Noticia de portada

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— Pe... Perro –Dije todavía sin poder creérmelo que él estaba frente de mi.

Él comenzó a mirarme de arriba abajo como si no creyera lo que estaba viendo, aunque siendo sincera yo tampoco estaba esperando verlo a él. Maldigo en el momento que me doy cuenta que yo tengo una ropa de hombre puesta.

— No encontraste otro hombre con quién estar –Me reprocho fulminándome con la mirada.

En el momento que yo iba a responder, alguien se me adelanto.

— Mi hermano, el más Perro de todos los perros –Se rió acercándose hacia nosotros.

Me gire para verlo y llevaba en una mano una botella de cerveza.

— No esperaba verte hoy –Dijo él pasando una mano sobre mi hombro y yo me aparte de él.

— Vete de aquí –Me ordeno Perro, me moleste por la manera que me estaba tratando, pero antes de yo decirle algo me quede callada recordando que él me perdono la vida una vez dudaba mucha que lo volviera a hacer.

Cuando yo comencé a moverme hacia atrás, Cohen me volvió a sostener por los hombros.

— Es la nueva madre de mis hijos, la veras más a menudo –Le guiño los ojos y Perro no quitaba esa expresión fría de su rostro.

— Pues tendrás que buscar otra nueva madre de tus hijos –Dijo arrebatándome del agarre de Cohen hacia él.

Hice un grito de dolor cuando el halo de mí, no sé por qué me sentía como toda una puta sin rumbo, comencé a forcejear para que Perro me soltara pero fue totalmente inútil.

— Vete de aquí y nunca vuelvas –Me dijo entre diente y sin apartar su mirada de la mías; siempre he dicho que esa mirada de él era tan profunda que hacía que me perdiera con solo mirarlo.

— Mi... Mi... Celular –Dije señalando que lo había dejado adentro, él dudo por unos instantes pero luego me soltó.

Entre a la casa, mientras que Cohen se quedaban hablando en voz baja para que yo no escuchara, a Liz le va a dar algo cuando le cuente que me acaba de pasar. De tanto hombres en este mundo me tenía que tocar que con uno que conoce Perro.

Maldición y yo que pensaba que ya lo había superado, al menos un poco, pero ahora que acabo de verlo noto que lo que siento por él siempre ha estado ahí.

Recojo todo lo que se supone que es mío y camino hacia la puerta, antes de llegar hacia ellos escucho cuando Perro le dice a Cohen

— Cuando te vuelva a ver con ella, te matare –Dijo con su tono frio de siempre.

Me quede atrás de un rincón para seguir escuchando lo que estaban hablando.

— ¿Se conocen? –Pregunto Cohen-No, ustedes se conocen y tuvieron algo –ahora lo estaba confirmando.

— A ti no te tiene que importar lo que hubo.

— Claro que si hermano, porque ella me gusta –Dijo hablándole con el mismo tono que estaba usando él.

¿Era su hermano? Me tuve que llevar la mano a la boca para que no se me escapara un grito ¿¡Por qué de tantos hombres que existen en este mundo caigo en un familiar de Perro!? No sé si considerar esta situación como mala suerte de ver a alguien que prometió que para la próxima vez que yo me cruzara por su camino me iba a matar por traicionarlo o buena suerte por verlo otra vez. Creo que me quedo con la última, es una buena suerte poder verlo.

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora