Capitulo XXXIII

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Hola...

SIIIIIIIIIIIII!!! v(≧∇≦v)三(v≧∇≦)v

Party Hard KuroFans! En la primer parte de Vitam et Mortem ya llegamos a los 40 mil leidos! Yey!... Y qué mal que la semana no subí capitulo u-u soy mala xD perdon, este capitulo resulto largo y espero les guste :'3

Me encantaron sus comentarios el capitulo pasado, ya veo el cariño que le tienen a Elizabeth xD 凸(¬‿¬)

Me voy! Quieren que apague la computadora ᕕ( ◎_◎)ᕗ

Los y las quiero! <3

P.D: Comentarios plox :'v me encantan los que piensan

Kuraudia senpai qwq (●♡∀♡)





"... Aunque no... No nos volvamos a ver..."





El Sepulturero está riendo más fuerte que nunca y a pesar de eso, ninguno de los tripulantes que están próximos a nosotros le presta la atención con sospecha. Ni siquiera parece molestarles el que Ciel y yo llevemos su ropa prestada. Hace unos minutos, una chica como de mi edad me miró raro, pero nada de eso pasó más allá de algo más.

—Aquí tienen unas cuantas provisiones, especialmente para ti... Audrielle. —El Sepulturero de pronto, empuja a Ciel con una casera canasta pequeña, como las que usan en los días de campo—. Tendrán que valerse por sí mismos, sus sirvientes no estarán con ustedes.

Ciel aprieta la mandíbula y una de sus cejas se enarca molesto.

— ¿Y qué es lo que harás tú?—le cuestiona enfadado—. ¿Serás un vagabundo?

—Investigar. Yo me iré a Paris.

— ¿Y por qué no nos llevas contigo? Audrielle podría enfermarse en cualquier momento.

—Es... Peligroso. Los Caídos saben que voy con ustedes al igual que Sebastian—mira detenidamente a Ciel, sus ojos verdes de Shinigami brillan espectaculares—. Ellos me perseguirán a mí, y no a ustedes. ¿Comprenden?

Hago una mueca en señal de buena conclusión. Ciel me mira un poco tranquilo, y yo solo alzo los hombros insegura de lo que puedo decirle. Debe estar preocupado por estarme cuidándome a mí y no a su espalda, es decir, explotó en cuanto supo que uno de los Caídos me había fracturado el brazo, debe de dudar de sus capacidades ahora. El barco arriba en un pequeño puerto de madera que comienza a ser más y más hundida por el nivel del mar. El descenso de los tripulantes es tranquilo y la mayoría parlotean cosas en francés. Por alguna extraña razón, el Sepulturero me coloca un collar en mi cuello, el cual tiene forma de dije dorado y contiene la imagen de una pluma azul zafiro.

—No te lo quites, pertenece a mi cadena guardapelos, pero es muy importante para ti—murmura—. Llévalo siempre.

Miro más de cerca al dije y asiento un poco intranquila. ¿Qué será una cadena guardapelos? ¿Lleva cabellos ésta cosa?

Poniendo mi primer pie sobre la arena, me tambaleo un poco por la extraña sensación de un piso firme. Ciel me toma por la mano y me estrecha hacia él para que no me pierda en el tumulto de personas que desean alejarse lo más rápido. El Sepulturero se planta frente a nosotros y con su enorme sonrisa que lo caracteriza, nos dice algo en voz baja.

Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora