Liz & Leo

734 63 15
                                    


— ¡Ah! –Grito

— por quinta vez Liz, no dejaba de caminar de un lado hacia otro -¡Todavía no puedo creer todo lo que has vivido!

Ya hacia hora que el Turco me había traído a mi casa, debo decir que el viaje fue en un silencio sepulcral, debido a que el tal Turco no quería establecer conversación conmigo, no dijo nada, le pedí que se detuviera en una farmacia, tenía que asegurarme de no quedar embarazada de Cohen, aunque él me prometió que no hicimos nada, pero ¿Quién es él para yo confiar plenamente?

— Ya te he contado la historia dos veces –Dije rodando los ojos. Estaba sentada en el sofá con un pote de helado de vainilla con fresa frente a la televisión, aunque estaba encendida, no se escuchaba nada debido a que Liz la puse en silencio para poder hablar conmigo.

— Me encanta todo eso Ross, estás viviendo tu propia aventura con un hombre malo –Dijo mordiéndose los labios -¿Te gusto mucho su hermano? –Pregunto con una sonrisa de lado –Podría yo y él en un futuro...


Ella dejo de hablar y comenzó a reírse en el momento que vio mi cara de disgusto.

— Prima no puede desear todos para ti sola –Continuo Liz riéndose.

— Primero, no sé qué relación tiene con Perro –La señale y ella se encogió de hombro.

— Pero has dicho que le dijo hermano.

Rodé los ojos.

— La gente dicen hermano sin serlo, muchas veces –Le informe.

— Está bien –Dijo moviendo su mano como si no importara lo que le estaba diciendo –No importa lo que sean solo los fines que quiero con él.

— Liz tu nunca cambia –Solté una carcajada.

— Yo me imagino a mi querida prima Ross en medio de un tiroteo –Risa y más risa, lo que hacía que comenzara a molestarme.

— ¿Ah sí? –Pregunte enarcando ambas cejas –Yo espero que si tú ves en una situación así te pongas muy valiente.

— ¡Ya sé que vamos hacer hoy! –Dijo emocionada –Vamos, ven a cambiarte, vamos a prepararte –Fruncí el ceño –Quita esa cara, te encantara.

Todavía me pregunto por qué siempre acedo a todos los caprichos que desea Liz, yo solo debo decirle NO, pero se me hace tan imposible cuando pone su cara de niña miserable en busca de amor.

Me puse unos jeans oscuro, camiseta manga larga y con un enorme gatico en el medio, unos converse y un moño que estaba más para mi lado derecho que para mi izquierdo. Por suerte tengo este día libre y además no tengo que cumplir un horario como antes ¡Cuánto odiaba esos días! Decía la notica por una hora y luego tenía que quedarme ayudar a jefe y a todos los que estaban en un cargo mayor que yo me ponían hacer deberes, claro que yo lo realizaba, mi meta era llegar lejos, aunque eso signifique comenzar desde abajo.

Ahora yo tenía mi propio equipo, se sentía tan bien cuando me llamaban "Jefa" me gustaba no por inferioridad, más bien porque eso significaba que había llegado hacia la meta que me había propuesto, hasta estaba más delgada, otra meta que también realice. Mi familiares se sorprendieron mucho que había rebajo tanto, que irónica la vida, toda mi vida intentado rebajar, dietas y gimnasio no funcionaban, porque siempre volvía a mis malos hábitos de comer sin ningún control.

Recuerdo que cuando termine con mi primer novio, comí, comí como si el mundo se acabara mañana y no quería morir con hambre. Cada una de mis depresiones de antes me daba para comer y también me gusta comer mucho, hasta que llegue a deprimirme por el maldito de Perro, él no se merecía que yo sufriera por él, pero lo había hecho y con todo el dolor de mi alma me había dado cuenta que lo amaba más de lo que yo me hubiese imaginado y que a gane una cosa, que fue mi nuevo puesto de trabajo, lo que realmente había anhelado, pero nunca me hubiese imaginado que iba a perder a la persona que verdaderamente había amado ¿había? Me reí sin gana, después de haberlo visto claro que todavía sentía lo mismo.

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora