Relato

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Jamie llevaba ocho horas seguidas de sueño ininterrumpido. Razones por las cuales, despertó y se desperezo cual gatito, incluyendo el ronroneo.
Arrastro sus pantuflas de conejos rosas, y se preparo un tazon de café, mientras buscaba un sándwich de jamon y queso.
En eso, el timbre sono.
Jamie, con toda la lentitud del mundo abrio la puerta en confianza, creyendo que era su agente.
Unos pasos la siguieron como sombra sin mirar siquiera quien era.
-Dime, Erin… ¿Ya pensaste algo?
-¿Erin?-La fragancia afrodisiaca de hombre ya conocida bailo por su nariz.
Jamie fue girando lento, casi escuchando la música de la película Tiburon en su mente.
-¡¿Qué?!-La taza de café se partió en mil pedazos al caer. Yurem, vestido casi igual a Kaffir estaba ahi, solo que ahora usaba lentes de descanso de marco rectangular.
-Oye, ¿Qué tienes? Tu agente me dijo que querías verme y que viniera a esta dirección.
-Matare a Erin…-Murmuro.-Mira, no, se habrá confundido, yo no te llame.
-Que bonito departamento.-Dijo señalando el reducido hogar.
Se paseo indiferente a las caras o suspiros que le brindaba Jamie detrás suyo.
>>Por lo general, por educación, se debe invitar al invitado aunque sea agua.
Jamie bramo, en búsqueda de un vaso bien cargado.
Yurem le sonrio extendiendo su mano, pero cuando iba a ser entregado el envase de agua, Jamie se lo lanzo directo al rostro.
Las gotas bailaron desde las puntas del flequillo, ahora chupado, pasando por las pestañas inmensas, mejillas y terminar goteando por su mentón.
-Con que si.-Reprendio Yurem, quien, tomo un florero que se ubicaba sobre la mesa detrás suyo y virtio el contenido completo sobre la cabeza de Jamie, incluidas las flores.
-¡Eres un idiota!
-¡Y tu una desquiciada!
-Cierra después de irte.-Jamie camino molesta hacia su cuarto, pero no pudo llegar, puesto que fue frenada por la mano de Yurem que sujetaba su brazo.
-He oído que tienes problemas con el guion…
-¿Qué?
-¿necesitas inspiración?-Yurem sonrio de forma picara, arrastrandola hacia el.
Ambos pechos chocaron, quedando sus miradas fijas.
Por mas que Jamie se movio de lado a lado él no la soltó. Se habia aferrado a ella impidiéndole tomar distancia.
-¡Sueltame!
-He pensado en que… el protagonista tome a su arisca co-estelar.-Dio una mueca, arqueando sus labios.-Luego, se acerque a ella de lento pero con las intenciones firmes…
Actuo de la misma forma en que lo iba relatando, quedando asi su rostro cerca de el de ella.
-Para entonces, ella se sentirá intimidada, el lo sabra o al menos lo imagina, por como ella hace temblar sus labios y sus mejillas se tornan mas y mas rosas…-Yurem siguió imitando lo dicho, haciendo que las puntas de sus narices se toquen.
Rio un poco, haciendo que Jamie se sienta fuera de si misma, sin lograr dominar su cuerpo o al menos, hacerlo moverse.
-Y entonces… cuando ella no demuestre resistencia absoluta…-Ella fue cerrando los ojos, instintivamente, sintiendo su aliento acariciar sus labios.-El… la besara.
Yurem admiró por unos segundos a una mujer diferente. Tierna. Vestida como un indigente, con una cola caida y unas mechas sueltas.
Ahora no fruncía el ceño, ahora ella tenia otra expresión, lo cuál lo hizo sonreír aún más.
Yurem se apartó, como si nada, dejando a Jamie algo perdida.
-No lo sé… ¿Tú que piensas? ¿te inspiré?
-Yo… Uh…
-No fue nada.-Yurem le guiñó el ojo, mientras le pasaba por al lado, marchándose así de su casa.
Jamie siguió quieta, desconcertada rebobinando lo ocurrido.
“¿Habia sido real o soñado?”
Pero entonces, su cuerpo cobro vida, y ella corrió en bsuqueda de un anotador, escribiendo lo mejor que pudo la nueva escena.

¡NUNCA te daré mi autógrafo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora