24.Un lindo nombre

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Tobías

Tris parecía estar a punto de darse por vencida, yo no sabia que hacer,solo continuaba dándole palabras de aliento para que no se rindiera.

Aún con su agotamiento Tris logro reponerse y intentarlo de nuevo, entonces vi a la doctora levantar el pequeño cuerpecito de mi bebé que empezó a llorar casi al instante.

-Felicidades, es un niño.-gire mi rostro a Tris que tenía una sonrisa agitada. Le bese su frente y le susurré:

-Lo lograste estirada.- sus labios se impactaron en mi mejilla haciéndome temblar. Amaba, amo y amaré a Tris por siempre.

De pronto la máquina que media el pulso de Tris empezó a elevarse sin control y luego a descender.

-Tobias-dijo Tris sin aliento. Todo parecía haberse quedado sin sonido, veía a Tris y sus ojos comenzaban a cerrarse mientras su boca se abría pidiendo oxigeno.

De pronto la doctora estaba frente a mi haciendo señas y moviendo su boca, parecía estar gritándome, pero no podía escuchar, de pronto la mano de la doctora vuela a mi mejilla y salgo de mi aturdimiento.

-Tienes que salir de aquí. Espera afuera.-No podía moverme, mis pies estaban fijos en el suelo y mis ojos fijos en Tris. Una enfermera me empuja fuera de la habitación.

No sé que es lo que pasa y me desespero, Tris y mi hijo están adentro y no se que es lo que paso con ella. Los segundos me parecen horas y los pasillos parecen cerrarse sobre mi.

Caminar de un lado a otro no servía de nada, preferí sentarme en el suelo mirando la puerta a la espera de cualquier noticia. La imagen de Tris, así de mal esta impresa en mi cerebro y es como vídeo que se vuelve a reproducir.

Rezo mentalmente para que Tris este bien, se veía muy mal y no puedo estar junto a ella. Siento mi corazón en los oídos y la cabeza me punza.

Luego de lo que parece una eternidad se llevan a Tris en una camilla, ella tiene los ojos cerrados y una mascara de oxigeno esta sobre su cara, las sabanas que la cubren están cubiertas de sangre. El pánico crece así que corro hasta ella y acaricio su cabello.

-Vas a estar bien cariño, te prometo que vas a estar bien.-Un hombre me detiene.

-No puede ir con ella. Lo siento.-forcejeo para que me suelte y ir con ella.

-Tengo que estar con ella, SUELTAME.-impacto mi puño en su mandíbula y corro tras Tris.

-Basta Tobías.-grito la doctora Roth, pero yo seguí corriendo.-Demonios, tu hijo te necesita y debes quedarte con él mientras yo trato de salvar a su madre.

Sus palabras son como un puñal en la espalda, me freno en seco y giro para verla. Ella viene corriendo hacia mi con su traje azul cubierto de sangre, lleva a mi pequeño en brazos envuelto en una cobija blanca.

-¿Te puedo dejar con él un momento?-dijo acercándose a mi.

-Claro. ¿Qué es lo que pasa con Tris?-tome a mi hijo aún sin poder ver su rostro por hablar con la doctora y por la conmoción que había en la habitación cuando nació.

-No tengo tiempo para explicarte, pero te aseguro que are todo lo que pueda.-sale corriendo por el pasillo y desaparece.

Miro a mi hijo, luce tan frágil y tierno. Es tan blanco como Tris y parece que su cabello es rubio. Sus ojos son grandes y azules como los mios (aclaró que en el libro Tobías tiene ojos azules ♥.♥).

-Te aseguró que mamá va a estar bien. Te lo aseguró.- pareció que me entendía porque sonrió casi al instante.-Te pareces mucho a ella, solo espero que tu no te pongas en peligros tontos cada cinco minutos.

Me volví a sentar en el suelo y comencé a contarle cosas de su madre hasta que se quedo dormido. Parecía un ángel.

No podía dejar de mirar el reloj sobre la pared frente a mi, parecía estar riéndose en mi cara.

3 horas más tarde....

-¿Cómo esta ella?-digo en cuanto veo a la doctora.

-Ella ya esta fuera de peligro, tubo una pequeña hemorragia y una baja de frecuencia cardíaca por el esfuerzo que hizo con las contracciones y el pujar. Ahora esta dormida, pero pueden pasar a verla. Sigueme.-me llevo hasta la habitación de Tris y yo lleve a mi pequeño. Tris estaba dormida y se veía hermosa.

Tris

Al abrir mis ojos y los vi, Tobías sonreía a nuestro pequeño, veía su pequeña manita alrededor del dedo índice de Tobías.

-Lucen muy tiernos juntos.-Tobías levanta a mirada y me sonríe, se levanta de la silla y viene hasta mi. Me da un tierno beso en los labios y me mira a los ojos.

-Me asustaste mucho Tris. Creí que te había... Oh diablos, no vuelvas a asustarme.

-Lo siento mucho. Me dejas ver a nuestro pequeño.-dije con voz baja.

-¿Quieres cargarlo?-me dijo. Yo asenti con la cabeza y sentí una sonrisa tirando de mis labios. Tome a mi hijo en brazos y lo vi, por primera vez lo vi.

Sus ojos eran de un azul claro hermoso, se parecía mucho a Tobías, solo tenía mi rubio cabello. Mis ojos se llenaron de lágrimas y al levantar la vista pude observar que los ojos de Tobías estaban igual.

De pronto la puerta se abrió y hay estaba la doctora Roth con un portapapeles y una enorme sonrisa. Le debía mucho a esa mujer.

-Lamento interrumpir, pero yo necesito que me den el nombre de ese angelito para agregarlo al registro de la ciudad.

-Tris, tu ibas a decidir el nombre del bebé si era niño. ¿Cómo vas a llamarlo?-dijo Tobías. Había estado meditando esto por mucho tiempo, siempre le di largas a Tobías, sin embargo yo ya sabía cual iba a ser su nombre.

-Su nombre es Zeke...-iba a decir Eaton pero Tobías se me adelanto.

-Zeke Prior

-Bueno, es un lindo nombre. Los dejó.-dice la doctora para luego irse. Tobías me da la cara y dice:

-¿Cómo se te ocurrió?

-Bueno, no hay día en que no recuerde que Zeke me salvo la vida y si yo hubiera muerto, nuestro pequeño también.

♥Hola.

Ja. Les dije que tenia una sorpresa relacionada con Zeke. Ahora la pregunta es: ¿Les gusto la sorpresa?

Un beso a todos y les escribo luego.



Divergente, Resurrección 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora