Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem II

Capitulo V

Buen martes! Holis, les traigo capitulo nuevo ^o^9 (no sé por qué rayos los capitulos se hacen pequeños al pasarlos en escrito a computadora :v) bueno espero que este no se les haga tan corto como el anterior X3 Disfruten de la lectura y no olviden dejarme sus bellos comentarios acerca de que les parecio :3

PREGUNTA IMPORTANTE!! (づ￣ ³￣)づ ¿Les gustaria que hiciera algún concurso? Ojalá me contesten ಥuಥ

Arigatou! Saludos XD

Todos son recuerdos...

He terminado con todos los pedidos de hoy y por ahora, me encargo de llevar más ropa sucia para trabajar con ella. El pequeño puedo se ve muy abarrotado de personas y eso que solo llevo una hora fuera de la casa. Al pasar cerca de varios negocios noto como las personas me saludan sin siquiera conocerme. Yo les correspondo el gesto con una tímida sonrisa. Más adelante, en una tienda de necesidades domésticas, me encuentro con un niño pequeño que conozco ya que su padre hace varios encargos de ropa a la semana. El pequeño se llama John y apenas debe alcanzar los siete años.

—Hey, Audrielle—dice en cuanto me ve.

—Hola.

Llega a abrazarme. Me sobresalto.

—Hace mucho que no te veía, he tenido mucha tarea en la escuela y casi no salgo a jugar—me dice con los ojos iluminados de la ilusión—. Hoy no tengo tarea. Quería invitarte a jugar.

Trago saliva. Apenas lo conozco y aunque aceptara ir a jugar con él, no sé ni recuerdo haber jugado en el pasado. Kotaro dice que es una pérdida de tiempo.

—Lo siento, tengo que volver a casa—me excuso.

Su boca se convierte en una gran mueca de tristeza. Sus ojos se comienzan a poner rojos, soltando algunas lágrimas. Suspiro cansada, lo tomo por la mano y me lo llevo hasta la orilla de no de los puentes que da más cercano al rio. Me siento sobre el suave pasto que cubre el suelo, esperando a que él también lo haga.

— ¿Por qué lloras?—le pregunto cuando se acomoda a mi lado.

Sorbe por la nariz y se limpia la cara con el dorso de su pequeño brazo. Eso se vio asqueroso.

—Creí que si querías jugar.

Dentro de mi mente lo miro con cierto odio... Pero, ¿qué? ¡No puedo odiar a un niño! Descanso mi cabeza entre mis manos.

—Varios niños de este pueblo dicen lo mismo.

Volteo a mirarlo confundida.

— ¿De qué hablas?

—Dicen que jamás se te ha visto jugar y que nunca jugarás.

Arg, estos mocosos. Yo no conozco casi niños en este pueblo, ¿cómo es que ellos me conocen a mi? Kotaro me ha prohibido hablar con más personas que no sean nuestros clientes habituales. Estar escuchando esto de John me trae cierta tristeza.

—Oye, eso no significa nada—tomo una piedra y la lanzo hacia el agua—. Solo es que yo... No tengo tiempo y mi— ¿cómo le digo lo de Kotaro...?—; tío no me deja salir a jugar.

John ya parece más tranquilo.

— ¡Oh!—Abre la boca sorprendido—. Tú tio le gusta a mi hermana mayor.