El Cielo Tras el Infierno

34. Historias

XXXIV. HISTORIAS

Todos tenemos nuestras historias, algunas publicas otras secretas, algunas que se convierten en anécdotas de toda la vida y pasan a la siguiente generación, otras que son los esqueletos en los closets y que nadie comenta en voz alta. Muchas quedan relegadas con el correr del tiempo y hasta dejan de estar en la memoria, otras se gravan con fuego y aunque quisieras olvidarlas no puedes y se convierten en un karma que atormenta nuestra vida. Hay otras que por más fatídicas nos enseñan, nos instruyen, nos guían y hasta nos alientan; existen aquellas que nos sacan una sonrisa o estridentes carcajadas aun en la soledad y son suficientes para alegrarnos un día. En un mundo donde existe tanta luz como oscuridad, hay personas que las tienen todas, toda la gama, todas las posibles; unas afortunadas tienen más buenas que malas, otros poseen una balanza negativa; hay aquellos a quien los dioses, la fortuna, el cosmo, el karma o a quien se lo quieran atribuir, si echan la vista atrás jamás podrán contar alguna que entristece su corazón; y también los hay quienes solo han conocido los negros y grises, nada bueno, nada agradable de recordar, nada que alimente su espíritu, ninguna luz a través del camino, y no necesariamente todos ellos son culpables de eso.

Si Hermione, Severus, Ginevra, Remus, Harry y Anne, sopesaran las historias de sus vidas, ¿hacia donde estaría el peso?, ¿sería positivo o negativo; habría un equilibrio o todo estaría hacia un solo lado?. Unos tienen vidas más largas y por tanto más que valorar, otros apenas comienzan su adultez y el camino aún puede ser muy largo. Si todos ellos hablaran de sus historias, cuantas contarían y cuantas callarían, cuantas ninguna conocerán la luz y cuantas serán del dominio público.

Si te dijeran que un día una enfermedad pudiera llevarse todo de ti, ¿serias feliz porque sin recuerdos tendrías paz o miserable porque sin ellas no serias nada?. Si te dieran a elegir, ¿preferirías todo con lo bueno y lo malo, o no te importaría que algo desapareciera?. Y si te dijeran que todo lo malo te hizo mejor, y si te mostraran que sin eso no estarías donde estas, y si te demostraran que quien eres está basado en esos recuerdos y vivencias sean cuales sean, y de no tenerlos serias totalmente diferente, un completo extraño a tus propios ojos, ¿que elegirías?.

Y si no solo se trata de ti y lo que sabes, y si también cuenta lo que tus seres amados conozcan de tu persona. Si todas tus historias pueden cambiar tu vida al compartirlas con otros e incluso cambiar las de ellas ¿las contarías aunque algunas fueran dolorosas e incluso te avergonzaran?; ¿tendrías el coraje para decirlas en voz alta? La respuesta más común es no, no nos develaríamos antes los demás, porque nos haría sentir vulnerables y porque en el fondo todos queremos tener nuestros propios misterios.

Pero y si un día como otro cualquiera algo hace que hables y te muestres a otros, que pasaría después. Y que consecuencia tendría que no solos quienes tu creías te oyeran, sino además quienes no estaban previstos que supieran también. Eso es un punto de inflexión como tantos otros en la vida, reaccionar a ese evento inesperado puede ser más importante que el hecho en sí.

Historias, todos tenemos historias y sin excepción todos tenemos una en particular que marca un antes y un después para nuestras vidas. Para ese grupo de seis ahora reunido, quizás fue la guerra, quizás fue lo que vino después, quizás fue años atrás, quizás no lo notaron en su momento y otras cosas tuvieron que ocurrir para que las apreciaran. Solo ellos lo saben o tal vez no. Y tal vez sacar todo lo guardado, quizás enfrentar los esqueletos, quizás recordarlas y analizarlas, les den una liberación necesaria, una enseñanza, o puede que ese momento de contar sus vivencias se convierta en la historia de su antes y su después. Ellos seis están a punto de entender lo importante de sus historias, tengan el matiz que tengan.