Cazador y Presa

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Jamie miró sobre él, notando que ya lo peor había pasado.
-Eh, ya… ya esta todo bien…-Yurem bajo su rostro hacia la altura de el de ella, pero aún mirándola desde arriba.
Ahora, se lo notaba serio y concentrado. Como si estuviera pensando algo.
-¿Yurem?-Dijo Jamie, aun conmocionada.-¿Has bebido? ¿Estas ebrio? ¿Qué te ocurre?
-Sal conmigo.-Le propuso.
Jamie quedo muda recapitulando en su mente como habían terminado asi.
>>Sal- Con – Mi - Go.-repitio de nuevo, haciendo énfasis en cada silaba.
No espero respuesta, cuando sujeto su mano y la fue guiando entre la gente hacia la salida.
Una vez afuera, el fresco viento de la madrugada choco en la mejilla de Jamie, despertándola.
-Sueltame.-Se quejo, agitando su mano, para quitar su agarre.
Yurem se volvió a ella sin comprender.
Entre tanto, algunos tipos de seguridad miraron de mala manera esperando a ver si tenían que interceder.
-¿Qué?
-¿Qué haces?-Dijo Jamie firme.
-Ven conmigo.-Quiso intentar de nuevo tomar su mano, pero Jamie lo esquivo.
-¿Piensas que solo porque eres Yurem Jalaf yo me ire contigo de un boliche a tu casa y tendremos sexo?
-¿Cómo?-Cuestiono él, tragando saliva en seco.-No, no es asi. Solo queria invitarte un café.
-Claro, un café y a la cama.-Jamie se cruzo de brazos molesta.
-Pero, ¿Qué es lo que tienes conmigo? ¿Por qué me odias tanto?
-¿Por qué?-Los ojos de ella se humedecieron tanto que las lagrimas comenzaron a desbordar sin control.
-Jamie… ¿estas llorando?-Yurem dio un paso pero ella retrocedió.
-Dejame en paz, ¿Si? Solo… alejate de mi.
-espera.
Yurem la persiguió varias cuadras a una sombria y nerviosa Jamie.
-Al menos, dime que puedo hacer para remediarlo.
De pronto Jamie fue disminuyendo su paso, todavía delante de él, quedando de espaldas.
-Ya te lo dije, alejate de mi. ¿O eres masoquista? ¿te gusta que te maltrate?
-Creeme que he intentado ser indiferente, pero simplemente no puedo. No quiero.
-¿De que hablas?
-Dejame invitarte a salir.
-No quiero.
-Pero al menos dime que…
-No me agradas.-Dijo Ella, girando hacia él, mirándolo fijo con cierto rencor en sus ojos.-No me agradas para nada. No me gustas. Eres la clase de persona pomposa, odiosa, egocéntrica que solo se preocupa por si mismo. Que no le interesa nadie mas.
Por un segundo, él quedó callado, dejando ver su sorpresa.
-¿Cómo puedes saber eso si nisiquiera me conoces?
-No necesito pasar una noche contigo para saber como eres. Conozco a la gente de tu clase. Demasiado enamorados de si mismos como para notar a otro… asi que, olvidalo, Yurem. No sere tu chica. Dejame en paz.
Jamie siguió su camino, hasta tomar un taxi y marcharse.
La figura de Yurem quedo atrás, mirándola partir, y sin comprender, como por primera vez, le dolia ser rechazado.

-¿Sunshine?-Pregunto Erin con todo el amor del universo, mientras le ponía una bandeja con el desayuno.
Jamie no había salido de la cama por dos días, y Erin comenzaba a temer que Jamie tuviera otro ataque de depresión.
A veces le ocurría.
Cuando las cosas no iban muy bien, se retiraba del mundo. Se escondia en su habitación, y se pasaba durmiendo por horas o escribiendo a mano.
No era algo muy usual, ya que Jamie tenia mucha energía dado a sus últimos triunfos, ganando asi algunos concursos literarios, no solo en su cuenta de Wattpad, sino en otros que le habían dado el prestigio que ella tanto se esforzaba por tener frente a sus colegas.
No era que ella escribiera solo para la RAE, pero en secreto y aunque no lo admitía, quería sentirse a la altura de los demás, y no ser solo “OTRA” escritora de moda.
Incluso, tenia dos cuentas de Wattpad. Una suya, donde interactuaba con sus seguidores tanto como podia, y en otra donde se inmiscuía como anónima y disfrutaba de escribir cosas diferentes como relatos, poesías e incluso diversos generos.
-¿J’?-Insistio Erin quitándola la almohada de encima de la cara.
Jamie arrugo el ceño entreabriendo un solo ojo.
-¿Qué?
-Cielo, se que estuve mal, pero lo hice por ti. Creeme. No quiero que tu miedo a interactuar en sitios sociales te frene. ¿Recuerdas el encuentro de escritores al que no quisiste ir? Te pierdes de buenas oportunidades solo por miedo.
-No es eso.-Dijo Jamie tapando su rostro de nuevo.
-¿Qué es? ¿paso algo?
-No… Si… no…-Erin quito la almohada.-¡Ey!
-¿Qué es? Dime.
Jamie inspiro profundo, con cierta molestia, haciendo algunas muecas. Parecia una niña. Se le podia leer toda su historia con solo mirar su rostro.
-Es… es Yurem.
-¿Qué pasa con él? Creí que ya pasamos tu etapa de odio por interpretar a Kaffir…
-A pesar de que me molesta el hecho de que sea él quien haga de mi hombre perfecto, ese, no es el problema.
-¿entonces?-Erin se sento a su lado en la cama, sonriéndole, como para inspirar confianza en ella.
-Me invito a Salir.
Por un instante, Erin se limito a acentir sin decir palabra alguna.
-Y… No quieres salir con tu ídolo, platónico, hombre sexy, actor famoso y rico hasta el asco porque…
-¡Lo odio! ¡Lo odio, Erin! ¡Cada que lo veo recuerdo como me hizo sentir! ¡Como desinflo mi fantasia! ¡como destruyo el globo!
-Oh, Jamie. YA te lo he dicho, ignóralo.
-Lo estoy intentando. Pero el aparece y desaparece, me habla, me coquetea, ¡Me invita  salir! Y yo soy odiosa, fría, distante. Ni siquiera me arreglo. Me voy en pijamas.
-Bueno, tal vez, si fueras agradable con el, perderá el encanto.-Jamie puso cara de repulsión.
>>Escucha, cielo. Lo hombres son algo básico, casi niños.-Alzo un dedo.-Cuando una chica es fácil, obvio, que eso les agrada, pero cuando una mujer es un reto, se convierte en su presa, en maldito disgusto. Entonces, estas avivando la llama al tratarlo asi.
-Es que… ¿estan locos o que?
-Se podría decir.-Afirmo Erin buscando la ropa a su amiga para obligarla a existir fuera de su cuarto.-Sé su amiga, o finge serlo. ¿Puedes, no es asi?
-Lo intentare. Pero no pienso salir con él.
-Podemos salir los cuatro. Tú, yo, él y Alex.
-¿Por qué Alex?
-No lo sé.-De repente, Jamie le apunto dando una sonrisa gigante.-¡Te gusta el cuatro ojos! ¡Maldita perra! ¡Traidora!
Jamie le tiro una almohada, iniciando asi una guerra.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora