Hombre Soñado

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Por suerte, Yurem alcanzó a sujetar su mano, sosteniéndola.
En eso, apareció su agente, encontrándolos, por lo que parecía, tomados de la mano.
-¡Tenga más cuidado, por favor!-Gruñó molesto Yurem, alejándose de ella.
-¡Si tanto le molesta ayudarme, pues no lo haga! ¡Pesado!-Jamie se marchó, lanzando insultos por lo bajo, roja en su totalidad, acentuada en sus orejas.
Mientras Yurem la miraba irse, su agente se posicionaba a su lado.
-¿Qué parte no entendiste de que te alejes? ¿Qué crees que pasará si ella se enoja contigo? Ella es también productora, por ende, puede cambiarte…
-Deja de preocuparte, Alex. No soy un bebe. Ella nisiquiera es mi tipo. Es gruñona, vive con el ceño fruncido. Tiene ojeras hasta el suelo y parece que su pelo tiene vida propia…
-¿Y quién dijo que te gustaba? Eres un perseguido…
-Yo… uh… debo… filmar las escenas para el tráiler de promoción…-Señaló la zona de rodaje.
-Si, huye, pequeño cobarde.

Yurem se puso la chaqueta de cuero marrón que Kaffir solía usar.
Acomodó sus cabello en una especie de punta desprolija y le entregaron los lentes.
Se subió a la moto grande, de aquellas que se usaban para viajar.
El director dio algunas indicaciones, mientras se subia a un carro con cámaras, persiguiéndolo a su lado.
En el set, los demás miraban la toma desde la pantalla. Entre ellos, Jamie.
Podia vérsele conducir, parar, acelerar, tomarlo en varias poses y ángulos.
Su rostro era tan sexy vestido de esa forma, andando en moto como todo un chico malo.
Las mujeres del lugar estaban frenéticas. Dando saltitos y suspirando.
Entre tanto, Jamie no paraba de suspirar molesta.
-Es que… ¿vienen a trabajar o a babearse? ¡Dios! ¡qué gente más molesta!
-J'.-murmuró Erin a su lado sintiendo las miradas como cuchillos sobre ellas.-Por favor, se que lo odias, pero trata de no hacerte tú odiar por la gente.
-Es que es ridículo. ¡Ni que fuera el verdadero Kaffir! ¡El si es un hombre hecho y derecho!-Defendió Jamie a su hombre ficiticio ideal.
Pero cuando iba a convenverlas, con todo su discurso sobre virtudes del hombre soñado, en la pantalla que mostraba el rodaje de Yurem, se lo vio detener la moto, quitarse los lentes de sol, y mover su melena, al viento.
Luego, sonrió mirando al suelo.
En ese mismo instante, el set parecía una jauría de lobas en celo.
Jamie tuvo que taparse lo ojos y mirar con molestia a Erin quién se limitó a sonreírle para animarla.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora