Esa mañana fue una mañana bastante buena aunque amaneció algo nublado para mí eso era algo bueno porque soy amante de la lluvia.
Jeffrey tomó la decisión de irme a recoger a mi casa para irnos juntos al colegio. Nos fuimos y en el camino y vamos conversando sobre la noche que tuvimos
—¿Como dormiste? —pregunto.
—Bien ¿Y tu? —pregunte.
—Bien, sabes pase mi noche pensando en ti.
—¿En mi? ¿Y qué pensabas? Claro si se puede saber —pregunte dudosa.
—Pues me di cuenta que contigo todo es diferente, eres muy especial para mí eres una gran amiga —dijo.
—¿Hay otras? —pregunte insegura.
—No nena eres la única —respondio.
—No te creo como es posible que un chico como tú no tenga más amigas —dije.
—¿Porque no es posible? —pregunto.
—Porque eres muy sociable, tienes amigos por todas partes me imagino qué haces amigas muy "especiales" —dije celosa.
—Con el paso del tiempo me fui quedando solo. Los que decían ser mis amigos se fueron, nunca había tenido una amiga como tu —dijo con la mirada perdida en algún punto de el lugar.
—¿Como yo? —pregunte.
—Si como tu —respondio.
—Explicate —pedi amablemente.
—Pues la verdad sí me he llevado con muchas chicas pero no me he llevado con ninguna como contigo —dijo pensativo.
—Que Afortunada me siento —le dije con una sonrisa en mi rostro.
—¿Tu tienes más amigos? —pregunto.
—¿Amigos? Esa palabra no existe en mi vocabulario —respondí.
—¿Y yo? Ya veo que lugar tengo en tu vida —dijo incomodo.
—Lo siento rectifico no tenía hasta hoy —dije arrepentida.
—Explícame eso —dijo.
—Te explicó luego que vamos tarde —dije evadiendo el tema.
Corrimos hacia el colegio. Llegamos a el laboratorio de ciencias la clase ya había empezado así que cuando llegamos al salón pedimos permiso el profesor.
—¿Podemos pasar? —preguntamos al mismo tiempo.
El profesor asintió el permiso pero nos dijo que después de clases nos quedaríamos en detención.
Así que solamente entramos y nos sentamos mientras el maestro iniciaba la clase. El tiempo transcurrió demasiado lento hasta que fue hora de almuerzo y nos fuimos hacia la cafetería.
La verdad tenía mucha hambre pero no quise pedir nada
—¿No vas a comer nada? —pregunto.
—No tengo hambre —respondi.
—Come un poquito nada más, no puedes estar con el estómago vacío mira que nos quedaremos en detención toda la tarde —dijo.
—Está bien me comeré una galleta y un agua no más —dije en tono de advertencia.
—Esta bien, pero cuentame de ti —pidio.
—Pues no tengo nada bueno que contar —dije.
—¿Que tal si me explicas lo de tus amistades? —sugirio.
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el diario de una chica invisible
RomanceEsta es la historia de 2 jóvenes muy distintos que por arte de el destino se vuelven amigos. Ella, alguien llena de cicatrices y con un pasado que la atormenta. El, alguien solitario y lleno de tristeza. El, por su parte quiere sanar las heridas de...