26. Luz y Oscuridad

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XXVI. LUZ Y OSCURIDAD

Al llegar el domingo al colegio Harry, Hermione y Ginny se reunieron con Luna, Neville y Anne para contarles lo ocurrido en el juicio; la novedad de las intenciones de herir al hijo de Remus los dejo perplejos, así como la forma en que Ron se expresó de su hermana tildándola de fácil, Hermione pensaba que si de Ginny dijo eso de ella hablaría mil veces peor.

Para Harry era un consuelo encontrarse con su novia, si bien le había mandado varios mensajes en esos dos días, nada reemplazaba su compañía, esa chica tenía un don para subir su ánimo. Para su fortuna la familia Weasley acepto de buen talante la relación de Ginny y Remus liberándolo de cualquier sentimiento de culpa y a pesar de la cara de asombro cuando menciono que ya tenía novia, ninguno mostro signos de molestia, y es que con la que tenían que tanta importancia le podrían dar a las nuevas relaciones sentimentales de ambos, seguramente más adelante ahondarían en el tema. En esos días le tocaba prepararse para su declaración pero se encontraba bastante tranquilo, que alguien intentara matarlo no era novedad y hacia mucho que había aceptado la traición de quien fuera su mejor amigo, ahora enemigo declarado.

La semana pasaba sin cambios importantes, solo la rutina de las clases. Para Ginny había sido un trago amargo enfrentar todos sus demonios en solo dos días; para su fortuna tres cosas importantes sucedieron en ese tiempo y ahora simplemente se sentía liberada: primero las palabras de su hermano no la hirieron tanto como pensó que lo harían y de hecho no le importaban; segundo su familia ya sabía de su relación con Remus y gracias a la intervención de sus hermanos sus padres lo aceptaron, al menos por ahora, aunque no se pudo librar de una buena charla con su madre; y tercero la catarsis realizada con su novio fue extremadamente beneficiosa para ellos y su noviazgo, fue algo que de verdad los acerco y unió.

Aunque sus amigos se encontraran en tan buena disposición, para Hermione sin embargo cada día era como la espera a su sentencia de muerte. Los examinadores del tribunal eran bastante persistente en exponer todos los aspectos de los sucesos por los que se juzgaba a Ron, no dejaban escapar ningún detalle y la mejor prueba era lo ocurrido con su amiga y ella no espera tener mejores probabilidades en cuanto a la exposición que tendría que hacer y sobre todo un detalle: Severus. Se suponía que su relación era privada, prácticamente un secreto, pero las motivaciones de su ex incluían a su actual, así que, como harían para poder ocultar su situación sentimental.

Ellos lo habían discutido y llegaron a la conclusión que era improbable que pudieran hacerlo, tendrían que enfrentarlo si sucedía; a su favor tenían que ella era mayor de edad, ambos héroes de guerra que les garantizaba la simpatía de los examinadores y contaban con la autorización de Dumbledore para mantener su relación a pesar de su situación profesor alumna, y adicional la influencia del ministro; quizás todo eso valiera y a nadie le importara lo que pasara entre ambos.

Severus mejor que nadie entendía el estado anímico de su novia, ella en teoría estaba mentalmente lista para encarar los hechos y a su responsable; ya había visto a Ronald antes y lo increpo de lo lindo, le había destrozado el despacho y ya no tenía episodios de histeria, pero eso era la teoría. Por momentos cuando la observaba veía las mismas características de demencia obsesiva compulsiva que ella mostraba previo y durante los periodos de exámenes, y él sabía que en esos días siempre sus amigos la trataban con guantes de seda y en general le rehuían, su carácter más que explosivo y cambiante era de dominio público. Había pasado un mes preparándole una sorpresa y viendo su comportamiento decidió adelantarla. El día miércoles le dijo que debía prepararse para salir el jueves a primera hora y no le dio más pistas.

A las ocho en punto se encontraban en la oficina del director donde un trasladar los esperaba; cinco minutos más tarde se activó y al abrir los ojos Hermione pudo ver que su novio la había llevado nada más y nada menos que a Paris.

El Cielo Tras el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora