DIA DE LA BODA
— Asi es que… ¿quieres venir conmigo? Solo como amigos.— Pregunto Jamie al celular.
— Claro que si.— le respondió la voz de forma entusiasta.
— Bien, será a las ocho la misa, y luego iremos a la fiesta a las diez.
— Bien. Te veo entonces allí.
— Te lo agradezco, en serio.— Cuando Jamie corto, los ojos de Erin rodaron mientras suspiraba.
— ¿Qué dijo?
— Que si…
— ¿estas segura de esto?
— Ya te dije que si.
— siempre te sientes una mierda después de verte con el.— Le reclamo.
— si tu no quieres acompañarme, debo llevar a alguien.— Se escudó, colcandose el vestido y luego los suecos.
Seria una noche calurosa, pero estrellada. Como cuando todo conjuga para ser la noche ideal para un festejo.
— No quiero ir, porque creo que ese lugar no me corresponde.— Erin se tapo hasta el cuello, y dio una cucharada al pote de helado.
— Que tengas un divertido momento.— farbullo Jamie dolida.
— ¡que te diviertas!
…
La ceremonia había transcurrido tranquila, con lagrimas de por medio, bendiciones, sonrisas, rosas blancas y adornos rococos. Un poco cursi, si, pero la pareja lo ameritaba, incluso, Jamie se preguntaba donde estaban los potes de tanta miel.
Luego del si, el beso y el arroz, Star y Alejandro ya era uno los dos.
Y estaba bien, Jamie le deseaba con toda su alma la dicha que ella queria algun dia para su vida amorosa.
Junto con su acompañante (y el resto de los invitados, que incluia a alguna nueva tia política, abuelos y primos) marcharon al salón de fiesta.
El lugar ya tenia algunas personas que estaban vuelteando, esperando por los novios, bebiendo una que otra copa.
Para poder ingresar, debían darse nombres y una vez confirmados, se los tachaba.
Jamie entro sin problemas, observando las luces coloridas, que iban y venían dando un efecto genial en los montones de moños, flores y adornos. Algunos sillones con luces, fotos de la pareja por doquier para ser firmadas, una mesa de dulces, un disk jockey, y claro, mesas para cenar, como la barra que servia bebidas estilo daikiri.
Camino mirándolo todo, dirigiéndose directo a la barra, en donde un barman preparaba lo que se le pidiera.
A su lado, su pareja, y de espaldas a ella, un sujeto de espalda ancha que había sujetado su vaso. Cuando Jamie noto detenidamente los detalles, vio que algo le era familiar en su forma de moverse.
Al darse vuelta, ambos se quedaron mirándose con una expresion de extrema confusión.
Yurem, paseo sus ojos a la mano que sostenía Jamie: Emmanuel estaba ahí, pidiendo un trago sin notar el panorama completo.
Jamie quiso decir algo, pero nada le salió. La misma cara de Yurem hablaba por el.
Entre molestia, tristeza, ironia y dolor.
Dio un trago largo, dejando vacio el vaso, luego negó con la cabeza, apoyandolo en su sitio.
Camino cruzando por Jamie sin voltearse, preparado para marcharse de allí y acabar en algun bar de mala muerte.
Por un segundo, en el que el corto circuito en la cabeza de Jamie se fue, reacciono olvidando a Emmanuel por completo, siguiéndolo hasta la puerta de recepción.
— ¡Yurem! ¡Yurem! ¡Detente!— Lo freno colocándose delante de el. Yurem tenia las manos puestas en sus bolsillos del pantalon del traje. Ya no queria mirarla, puesto que su mirada delataría cuanto le estaba costando marcharse.— ¿Qué haces aquí?
— Era tu pareja, lo sabias…— se escuzo.
— Pero… no nos hablamos desde el estreno… eso hace ya un mes.
— Crei que…— rio con ligereza.— No importa, te prometi venir, crei que te haría falta, pero…— Miro por encima de su hombro a Emmanuel, que confundido, estaba solo con su vaso en mano, esperando por Jamie.— …por lo que puedo ver… soy bastante fácil de reemplazar, ¿No?
— No es asi… yo… no pensé que…
— ¿Por qué no contestaste mis llamadas?— Le interrogo, alzando la vista, quedándose en el mismo plano.
— Te vi con Misty.
— ¿Qué viste?
— No te hagas, Yurem. Los vi. Vi que te beso… asi que no intentes mentirme, ni te atrevas a reclamarme.
— ¿en serio? ¿ese es el motivo?
— ¿No es suficiente?— Ella cruzo sus brazos sobre su pecho, cerrada en lo que sus ojos captaron.
Yurem dio una sonrisa, negando de nuevo con la cabeza.
— Esto es… no puedo creerlo… bien, piensa lo que quieras. Me voy.
— Lo arruinaste.— murmuro cuando la cruzo.— Iba a decirte que si, y la besaste a ella… ¿Por qué? ¿Qué sentido tenia? ¿disfrutaste riéndote de mi?
Yurem detuvo su paso, se giro y la encaro. Jamie tuvo que retroceder un poco porque la expresion de el le asusto.
— ¿Sabes que es lo mas gracioso?... En tu novela, yo soy el malo y tu eres la pobre victima… y lo cierto es que… en la vida real es todo lo contrario… tu eres la malvada y yo, el pobre sujeto al que le rompen el corazón.
Jamie no entendió a que se refería, pero algo dentro suyo, le decía que había cometido un error. Uno grave. Mientras tanto, Yurem peleaba por no dejar caer las lagrimas que le llenaron los ojos.
>>Gracias Jamie. He aprendido una nueva lección en carne propia y es que no importa cuanto ames a alguien, si esa persona no siente lo mismo. Hara de ti un rompecabezas y no pedirá perdón por el desastre que quede. Se alejara, sin decir palabra alguna, sin darte una razón o explicación del porque te trato de tal manera…
>>Nunca tuve posibilidad, se sincera. En tu mente, yo soy una especie de personaje que lo hace todo mal y del cual debes vengarte, y el,— Miro a Emmanuel.— Es el supuesto “chico bueno”… El final estaba escrito, mucho antes de que me conocieras, asi que difrutalo. Ya tienes tu “vivieron felices por siempre”, buen trabajo, enserio, el tipo malo quedo hecho mierda…
Y asi, se marcho… sin mirar hacia atrás.
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¡NUNCA te daré mi autógrafo!
Chick-LitSinopsis: Jamie es una gran escritora que tras mucho esfuerzo y dedicación logró llegar al best seller con su novela "Ese tipo malo" Ahora, al fín, puede firmar un contrato para rodar la película. Sólo hay un problema: el personaje masculino princip...