49. Aire

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IL. AIRE

Severus le pidió a Harry, Draco y Remus que durante el viaje en los días que no estaría vigilaran a Hermione por él. Solo el rubio sabia la importancia de la petición, pues si bien los otros conocían el estado de la chica, era él por lo involucrado el único al tanto de los entresijos de la afectación de su mujer. Hermione decidió desde el comienzo ocultar incluso a su mejor amiga, la parte más dura de los efectos secundarios de la maldición y la cura. No fue fácil, pero con Severus siempre cerca y Draco vigilante, pudo hacerlo. Fuera de ellos en el colegio solo lo sabían el director, su jefa de casa y la enfermera que debían saber como proceder en caso necesario; y todos se comprometieron a guardar el secreto.

Hubo días que pensó que le explotaría en la cara y se sabría, pero los síntomas previos los identifico pronto, y en cuanto sentía lo mas mínimo corría con Severus o le hacia una señal a Draco que con cualquier excusa la sacaba llevándola lejos y aparte. Se negaba a compartir su agonía con otros y por fortuna siempre se pudo atajar la situación sin que pasara a mayores. Quizás por todo eso, es que se confió en que no sería nada cuando los indicios previos se mostraron, y en vez de buscar a Draco se quedó en la cama esperando que pasaran. Grave error y por ello su secreto guardado celosamente salió a la luz.

Draco desde el día uno en la Villa hizo recorridos en la madrugada para comprobar a sus invitados y tener un ojo en la Leona. Esa costumbre de noctambulo le dio información de las actividades de otros y entretenimiento por ratos. En varias ocasiones se topó con alguno que iba a la cocina o con Hermione que se desvelaba. Lo último lo tenía en alerta, el poco descanso era contraproducente y un síntoma, como los dolores de cabeza que ella creyó le ocultaba. A pesar de todo por como la veía en el día se confió, y era más por rutina que preocupación que se acercó a la habitación esa noche. Mas no era el único, otro pensaba hacer la misma inspección.

- ¿Sin sueño Harry?

- No la verdad, pero Hermione se pone rara en las noches y quise ver si hoy también esta despierta

- Los vi conversando el otro día en la terraza

- ¿También tienes problemas para dormir?, no te note por allí

- Se esconderme en las sombras, y no es que no pueda conciliar el sueño, me levanto para verificar todo y a ella. Tampoco me gustan esas desveladas

- Por qué presiento que esa preocupación es por algo más que el pedido de Severus –y no era pregunta-

- No puedo responder a eso. Solo es algo que se debe hacer –siguió por el pasillo acercándose a la habitación-

- Seria de mejor ayuda si supiera –no le gustaba el tono del chico-

- Ayudas lo suficiente creeme –se detuvo un momento para decírselo e intento seguir pero Harry lo tomo del brazo obligándolo a parar por completo-

- ¿Qué está pasando Draco?

- No puedo decirte nada más y agradecería que no comentaras esto con nadie –no era la mejor respuesta pero si la única que tenía- ... mira, si quieres saber más habla con ella – se soltó y apresuro sus pasos, una urgencia salida de la nada le exigía a avanzar-

- ¿Por qué estás tan apurado y me das evasivas?

- Ya te dije que no te diré.... –iba a seguir replicando cuando un grito y quejidos lo pararon en seco- Mierda –corrió para abrir de golpe la puerta con un Harry asustado detrás-

En medio de la cama Hermione se retorcía y lloraba llamando a Severus, empapada de sudor. Draco sin perder tiempo fue hacia a ella tomándola en brazos.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora