Juego terminado

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¿Era de noche o era de día?

No podía contestar a esa pregunta, lo único que si sabía era que ahora me encontraba en una cama enorme y en una habitación también enorme, la decoración era azul oscuro con blanco, nunca me imaginé esos colores para una habitación pero no quedaba mal, aunque pareciera que la persona que duerme aquí es un vampiro o algo por el estilo por esta oscuridad.

La puerta se abrió dejando ver a un Perro serio, llevaba una camisa negra lisa, remangada hasta los codos y dejando la mitad de los botones sin abotonar lo cual le daba un toque más sexy, unos jeans azul marino y unas botas negras. Sus ojos me miraban fijamente y un flash back pasó por mi mente de todo lo que había pasado; al parecer Perro todavía no se había dado cuenta de en qué yo trabajaba porque si ese fuera el caso, estoy muy segura que él no me hubiera salvado.

— ¿Eres el hada del alcohol? –Le pregunte con una sonrisa –Porque ahora mismo estoy antojada de un whisky de los buenos.

Recordé que me habían disparado, automáticamente comencé a buscar la bala en mi cuerpo, pero lo único que encontré en todo mi cuerpo fue una venda en mi brazo izquierda, fruncí el ceño sin entender.

— Una bala te rozo –Dijo todavía mirándome desde el lugar donde estaba.

— ¿Te quedaras ahí parado? –Lo señale.

Perro se quedó en silencio y solo me miraba como si intentara estudiar cada parte de mí y sin él darse cuenta me intimidaba un poco.

— Eso no debió pasar –Dijo en un tono frio.

— ¿A caso crees que yo quería que pasara? –Dije levantando mis cejas.

Perro volvió a quedarse en silencio, esta vez se llevó la mano hacia su bolsillo y tiro la cabeza hacia atrás hasta llegar al marco de la puerta. Cerró los ojos por algunos segundos para luego recuperar la compostura que tenía anterior. Me miro.

— Esta será la última vez que me veras.

— ¿Qué? –Pregunte sin creérmelo.

— Desapareceré de tu vida Rose –Dijo sin apartar su mirada de la mía –Para siempre.

— ¿Por qué? –Dije lo cual sonó más bien como si estuviera jadeando.

Perro continúo estando callado, pero esta vez sí quiero saber su repuesta. Me senté en la cama para tener una mejor visualización de él.

— ¿Por qué? –Volví a preguntar.

— Porque lo que te acaba de ocurrir es por mi culpa –Dijo molesto por cada palabra que decía. –No soy una buena persona y lo que están en mi vida siempre correrán peligros.

— No entiendo...

— ¿Qué es lo que no entiendes? –Me interrumpió -¿La parte de quizás hoy te mata o la que fue por mi culpa? –Seguía muy molesto.

— No entiendo ¿Por qué yo? –No entendía nada –Has tenido muchas, muchas y muchas mujeres –No sé porque recalque tanto que tenía "Mucha" ¿Tal vez celos? –Y estoy segura que no han matado a todas con la que estas, no hay necesidad de desaparecer de mi vida.

Algo me decía que no debía decir eso, el mí mismo no estaba contento con esta repuesta; eso le dejaba saber a él que de verdad lo quería en mi vida sin importar qué.

Perro me miro y luego sonrió de una manera cínica.

— Ese es el problema –Dijo en voz baja –He tenido muchas mujeres y con ninguna he pasado de una semana.

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora