Resfriado

131 11 0
                                    


-¡¿Cómo que Misty renuncio?!-chillo Erin, haciendo que su grito retumbe en el departamento.
Jamie coloco su cabeza debajo de la almohada, tociendo un poco, mientras escuchaba como Erin seguía discutiendo por el teléfono.
-¡Pero firmo un maldito contrato! ¡Esto es tu culpa, Hanna! ¡Me da igual su maldito renombre!-Erin caminaba de lado a lado.
-E…rin… por favor… de…ja de… gritar….-Jamie sentía calor en su frente y le dolia cada parte de su cuerpo. No era usual para Jamie enfermarse, pero cuando lo hacia, caia en cama por unos buenos par de días.
-Lo siento, cielo. ¡Oh Dios! ¡Tienes fiebre! ¡Cielos!-Mientras Erin tocaba su frente, marcaba en su celular el numero de algun doctor.

-Debe quedarse en cama, señorita Jones.-Dijo el hombre barbudo, que parecía todo menos un doctor.
-Pero… Doctor, yo… tengo que ir al rodaje, als nuevas escenas, falta la actriz, será un desastre y…
-y a menos que quiera alargar su resfriado, le sugiero cama, agua, y reposo.
-entendemos, señor. Le doy mi palabra que Jamie dormirá.
-Bien.
Erin acompaño hasta la salida al doctor y luego se fue con Jamie, que seguía en cama.
-maldita… sea…-dijo temblorosa.
-Creo que es fiebre ¿Qué haces?-Pregunto al verla ponerse las botas con mucho cuidado.
-Tengo que… encontrar el… reemplazo de Misty…
-Tu si que estas loca, loca.-Erin la freno, empujándola hacia la cama.-Quedate aquí, yo hare que todo funcione. Para eso soy tu agente ¿no?

Para Jamie estar durmiendo tanto tiempo, era desperdiciar la vida. Lo que odiaba, aun estando enferma.
Dormitaba de a momentos, a veces, soñaba con momentos de su película, en otras, con otras historias, en los que ella era el personaje femenino, y Yurem el masculino.
Casi siempre despertaba luego de verlo.
Entre tanto…
-¿a quien buscas?-Pregunto Alex sorprendiendo a Yurem hojeando el set.
-Eh… no, a nadie.
-mmm… dejame ver, ¿a quien no has visto hoy? Mmm… quizás sea a cierta chica que te odia a morir…
-No se de que hablas…-Al ver a Erin, Yurem dejo a Alex sin pensarlo dos veces.-Erin.
-Oh, hola señor Jalaf.-Erin se detuvo abrupta, aun marcando en su móvil.-Desearia poder hablar con usted, pero como sabra, Misty esta negándose a actuar y debemos rodar alguna escena, Jamie esta enferma, asi que…
-¿Qué? ¿Qué le paso? ¿esta bien?-Pregunto de manera brusca, sujetando a Erin de los codos, obligándole a mirarlo.
-Eh… si, es un ligero resfriado. Debe hacer reposo… oh dios, debía comprarle el almuerzo, y debo  buscar su ropa en la tintoria, ¡Dios! ¡Voy a enloquecer!
-Yo lo hare.
-¡¿Qué?!-Preguntaron Erin y Alex a duo sin poder creérselo.
-¿Qué? ¿Qué tiene de malo?-Alex tomo del brazo a Yurem llevándolo a un lado.
-¿Qué haces?-Le susurro.
-¿Por qué? Solo quiero ayudar.
-Yurem Jalaf, solo ayuda a Yurem Jalaf.
-Oye, me haces sonar como un malvado.
-Pues lo eres.-dijo suelto Alex, cruzándose de brazos.-¿de verdad estas intentando lo que pienso? ¿Salir con la escritora? ¿a caso no tienes suficientes chicas a las cuales arruinarles la vida? Jamie es una mujer que lucho para llegar hasta aquí, involucrarse contigo seria lo peor que podría ocurrirle.
-¿De que hablas?
-¿Al menos sabes quien es ella? ¿Has leído su trabajo? Nisiquiera conoces “Ese tipo malo…”
-Bueno, yo, yo… no crei necesario saber lo que ella escribe…
-Lo que ella escribe es lo mas importante. Te habla de lo que piensa, de lo que siente, quién es… para un escritor lo es todo. Y tu a penas si soportas leer tus diálogos.
-Solo porque pienso que el tipo que interpreto es un idiota.
-Como sea, piénsalo, Yurem. ¿Qué es lo que quieres de ella? ¿Solo una noche o enamorarla y herirla por el resto de su vida?
-Ya basta, Alex. Solo me ofrecí a comprarle el almuerzo. Nada de otro mundo.
Mientras Alex negaba con la cabeza, Yurem se acercaba sonriente a Erin.
-Bueno, ¿que come la famosa Jamie Jones?
...
-Debe ser una broma...-Siseo Yurem al buscar la vianda de Jamie.
Un paquete envuelto en muchos montones de folletos verdes a favor de la vida.
El especial del día, incluía ensaladas de diferentes tipos y una postre de flan de vainilla.
Erin se había asegurado de darle la tarjeta de pase al edificio de su amiga.
A pesar de no poseer casi nada, era el único lujo que se permitia: vivir en el quinto piso de un edificio caro con vista al mar.
Jamie solía decir que aquella vista la "inspiraba", y mas le valía hacerlo con lo caro que le salia.
También soñaba con alguna cabaña alejada de la civilización, con un lago y arboles alrededor, pero habia visto demasiadas peliculas de terror como para atreverse a pasar una temporada allí sola.
Yurem ingresó al sitio. El montón de hojas que trababa la puerta le hizo pensar en la acumulación compulsiva pero cuando encendio la luz, pudo ver un bulto envuelto en mil sábanas, tecleando sin parar.
Las ojeras de Jamie, sumado a su nariz roja, su aspecto cansado y su cabello medio caído daba miedo.
-¿Jamie? ¿Eres tu?
-¿que quieres tu aqui?-Preguntó de forma gangosa.
-Pues, no, nada. Traje tu comida. ¿Como estás?-Yurem caminó lento y con cuidado de no pisar nada.
-¡Oh! ¡Rayos!-Se quejo Jamie con molestia.-¡Debe ser otro maldito sueño por la fiebre!
Comenzo a darse palmadas en la cara, al principio leves, luego sonaban mas bruscas.
-¡¿De que hablas?! ¡detente!-Yurem sujeto sus manos, dejandolos cara a cara en el suelo.
-Te ves muy real para estar en mis sueños...-Jamie examino la cara de Yurem, arrugandola, estirandola y contrayendola.
-¿Sueñas conmigo?
-últimamente, si.-Le respondió con sinceridad mientras seguía jugando con la piel de su rostro.
-¿qué tan a menudo?
-Casi siempre.
-¿Por qué? ¿Piensas mucho en mi?
-Es mi trabajo. Tú eres perfecto para mostrarme todo lo que está mal en los hombres.-Lo que pudo ser algo bonito a los oídos de Yurem se desinfló al final.
-Jamie, no estas soñando. Soy yo, el real.
-¿Por qué el Yurem real vendría a mi casa?
-Quizás, porque estaba preocupado por ti.
-Ja.-Jamie se puso en pie y camino hasta su habitación.
Yurem se quedo quieto hasta que escuchó como algo caia en seco en la cama.
Jamie roncaba boca abajo.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora