Mi desición

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Mucho tiempo sin escribir esta historia.

Debo confesar que tuve que leerla de nuevo para saber cómo iba porque se me había olvidado .-. Solo un poquito, mientras leía me di cuenta de algo muy grave,

¡Lo siento!

Admiro bastante aquellas lectoras que han llegado hasta aquí con esas FALTAS ORTOGRAFICAS, eran demasiado y hasta yo misma me horrorizaba a leerla de esa manera. 

Esta historia pasara a borrador cuando le de fin, para trabajar mejor en ellas.

Gracias por todo.

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Decir que olvidó lo ocurrido hubiese sido una locura, lo recordaba todo perfectamente. Ya había pasado una semana y todavía podía escuchar el sonido de la bala cuando presioné el gatillo.

Yo le había disparado a un hombre, aunque Perro fue el causante de su muerte ¿Quién me garantizaba a mi que con la bala que yo le di iba a sobrevivir?

Yo no era esa clase de mujer que iba por ahí disparando, aquello fue un momento que me descontrole demasiado; más nunca hubiese imaginado que tendría el valor de hacerlo.

Por suerte esa semana no había visto a  Perro, ni a ninguno que tenía que ver con ellos. Liz me dijo que le había escrito a Alexander varias veces pero que este no respondía, aunque no le dije ningún comentario a mi prima en ese momento, la verdad era que me alegraba de escucharlo.

No quería que Liz y yo nos involucráramos más lo que había ocurrido antes.

Amaba a Perro no lo podía negar, eso lo supe de inmediato aquel día, porque no dudé en disparar para que no le hicieran nada a él ¿Estúpido no? Enamorarme de aquel animal.

Nunca dude a pesar que sabía las consecuencias si matara alguien. También descubrí que estar con Perro me daba miedo, miedo porque él lograba que yo hiciera cosas que nunca en mi vida había pensando hacer, miedo porque ya no sabía qué más esperar de mi si seguía viéndolo.

— ¿Está de acuerdo señorita Cruise? — Me preguntó el Sr. Castillo haciendo que yo volviera a la realidad.

— Repítamelo por favor —pedí ya que no entendí nada de lo que había dicho, en esto días estoy más distraída de tanto pensar.

— Te notó un poco cansada —

— Estoy bien, no te preocupes. Si no hay más por hoy me retiro — dije recogiendo mis cosas para irme del lugar, necesitaba aire fresco.

— Señorita Cruise.
— ¿Si?
— todavía no me has respondido — frunció un poco el ceño.

Negué con la cabeza mientras mostraba una débil sonrisa.

— Lo siento, estos días he estado un poco...

— Cansada — completó él por mi y yo asentí. — espero que pueda descansar.

— Si, eso también yo espero.

Admití para luego salir de la oficina. Me podían llamar loca, pero a veces sentía que alguien me estaba vigilando, lo que hacía que mis alarmas se encendieran y siempre trataba de no estar sola.

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora