La propuesta

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Esta mañana desperté con una gran sonrisa, por que la noche de ayer culminó bastante bien.

Me dirigí al baño, me lave la cara luego me cepille mis dientes y me bañé.

Cuando termine me coloque una camiseta y un jeans baje al living y ahí estaba mi madre.

—Buenos días hija —dijo amablemente.

—Buenos días madre —respondi.

—¿Vas a desayunar? —pregunto.

—No gracias —respondi.

—¿Podemos hablar? —pregunto.

—Claro —respondi cortante.

—Ayer me hablaste de una manera incorrecta —dijo muy seria.

—Mamá con todo el respeto que tú te mereces tú tampoco actuaste de la mejor manera —di

—Hija comprendeme —pidio.

—No mamá, comprendeme tu a mi. Se supone que yo tendría que tener arranques así, tú tendrías que protegerme mamá —dije tratando de no exaltarme.

—tú no comprendes mis problemas —dijo.

—Tienes razón mamá, pero te puedo asegurar que también tengo los míos ... Me voy tengo clases —dije.

—¡Nunca se puede hablar contigo! Te quiero temprano aquí que hoy vendrán tus primos ¡Es una orden! —dijo molesta.

Salí demasiado enojada de mi casa. Llegué al colegio así que me dirigí hacia mi salón, me senté en el último escritorio y esperé que el timbre sonará para que empezará la clase y eso sucedió.

La maestra de Ciencias entró al salón y atrás de ella un grupo de estudiantes.

La profesora inició su clase, esta vez fue diferente. En esta clase no estaba Jeffrey eso me hacía sentir un poco de monotonía
así pasaron 2 largas horas de clase.

El timbre sonó así que como es de costumbre me dirigí hacia el patio debajo de el mismo árbol.

Al llegar a mi lugar me senté y coloque mis audífonos en eso vi que acercaba Enrique así que me quite los audífonos.

—Hola amor —dijo saludandome con un beso en mis mejillas y se sentó.

—Hola ¿Cómo estas? —pregunto.

—Al verte mucho mejor —admitio.

—Y dime... ¿Que querías hablar conmigo?

—Bueno... —dijo.

—¿Bueno..? —pregunte.

—No se como decirlo —admitio.

—Sólo dilo —sugeri.

—Como tu sabrás estoy enamorado de ti...

—Si lose... —

—Entonces quería saber si ¿Quieres ser mi novia? —pregunto.
—Prometo hacerte feliz —dijo.

—Si aceptó Enrique, aceptó ser tu novia —dije.

—¿Hablas enserio? —pregunto.

—Claro porque no hablaría enserio —respondi.

—Mi niña ¿Te digo algo?

—Si claro dime —respondi.

—Me haces la persona mas feliz del universo —admitio.

—Me alegro amor y haré lo posible para siempre hacerte feliz —dije.

—El hecho de que ya seas mi novia me hace feliz mi princesa —me dijo.

el diario de una chica invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora