Jamie ingresó al set.
Un millar de cámaras, personas que parecían ocupadas en hacer, traer, maquillar, pintar, soldar y demás etcéteras la conmocionaban, haciéndola sentir hormiguitas en sus dedos y sudor frío en su frente.
Divisó a Erin, hablando (mejor dicho, discutiendo) con Hanna. Un cigarrillo en una mano, y en la otra su celular, pero al ver a su representada, ambas pusieron buena cara.
–Hola, ¿Cómo está mi escritora preferida?
–eh… ¿bien? Un poco adormilada. No dormí muy bien de la tensión…–susurró en su oído.
–Ya lo veía venir.–Erin sacó un café mágicamente de una silla cercana. El humeante vaso despidió calor y una fragancia que hizo que se despertara cada molécula de su cuerpo.
–Idiota a las doce en punto.–Murmuró Jamie por lo bajo, cuando un grupo de personas rodeando a Yurem interrumpieron en el sitio.
Al menos una docena, eran guardaespaldas. Otra mitad eran abogados, agentes, asistentes de imagen, publicidad.
–Vaya, si que esta bastante baqueteado.–Bromeó Jamie tapando su sonrisa con el humeante café.
–¿Qué dices? Está mortal, eres una maldita genio a la hora de elegir a tus musas…–Dijo sobre su oído, tapándose con la mano para que no se escuchara el comentario.
–No, no es así. Debe tener ya unos treinta años… se le notan algunas arrugas… antes, su barbilla no tenia ni sombra de barba, ahora es el hombre mono.
–Vamos, Jamie. Dale una oportunidad… al menos, tiene el físico aceptado de un joven de veinticinco.
–Es un maldito viejo para interpretar a Kaffir… ¡Oh! ¡Viene hacia aquí! ¡finge hablarme de algo diferente!–Erin pensó un segundo, viendo a la cercanía el paso del grupo de Yurem asomarse.
–eh, eh… como te decía… el café es afrodisíaco.–soltó sin darse cuenta, hasta que fue tarde.
Jamie dio una mirada mortal, mientras Yuren sonreía.
Al menos, Erin tenia razón en algo, no tendría la gloria pasada, pero aun era un hombre bien mantenido en físico.
Su escultural figura, y sus rasgos del tercer mundo, hacían que muchas mujeres se sintieran intimidadas… entre ellas Jamie… bueno, quizás si no reviviera el vergonzoso momento en el que le gritó a mitad de calle no se sentiría tan inhibida.
–Señoritas…–dijo de forma impecable. Yurem tenía un acento hermoso y mucha presencia al hablar.
–Hola, señor Jalaf, ella es…
–Jamie Jones, mi escritora.–él pasó su mano a una inquieta Jamie. Esta, muy a su pesar, tuvo que devolver el gesto.
Yurem la sostuvo cual tesoro, el calor de ésta la podría haber derretido. Entonces, miro con mayor detenimiento.
–No tiene anillo… ¿soltera aún?–Erin miró con cuidado las reacciones de su representada. Casi podía vérsele la vena atravesando su frente.
–No. No estoy ni casada ni de novia… y tampoco soy “SÚ” escritora.–Jamie sacudió se sacudió, fechándolo con la mirada.
–Wow… lo siento, mala mía. Es sólo que… no me gusta agasajar mujeres compremetidas, eso no es lo mío…
El sujeto a su lado, sonrió con impaciencia.
–Lo que el señor Jalaf quiere decir es que ha tenido problemas antes… y sólo no queremos faltar el respeto ni que nos denuncien de “ACOSO”
El tipo miro de reojo a Yurem, quién mirando al suelo, dio una simpática mueca.
–Ya, preocupón… Sólo estoy siendo amable…
Jamie iba a responder algo en advertencia, cuando…
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¡NUNCA te daré mi autógrafo!
Chick-LitSinopsis: Jamie es una gran escritora que tras mucho esfuerzo y dedicación logró llegar al best seller con su novela "Ese tipo malo" Ahora, al fín, puede firmar un contrato para rodar la película. Sólo hay un problema: el personaje masculino princip...