio ni entendían de donde saco el mortifago que se lo dio a Ronald ese hechizo. Las respuestas a eso llegarían pronto en el juicio.

Hermione lloraba desesperada al enterarse en que consistía, su vida estaba ahora resumida en dolor puro y sin aparente forma de escape. Que tanto mal podría haber hecho ella para que ese ser quien una vez fue uno de sus mejores amigos se ensañara de tal manera. Él la agredió físicamente, casi la viola, causa la muerte de sus padres y encima la marca de por vida convirtiéndola prácticamente en una mujer seca por dentro, en un desierto yelmo incapaz de concebir y con eso le destruía parte de sueños.

Desde que estaba con Severus cuantas veces había soñado con que ellos tuvieran su propia familia, cuantas noches en sus brazos no había recreado en su mente como sería tener en su interior una pequeña vida resultante de su amor, un ser mezcla perfecta de ambos. Lo había imaginado blanco como su padre, con el cabello liso y negro de él pero con sus ojos almendrados y su pequeña nariz. Con su mezcla de ADN sería sin duda otro pequeño sabelotodo, tan inteligente como sus padres aunque esperaba que el carácter fuera un balance del de ambos. Y no solo un niño, también una niña a quien poder vestir como una muñequita y que estaba segura se convertiría en la princesa de su papi.

Esa fantasía que no sabía como comenzó y que no pudo evitar que arraigara en ella, era su más preciado secreto, el que absolutamente nadie sabía y resultaba que ahora tenerla era imposible. Nunca existirían los hijos de Severus, nunca podría demostrarle su amor de esa manera, ahora estaba muerta por dentro, muerta como mujer y así se sentía su corazón. Eso lo había pensado en un futuro no tan cercano pero ahora como todo ser humano tenía la necesidad de tener eso que no se puede de forma inmediata, ahora daría lo que fuera por quedar embarazada ese mismo día.

Severus por otro lado al enterarse se llenó de horror, como ese joven pudo convertirse en tal magnitud de monstruo para invocar semejante maldición, para quitarle a una mujer lo que en la mayoría era uno de sus principales sueños, convertirse en madre. Si bien él no se había planteado la posibilidad de tener hijos sabía que su novia en algún momento los querría y lo habría contemplado en sus planes de futuro, y ahora lo más probable es que nunca esos planes los llegaran a materializar. Puta vida injusta que se ensaña con aquellos que dan tanto de si para otros y no para sí mismos. Ahora solo restaba averiguar si existía una solución y entre tanto darle el apoyo a su novia que necesitara, él no se rendiría, no se resignaría porque si no existía la cura él la inventaría aunque tuviera que dar su vida para ello.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora