— ¿Le preocupa algo señorita? –Me pregunto por quinta vez Alexander.
Luego de hacer un escanee visual por quintas ves por el lugar que estábamos, puse mi atención a él. Nos encontrábamos en KFC que estaba ubicada en la plaza ¿Por qué elegimos este lugar? Bueno al parecer a Liz y al pequeño le gusta mucho el pollo frito de este lugar, me da cierta gracia el hecho de que Liz pidiera un combo y que resulte que no sepa como comerse el pollo frito y las papas por el hecho de que tiene al frente a este hombre de buena escultura.
— Nada –Conteste por quinta vez mirándolo con una sonrisa y tratando por todos los medio no volver a mirar hacia otro lado.
— Mi prima es muy despistada algunas veces –Le dice Liz con una sonrisa y él sonrió.
— Espero que acepten mis disculpa –Dijo él destapando su botella de agua, a pesar que el chiquillo, Liz y yo estamos comiendo él solo pidió una botella de agua. –Leo, es un poco –Dijo mirando a su hijo con el ceño fruncido –Muy especial.
— ¿Me estás diciendo anormal por estar enamorado de una hermosa mujer? –Dije Leo sintiéndose ofendido mientras llevaba un pedazo de pollo a su boca y luego mira a Liz para guiñarle los ojos.
— Es tan tierno –Dijo Liz forzando una sonrisa, se notaba que ya se estaba cansando del chico.
Yo comencé a reírme, me encantaba ver a Liz intentando soportando un niño, en poca palabras ella dijo que nunca iba a parir para no tener que lidiar con niño y que cuando yo tuviera los míos, ella solo me iba a hablar por cámara o simplemente me mandaba el dinero del vuelo para ir a visitarla pero yo sola; en conclusión, Liz odiaba a los niños.
Por tal razón me daba tanta gracia que ella estuviera soportándolo por el simple hecho de que quedo flechada por el padre, cualquiera quedaría flechado con tal espécimen en frente, pero me parece un poco extraño y divertido que fuera justamente ella.
— Leo compórtate, por favor –Pide el padre.
— ¿Y la madre? –Pregunta Liz mirando al padre, este se paso la mano por su cabeza y luego miro a Leo con una cara de tristeza -¿Murió? –Apresuro a preguntarle –Lo lamento tanto.
— No, no, no...
— Lo que pasa –Dijo Leo interrumpiendo a su padre –Es que mi padre termino con mi madre porque según él, ella solo derrochaba el dinero de las tarjetas de crédito en vez de darme amor y cariño y sus derivados.
Todos los presentes nos quedamos con la boca abierta.
— Leo –Alexander todavía tenía el rostro sorprendido –No es cierto.
— Padre, no me tienes que mentir –Bebió un poco de refresco y miro a su padre –Te escuche hablando con tío sobre eso.
— Pero no quería...
— Tranquilo papi –Se ríe –Ambos queríamos más a la nana que a ella –Leo miro a su padre picaron -¿Cierto? Tiene un buen traser...
Alexander no lo dejo terminar, ya que le había puesto su mano en la boca. Mis ojos todavía estaban bien abiertos por lo que estaba escuchando.
— Lo siento tanto –Se disculpa Alexander con nosotros y luego miro a su hijo -¿Dónde es que estas aprendiendo eso?
Leo se quita la mano de su padre de su boca.
— El único lugar que paso mayor tiempo es en la escuela –Dice levantando las cejas consecutivamente.
— Te cambiare de escuela –Demanda.