24. Día Cero

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XXIV. DÍA CERO

A fin de evitar que los estudiantes implicados perdieran clases se acordó que el juicio comenzaría el día viernes, comenzando primero con el secuestro y tortura a Remus Lupin. Tal como lo había decidido el ministerio en el momento en que Ronald tuviera que testificar por los cargos imputados lo haría bajo veritaserum. Los responsables de la agresión también se encontraban allí ya que se juzgaría a todos de una sola vez.

Comenzaron con el testimonio de Lupin de todo lo acontecido esa noche desde antes de partir de Grimmauld Place, hasta su llegada a la residencia Weasley donde fue auxiliado y luego trasladado a San Mungo. Fue un horror para Ginny escuchar lo que le hicieron a su novio de forma detallada, pues a pesar del dichoso pacto de sinceridad él nunca se lo conto. Ella casi podía sentir la agonía de él ese día; quemado, golpeado, torturado, amenazado, marcado y abandonado a su suerte era el resumen de su vivencia. Mostro ante el tribunal el tatuaje gravado a fuego en su piel, conto que al llegar a la Madriguera se encontró con que la hija menor de los Weasley estaba desaparecida lo que confirmaba sus sospechas de que alguien más estaba en problemas y que allí le avisaron de las amenazas en contra de Hermione Granger y de que otros habían ido en su búsqueda en un intento de protegerla; que encontraron a la joven seriamente lastimada y todos partieron rumbo al hospital. Solo después de ingresado en San Mungo supo la suerte de los demás.

Se realizó un receso de treinta minutos para continuar con los dos licántropos. Fueron interrogados a continuación y confirmaron cada una de las palabras de Lupin. A las preguntas del porque y como lograron capturarlo, sus respuestas fueron claras y precisas. En un bar de Londres un mago oscuro con el que tenían trato les hablo de que un joven muy cercano al trio dorado que les guardaba resentimiento a dos de sus integrantes y le daba información valiosa de ellos y la orden. Se mostraron interesados y acordaron una reunión; llegado el día se juntaron en otro bar y allí conocieron a Ronald Weasley, una gran sorpresa pues nunca imaginaron que el niñito fuera un traidor. Los lobos estaban interesados especialmente por un integrante de la orden y para su suerte el muchacho les tenía mucha información. Su interés partía de saber que ese hombre estuvo infiltrado entre los de su clase para pasar información a quienes combatían al Lord Oscuro e incluso trato de reclutar a varios. No era del agrado de muchos por su posición privilegiada comparativamente con el resto de sus congéneres.

Él siempre decía que el lobo era un idiota que con sus poses de hombre recto y honorable se ganó a su familia y amigos, e inspiraba lastima por su condición de licántropo de la cual siempre renegaba; empezaron a reunirse solos sin más testigos y pronto el chico entro en confianza haciendo comentarios de que Lupin merecía una escarmiento y fue alentándolos a tomar represalias; cuando le manifestaron sus intenciones de hacerlo este muy servicial se ofreció a ayudarlos. Fue quien determino el día y la hora para la captura, quien los llevo a su residencia antes para que estudiaran la zona y les dio la advertencia que solo no lo mataran para evitar la persecución en pleno de la orden.

Era muy meticuloso en los detalles y estaban convencidos aunque nunca preguntaron, que a su amigo el mago también le daba información para que actuara en contra de los demás. Aunque creyera que los manipulaba, no era cierto y ellos simplemente le seguían el juego. Su motivación personal al querer lastimar a quien supuestamente era un amigo la desconocían, no parecía suficiente lo que decía de su ego o el aire de tonto disfrazado que supuestamente mostraba, pero siempre les quedo claro que la falta de protagonismo le afectaba y no le era suficiente la que tenía ahora pues continuaban opacándolo Harry Potter y su ex novia Hermione Granger quien era a la que odiaba más de entre todos.

Ella según sus palabras era la causante de que hasta su familia le diera la espalda para favorecerla, era una buscona con apariencia de santa y se cubría con su condición de heroína para enmascarar sus cochinadas. Si a otros les guardaba rencor a ella simplemente la detestaba y con cada palabra daba a entender que su mayor deseo era verla agonizante prisionera del más intenso dolor. También expresaba resentimiento por su familia al sentir que debía superar o mínimo igualar a sus hermanos en todos los aspectos de su vida lo que no le parecía justo.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora