20. Heridas

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7 meses de embarazo (-.-)

Tris

-¿Cuándo piensas decirle a Tobías?-dice Alice de nuevo.

-No sé, no quiero preocuparlo. Últimamente Tobías esta muy extraño y no pasa mucho tiempo en casa, no me imagino como será si le digo.

-Tris, a veces Tobías es muy dramático y cree que incluso con respirar vas a morir, pero en esta ocasión te estas exponiendo a un riesgo innecesario.

-¿Y cómo se que no estoy alucinando y volviéndome loca?

-Exactamente, te darías cuenta si estas loca o no si le contaras a Tobías.

-Basta, no voy a decirle nada es cuestión de tiempo para que yo...

-Si, para que continúe acercándose y luego te asesine.

-Por eso no quería decirte nada. Sabia que te pondrías así.

-¿Así cómo? ¿Preocupada por ti y tu bebé?

-Alice, debo irme. Despideme de Lina por favor.- no espero su respuesta y salgo de su casa. Voy hasta la parada del autobús y afortunadamente no tarda mucho en pasar.

La casa se siente vacía y aburrida cuando Tobías no esta, y prefiero ir a pasar el tiempo en Osadía. Trato de no mirar por la ventana del autobús y mantener la mirada fija en el frente para no imaginarmelo siguiendome.

Voy a la sala de entrenamiento y veo la mesa repleta de cuchillos, me pregunto que es lo que hacen afuera. Tomo uno de los cuchillos entre mis manos y recuerdo a Tobías lanzándome cuchillos cuando mi abnegación pudo mas que yo y termina frente a la diana. Escuchó el sonido de pisadas y luego algo metálico caer al piso, el instinto me hace reaccionar y lanzo el cuchillo apenas me volteo. Luego me arrepiento.

-Alex, lo siento fue mi instinto.- Alex se agacho justo a tiempo antes de que el cuchillo diera justo en su frente, se incorpora y me sonríe.

-Vaya forma de volver a verte. -parece que se ríe de mi, parece divertido con mi vergüenza.

-Bueno, tu simplemente desapareciste sin decir nada.

-No es como si hubiera tenido opción, no quería causarte problemas con Tobías.

-Eso fue un malentendido que ya se aclaro, además, tu eres como mi amigo y fue cruel que solo desaparecieras. -en cuanto lo digo recuerdo a Christina.

-Te agradezco que me consideres como tu amigo.

-No tienes nada que agradecer, pero cuentame ¿Qué haces aquí?

-Bueno vivo aquí, y aprovecho el material olvidado para entrenar...porque trabajo como guardian de noche.

-Bueno por mi no te detengas, entrena.- me retiro un poco para dejar que pase a la mesa. Alex recoge el cuchillo y luego toma otros cuatro de la mesa.- ¿Prefieres que me vaya para que te sientas cómodo?

-No, si te quieres quedar esta bien. -se acerca a la linea para tirar y lanza el primer cuchillo que termina dando justo al lado de la cabeza de la figura de la diana. No puedo evitarlo y suelto una carcajada.- ¿De qué te ríes?

-De ti. -el se acerca a mi y me tiende un cuchillo.

-Bien, vamos a ver si lo haces mejor. -eso era un reto y no iba a retirarme. Me coloque un paso detrás de la línea y separe mis piernas a la altura de mis hombros, que suerte que uso pantalones hoy. Tomo un rgran respiro y luego fijo mi mirada en la cabeza de la figura, entonces lanzo.

-Fue un tiro de suerte. -dice Alex.

-Bien voy a demostrar que no.- tomo cinco cuchillos y me acerco a la línea. -Le daré en la rodillas, los hombros y el corazón, y si fallo en siquiera uno are lo que quieras.

Divergente, Resurrección 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora