Lo escribí

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–¿Jamie?–pregunto Erin, asomándose con cuidado a través de la puerta del departamento. Un triste bulto estaba en un rincón en posición fetal.–¿Jamie?
Le preguntó de nuevo, sentándose en el suelo a su lado.
–Te odio.–le dijo levemente, meciéndose suave aún en la misma posición.
–Vamos, Jamie, no es para tanto, es más… tu charla… peculiar fue la que convenció a Yurem de aceptar el papel.
–No. No lo quiero a él como mi Kaffir… muero de la vergüenza. Busca a Brad Pitt o Ashton Kutchen y broncealos un poco… y  ya está.
–No delires, no tenemos presupuesto para Ashton, ni hablar de Brad.–Erin la ayudo a sentarse.–Anda, sonríe. Tus sueños se cumplen. Tendrás al actor que imaginaste para el papel… ¿Qué escritor puede percatarse de lo mismo?
–El se dará cuenta que escribí sobre él…
–lo dudo. Esos tipos bonitos de la gran pantalla, sólo leen los guiones que le asignen. Con suerte, sabrá que existió tu libro.
–Es que… ¿no te acuerdas?
–¿de qué?
–La escena… de mi novela…–Erin le sonrió con ternura.
–Cariño, represento a muchas personas, cantantes, músicos, estrellas, escritores… he leído solo de ti diez manuscritos… no recuerdo de principio a fin cada letra que escribiste de tu primer novela…
Jamie se hizo un ovillo, inflando sus mejillas como un globo.
–Lo escribí.
–Escribiste, ¿Qué?–Erin temio alzando una ceja.
–escribí eso del choque…–La agente dejó caer su boca, ampliándola como para que ingresara un elefante.
–¿tal cual?
–Tal cual.
–Oh dios… oh dios…–dijo comenzando a teclear.–Debemos quitarlo.
–¿Qué?
–¡Hay que quitar esa escena del guión!–Gritó nerviosa.
–Pero… ¿Por qué?
–pensara que escribiste en venganza, desprestigiándolo. Podría demandarte… ¡Sería tu ruina!
Erin comenzó a hablar por el teléfono siendo observada, ir y venir en una acalorada discusión.
–¡Te digo que no! ¡quitenla! ¡usen otra cosa!... ¡Tiene cuatrocientas hojas por el amor de dios! ¡algo servirá!–Erin miro por un segundo a Jamie, quien esperanzada, esperaba que ella triunfara.–Bien, se lo diré… ¡Está bien! ¡está bien! ¡No nos inmiscuiremos más!
Cuando cortó, los ojos de Erin mostraban cierto temor.
–¿y? ¿Qué paso?
–Lo quitarán.–Jamie suspiró mas calmada.–Aunque…
–¿Qué?
–Deberás ir al set, para reescribir el guión… tú y sólo tú puedes modificar la historia haciendo que se asemeje… lo siento.
Estaba confirmado, un reencuentro se venía en el futuro de Jamie Jones y Yurem Jalaf.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora