- ¡Vamos Rosalinda llámalo! -Insistió de nuevo Liz.
- No -Dije negando con la cabeza.
- ¡Vamos! ¡Soy tu prima! ¡Rosaba! -Comenzó hacer ¿Rabietas? ¿En serio?
- ¡Liz te dije que no! -Dije un poco irritada, llevaba casi dos días con lo mismo, de que llamara al Perro
- Se supones que deberías complacer a tu prima cuando viene a visitarte de tan lejos -Dijo ella rondando los ojos y dirigiéndose hacia la cocina. -Siempre lo haces.
- Ya lo dijiste -Dije siguiéndola hacia la cocina -No siempre tengo que complacerte, se te hará un mal ámbito -Dije con una sonrisa.
- ¡Te odio! -Dijo rodando los ojos y sacando una leche de la nevera y poniendo mala cara -¿Esto es lo que tienes? ¿No hay jugo? ¿Qué paso con el refresco? ¿Los chocolates? -Dijo ella siguiendo mirando hacia la nevera -¿¡Que es esto!? -Dijo asustada y yo me acerque para ver lo que ella estaba viendo y después bufe -¿¡Para que tienes esas matas en tu nevera!? -Grito desconcentrada y yo trate de no reírme, me hacía falta está loca.
- No son matas, se llaman vegetales y son buenas para la salud -Dije con una sonrisa.
- No son buena -Dijo poniendo mala cara.
- Claro que lo son -Dije riéndome
- Rosalinda no lo son -Volvió a repetirme más seria.
- En realidad no lo son -Dije soltando un suspiro y sentándome en la mesa de la cocina.
- ¿Entonces para qué lo tienes? -Preguntando acercándose con la leche en la mano hacia la mesa y después ir en busca del cereal -Deberías votarlo.
- Estoy a dieta -Dije en voz baja.
- ¿A dieta? -Ella me miro burlona -¿Cuándo la comenzaste? -Todavía seguía con su cara de burla.
- Todavía no la he comenzado -Dije llevando un flequillo de mi cabello hacia atrás de la oreja y Liz comenzó a reír sin más no poder. -¡Pero pronto comenzare! -Dije firme y ella no paraba de reírse.
- ¿Cuándo? -Pregunto enarcando una ceja.
- Pronto -Dije cruzándome los brazos. -Ya no como comida chatarra -Le dije con una sonrisa de triunfadora y ella me devolvió la misma sonrisa.
- ¿Quiere pizza? -Pregunto ella
- Si -Respondí sin ella acabar la pregunta y ella comenzó a reírse de nuevo -Digo no -Dije retratándome.
- ¿No quieres pizza? -Pregunto con la boca abierta pero todavía muy divertida.
- No, no me hace falta, estoy a dieta -Dije intentando mentirme a mí misma. Si quiero pizza.
- No eres gorda Rosa -Dijo Liz sirviéndose en un tazón y yo me quede mirándola -Solo eres llenita y te vez muy bien mi gordos, aunque si me pregunta a mí, te mandaría a cambiar de ropa y ponerte una más candente -Dijo ella guiñadme un ojo.
- ¿De qué hablas? -Dije mirándome mi pantalón corto que tenía un pequeño hoyo en la parte de un lado y mi blusa ancha blanca, llevaba un moño mal hecho, pero me importaba muy poco -Estoy hermosa -Relaje con ella.
- Pues deberás cambiarte este domingo tengo planes para nosotras -Dijo con una sonrisa triunfante -Ya que no invitaras al papote de hace dos días, yo me invitare a buscarnos unos papotes para nosotras.