Capitulo II

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Ta dah! Yey! \*u*/ Por fin sabado y por fin segundo capitulo TTuTT Estoy muy feliz con los comentarios que me dejaron en el pasado capitulo, sé que hay mucho revuelo, y no saben "si amar o odiar a Kotaro" XD Gracias en verdad, sin ustedes ese fanfic no seguiria adelante :'D

En multimedia les dejo la imagen de como me imagino a Kotaro (claro, sin la vestimenta que lleva puesta en la imagen >///< ) Quién conozca a Feilong de Viewfinder, manita arriba, eh XD

Espero les guste el capitulo y ya saben, no olviden sus comentarios ;D

Saludos!





Lindos recuerdos...





— ¿Por qué tenemos que viajar como personas normales en tren?—Se quejó Ciel Phantomhive, sentándose pesadamente sobre el asiento de piel.

Sebastian acomodaba algunas maletas para disimular su trayecto hacia un pequeño pueblo en donde planeaban encontrar algunas almas para alimentarse. El mayordomo sonrió de forma falsa al terminar y se sentó al frente de su joven Amo.

—Es más cómodo—justificó con ironía—. Últimamente no hemos comido bien, nos cansaríamos más rápido, Joven Amo.

Ciel entrecerró los ojos.

— ¿Y cómo es que tú no lucias cansado cuando trabajabas para mí en la mansión Phantomhive?

—Secretos, Joven Amo—le guiñó el ojo.

—Bien, ya que tengo que soportar un viaje de dos horas junto a ti, disimulare que no existes.

Se recorrió en el asiento hasta quedar junto en la ventanilla.

—Nunca se ha quejado de que estaré toda la eternidad junto a usted.

Rápido, volteó a mirarlo con veneno. Sus ojos se convirtieron en un rojo vivo. Lo quiso asesinar con sólo verlo, pero el mayordomo descaradamente le sonreía con brusquedad. Le gustaba provocar al pequeño demonio.

—Has como si no estuvieras aquí—agitó la mano Ciel.

—En realidad, me gustaría hablar.

Ciel se recargó en el cristal de la ventana, sosteniendo su barbilla con la palma de la mano.

— ¿Qué quieres?

El tren empezó a avanzar dando los primeros silbidos y alejándose con velocidad de la estación central de Londres. Ese paisaje le recordaba el pasado de 1800, la actualidad le molestaba en ocasiones. Ciel Phantomhive deseaba volver...

—Han pasado tres meses—dijo Sebastian.

Lo miró por el rabillo del ojo para después, girar su cabeza y mirarlo sin expresión alguna.

— ¿Por qué dices eso?—Su voz se quebró en la última palabra. Pronto bajó el rostro para que no pudiera notar lo difícil que era admitir todo eso.

—Hace tres meses exactamente la señorita Aileen...

—Eres un hipócrita llamándola "señorita"...

—... Murió.

Ciel sintió como eran una buena bofetada esas palabras. Había prometido no aparentar ser abatido por ese recuerdo, pero Aileen era un problema.

Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora