Capitulo XXVI

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Holo! Este capitulo estaba programado para el sábado, pero no alcance a terminarlo ese día u.u perdonen a quienes les dije que ese día habría actualización. 

¡PERO POR FIN ESTÁ AQUÍ! (ノ≧∀≦)ノ・‥...━━━★ 

Calculando la duración de la historia... Ya casi llegamos a la mitad y pues, no se preocupen, aun faltan mucho para que termine nwn (*ノω<*)

Espero les agrade, estaré como un rayo escribiendo el siguiente y subirlo este VIERNES o SÁBADO dependiendo de mi tiempo disponible ( ̄'Д' ̄)9

¡POR CIERTO! Quién quiera dedicatoria de capitulo, solo díganmelo :'3 

No olviden sus comentarios :'D me hacen feliz (o^^)o

Saludos /^o^/






"Yo ya no puedo llorar..."




El palacio Buckimham está lo bastante retirado como para creer que caminando haríamos tan solo treinta minutos. Tenía la certeza de que si me proponía a correr, no retrasaría tanto a Ciel y al Sepulturero, pero cuando llegamos a la calle Stepherd, siento perder todas las fuerzas en menos de un segundo. Disminuyo mi velocidad por completo pero no dejo de correr en pequeños pasos.

—Tonta—Ciel se posiciona detrás de mí para cargarme sobre sus brazos—. Si estabas cansada debiste decirlo.

Las actitudes de Ciel han dado un giro completo; antes, podía percibir su odio hacia mi, ¿por qué ahora tiene cierto tipo de aprecio? Si, en serio, es bipolar. El Sepulturero desde un lado se burla estruendosamente. Ciel bufa estresado.

—Oportunidades, Conde...

Observo a Ciel y espero a su gesto. Al igual que yo, alzamos una ceja ante el comentario del tipo más sonriente del todo el lugar. ¿Por qué siempre está sonriendo? El nervio que controla parte de la mandíbula y sus mejillas debe estar atascado... Pero, también todo el tiempo ríe. Este mundo está lleno de locos.

— ¿Cómo se supone, entraremos en el Palacio?—Cuestiona Ciel mirando hacia el cielo.

—Conozco una entrada—le responde el Sepulturero—. Podremos conocer los calabozos y mazmorras antiguas...

— ¿Qué-qué?—Mi mandíbula se mueve arriba y abajo—. ¿Torturan personas ahí?

—No, en la actualidad eso ya está prohibido, pero quien sabe sí los ángeles caídos desaprovechan su mal uso, je, je, je...

Nos detenemos de pronto. Ciel aun mirando al cielo, me estruja más fuerte como si quisiera que yo misma me convirtiera en una bolita de protección. Sus ojos azules se transparentan en contraste al cielo y mira a todas direcciones. El Sepulturero hace girar sus largas mangas en un tipo de baile ridículo.

El piso se estremece bajo nosotros.

—Oh, rayos—dice burlesco el Sepulturero.

El rugido de un Nefilim destroza mis pobres tímpanos tan sorpresivamente, que por poco salto de los brazos de Ciel.

—Maldita sea—espeta Ciel en cuanto comienza a emprender marcha.

El Sepulturero ya no se ve por ninguna parte.

Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora