La casa secreta

571 40 33
                                    

La casa secreta


— Tía Liz, quiero ir con mi padre — dijo con angustia en su voz.

— ¿Tienes a la pequeña en contra de su voluntad? — Me regañó mi madre y yo abrí los ojos indignada.

— Claro que no, solo la estoy cuidando — le aclaré y luego a mi prima — que sorpresa que se conozcan y tú no me habías dicho nada — la acusé señalándola.

— Eh... Lo qué pasa... — Comenzó a desvariar para volver su atención en Emely — todo estará bien, Emely ¿Si?

Ella se quedó mirando a mi prima y luego asintió despacio para luego volver a mi lado con una cara decepcionada. Compartió una triste mirada conmigo antes de salir por la puerta de la casa.

— Yo iré — le avise a mi madre a ver qué tenía intenciones de seguirla.

Emily estaba sentada en el la cera que dividía la casa con la calle, su cabello cubría su cara y estaba segura que lloraba.

Me senté a su lado y la abracé, no le dije nada, al menos hasta que se calmara por completo. Emily me miró con sus ojos llorosos.

— En serio extraño a mi papi, nunca habíamos durado tanto tiempo separados — sollozo y la abracé con fuerza.

Yo también lo hacía Emily, yo también extrañaba a tu padre.

— Es navidad, se supone que siempre estamos juntos para esta fecha — me explicó cómo si el hecho de que él estuviera desaparecido no era aceptable.

— Sé que tu padre hará todo lo posible para estar contigo de nuevo— le garantice.

Eso en serio que lo esperaba.

— ¿Y si no? ¿Qué va a pasar conmigo? — Me cuestionó —Me enviarán a un orfanato y si tengo suerte a un internado.

— Hey, hey, no seas negativas — le acaricie el cabello — eso no pasará, tienes familia que te aman que te cuidarían sin dudarlo.

— ¿Quién me puede cuidar mejor que mi padre? — Varias lágrimas rodaron a toda prisa por sus mejillas, eso me partió el corazón.

El amor de los padres era único, nadie se podía comparar a eso.

— Emily, tu padre estará bien y vendrán por ti — le repetí intentando calmarla.

— ¿Y si no?

— Trataremos de contactar de nuevo con tus tíos — miré hacia la puerta de la casa — puede que obtenga alguna información de lo que está pasando, al parecer Liz sabe más que nosotras.

— ¿Tía Liz ? — Me observó con curiosidad y miró también hacia la puerta.

Asentí.

— Tio Alexander es un hombre muy ocupado, más que mi papá ¿Sabes? — Comenzó a contarme mirando hacia el suelo. — No tiene tiempo ni para su hijo Leonardo, siempre vive trabajando, por eso Leonardo para la mayor parte solo en casa con su cuidadora, mis otros dos tíos los amos pero no son muy responsables, solo lo vemos para festividades o cuando mi padre lo convoca para una reunión.

Comenzó a jugar con la punta de su cabello y luego me miró con sus ojos todavía húmedos.

— Se que lo que hace mi padre no es bueno, Rosa, pero él es un buen papá — me abrazó y yo le devolví el abrazo — siempre me dedica tiempo, siempre me escribe cuando está afuera y hasta vamos de vacaciones juntos, quiero a mi papá. — Volvió a llorar de nuevo.

Nunca me imaginé que iba a pasar mis navidades de esta manera:

Enamorada de una persona que no debía,

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 31, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora