Muchas Emociones

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Ha pasado ya mas de una semana desde que le escribí aquella carta a Jeffrey.

No se cual pudo ser su respuesta o su reacción, ya que tome la decisión de cerrar mis redes sociales por un tiempo.

Desde hace varias semanas estoy de vacaciones, el tiempo a transcurrido demasiado rápido tanto que hoy es el día de mi graduación.

Esta mañana desperté muy nerviosa y ansiosa a la vez, por fin después de mucho tiempo algo bueno sucedería en mi vida.

La mañana paso rápidamente con eso de el maquillaje, el peinado y unas cosas más.

—Llegó la hora mi princesa, —dijo mi madre con una sonrisa.

—Estoy nerviosa madre —dije.

—Tranquila hija, hoy es tu día disfrutalo corazón —dijo.

—Quiero llorar mamá —respondi con una voz entrecortada.

—No lo hagas mi niña se te correrá el maquillaje.

—Los extraño mamá, extraño a papá, a mi abue, a mi tio, se supone que ellos estarían conmigo en este día tan importante pero sólo estamos tu y yo —dije llena de lágrimas.

—Entonces seremos tu y yo contra el mundo mi princesa —dijo mi madre abrazandome muy fuerte.

Nos fuimos al colegio para la ceremonia la cual duró 3 horas.

Al dar por terminada la ceremonia mi madre lloraba de la felicidad, verla así me conmovió, no pude mas y las lágrimas que estaban alojadas en mis ojos iniciaron a resbalarse por mis mejillas.

Sentía un licuado de sentimientos, me sentía feliz por mi nuevo logró, sola por la ausencia de mis familiares, y sentía un poco de melancolía ya que iba a extrañar solamente a 2 jóvenes de los de mi promoción.

A Luis Daniel Rivas y a Ezra Mauricio Palacios, ellos fueron 2 de los chicos que cuando todos me dieron la espalda en el salón ellos no me la dieron en especial Ezra, y es por eso que graduarme me puso hasta cierto punto triste porque dejaba a 2 buenas personas en el colegio.

El tiempo paso y llegamos a casa, la soledad se hacia presente ya que mi hermano a raíz de lo sucedido con Alejandra decidió tomarse unas vacaciones e irse de viaje.

—Hija te llama al teléfono —dijo mi madre.

—¿Si? ¿Quien habla? —pregunte.

—Con tan poco tiempo ¿Te has olvidado de mi pequeña?

—¡Papaaaá! Hola.

—¡Felicidades hija! Te has graduado, este es un peldaño más, es un logro en tu vida hija, estoy orgulloso de ti.

Escuchar esas palabras que provenían de mi padre me conmovieron el corazón a tal punto de sacarme unas lágrimas.

—¡Gracias papá! Escuchar esas palabras me hacen realmente feliz. —dije al teléfono.

—A mi me hace feliz ver como te estas superando mi muñeca.

—No sigas papá, me harás llorar. —dije.

—Yo ya estoy llorando felicidad, ver que ya tienes tu titulo me llenas de felicidad.

—¡Gracias papá! Necesitaba escuchar eso. —dije conmocionada.

—Hija...

—Dime papá —conteste.

—Tu madre y yo hemos hablado mucho de el tema, quiero que sepas que lo hacemos para que tengas un mejor futuro.

el diario de una chica invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora