Un gran comienzo

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—     ¿Sorprendida? Mi puta ¿Con que crees que estas tratando? –Dijo el acercándose molesto hacia mi ¿Acaso me había dicho puta? Que se cree este malnacido de donde sea que lo hayan sacado, me quede callada y mire hacia otro lado. — ¡Mírame cuando te estoy hablando! –Grito

—     Decídete ¿Quieres que te mire si o no? –Dije de mala manera y este se acerco rápidamente hacia mí y me agarro por la barbilla violentamente para que me quedara mirando sus hermosos ojos, joder, deberían matarlo por la reacción que hace en mí.

—     Nunca me hables de con ese tono ¿Entiende puta? –Dijo bajito pero amenazadora voz de mierda.

—     No me diga puta –Dije en un tono de voz que para mi era normal.

—     oh… -Me soltó y comenzó a reírse malévolamente —Primera puta que no quiere que le digan puta ¿Cómo se entiende eso? –Se acerco otra vez a mí a centímetro de mis labios ¡BESAME Y YA! No contrálate —Puta –Dijo despacio  y yo rodé los ojos.

—     ¿Quieres usarme? Vamos, quiero salir de esto de una vez ¿Cuánta veces son 3? ¿Qué te parece si lo hacemos dos veces hoy y salimos de esta mierda? –Dije hablándole bajito pero que se entendiera que estaba molesta.

—     Con razón te votaron de donde reina tienes una boca verdaderamente sucia –Dijo riéndose para después ponerse serio –Deberías saber que no me gustan que me estén dando sugerencia en poca palabras no me digas lo que tengo o no que hacer ¿Si? –Dijo serio.

—     ¿Entonces? –Dije acercándome a una de las ventanas y me quede sorprendida a la altura donde estábamos -¿Dónde estoy? –Dije mirando que se podía mirar todo desde esta altura.

—     En una de mis casas –Dijo

—     ¿Cuánta casa tienes? –Pregunte, ya que estaba aquí por que no sacarle algunas informaciones.

—     ¿Qué te importa? –Dijo levantando una ceja.

—     ¿No puedes simplemente contestar?–Dije con toda calma no quiero que se altere.

—     ¿No te puedes callar? –Dijo

—     ¿Por qué? –No me había dado cuenta que esto se estaba haciendo un concurso de pregunta sin ninguna respuesta.

—     ¿Por qué crees? –Dije de mala manera.

—     ¿Por qué no me puedes contestar ninguna pregunta? –Dije, cállate, el se acerco a mi y me agarro fuertemente el cuello y  me miro furioso.

—     ¿Cómo te callo? –Dijo serio.

—     ¿Crees que lo se? –Dije y ese instante sentí sus labios unirse con el mío.

El me besaba violentamente, en ocasiones pensé que me iba a desbaratar el labio y que no iba a ver nada para ponerme ni un poco de brillo labial después, comencé a quitarme la blusa que tenia y aquí íbamos de nuevo, solo quiere que yo le satisfaga la necesidad del hombre y yo aquí como una idiota, metida aquí solo por mantener el trabajo de mis sueños,  mi madre siempre me decía que no me podía aferrar a nada en la vida, pero es que eso es lo mío me encanta lo que hago y eses es el único programa que la gente mas ve y no solo eso sino que es el que mejor paga.

Yo lo ayude a salirse de la ropa que llevaba, en serio que tenia un grandioso cuerpo, increíble sus pechos, creo que todo lo de este hombre me encantaba era como un dios griego  y que lo tenia solo para mi y eso me gustaba; comencé a besarlo cada parte de su cuerpo  y el comenzaba a jadear, después de uno y otros besos el hizo lo mismo conmigo, en serio este hombre si sabia satisfacer una mujer.

***

Ya  estábamos tirado en la cama y el se quedaba mirándome atentamente.

— ¿Qué pasa? –pregunte confusa y al parecer esa pregunta le molesto porque se paro de la cama de mala manera.

— ¡Vete! –Dijo como si el me aborreciera y yo sin entender comencé a vestirme para salir.

Verdaderamente que ahora si me sentía toda una puta, solo hacerlo con el y el votarme como la verdadera ramera, cuando Salí de la habitación para que uno de sus hombres me llevaran otra vez devuelta, había en una mesita un folder negro, aproveche que nadie me estaba viendo para cogerlo y metérmelo dentro de la blusa y acomodarlo para que nadie se diera cuenta que me lo había robado.

—Puta –Dijo el maldito perro, me hervía la sangre cada vez que me decía ese nombre, me voltee para verlo y tenia un sobre blanco y me lo tiro y yo lo atrape —Eso es por tu servicios –Me miro de arriba abajo y negó con la cabeza —Tendré que llamar a otra para que termine de hacer lo que tu no pudiste –Dijo con desagrado, mi boca se abrió y formo un O ¿Qué no lo termine? ¿Acaso era yo que gemía más de la cuenta? Tranquila Rosa Linda. Al menos tengo algo a mi favor, el folder que había cogido y por eso no me molestare.

—Me falta dinero –Dije sin mirar el dinero que tenia la en la mano y el me miro extrañado, si era la puta que el decía y todo eso ¿Por qué no sacarle provecho a la situación? —Se ha olvidado a mandado a sus matones a mi casa y han destrozado en mil pedazo mi casa –Dije de mala manera y el se quedo mirándome.

—Carlota –Dijo el para después aparecer una rubia con un cuerpo bien hecho, le debería pedir el numero de su cirujano plástico para pasar por allá, me reí de solo pensarlo.

—Si señor –Dijo ella muy educadamente.

—Dele a la –Me miro de nuevo de arriba abajo y después se rio descaradamente –Puta que esta en frente de mi  $$15,000.00

—Enseguida señor –Dijo para después retirarse, el señor que me iba a llevar entro al salón diciendo que ya estaba listo para llevarme.

—Bueno esta puta se va –Dije muy feliz, al menos  me han pagado, mas puta que ahora no me sentía.

***

—Estas jugando con fuego amiga –Dijo Sussi sentándose en el mueble de mi casa.

—Ya no echare para atrás, además creo que el no me llamara mas –Dije

— ¿Por qué estas tan segura? –Dijo Carlos.

—Dijo que no soy buena en la cama –Dije naturalmente.

— ¿Cómo? –Comenzaron a reírse sin control Sussi y Carlos y yo le hice mala cara.

—Pero al menos te ha dado una buena lana –Dijo Carlos.

—     ¿Y que habían en esos papeles que te robaste? –Dijo Sussi y yo me puse seria

—     Son copias pero –Trague saliva antes de comenzar a decir —Es una lista de personas para matar y… y estaba el nombre de Killeshi Kong –Dije sin todavía poder creerlo.

—     ¿¡Como!? –dijo Carlos y yo asentí.

—     ¿Y vas a decir eso? –Dijo Sussi

—     Sussi Klein ¿Acaso piensa usted que me estoy acostando con el por nada? Claro que lo diré, ya hable con el jefe y dijo que me iba a dar una hora de la rubia ¿Un buen comienzo no? –Dije emocionada.

—     Creo que no deberías decir eso –Dijo Carlo algo preocupado —El ya te conoce y podría matarte.

—     Correré el riesgo –Dije

—     Siempre tan obstinada Rosa –Dijo Sussi

—     Ustedes deberían estar emocionada por mi en vez de tener esas cara –Dije

***

Fui al canal y dije la noticia lo cual el jefe se quedo muy contento con el trabajo que había hecho y yo mas me sentía feliz, por mi trabajo me atrevía hasta morir. Salí del canal y mi celular vibro, sabia que era un mensaje quizás de Sussi o Carlos para ajuntarnos, cuando abro el mensaje.

Numero desconocido:

¡¡El viernes eres mía!!

PERRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora