Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem II

Capitulo I

Bonito sabado!!! :'D ¡Yey!, por fin el primer capitulo ┌( ಠ‿ಠ)┘ y pues, ¿qué les puedo decir? Quiero agradecer infinitamente a tod@s quienes han hecho realidad que estos fanfics continuen poco a poco, ya que ustedes son los que me inspiran y me dan motivos para seguir adelante n////n Y tambien recordarles que Kuroshitsuji Vitam Et Mortem (el primer fanfic) está concursando en los Premios Watty \*o*/ 

Y respecto a que días voy actualizar, lo más probable es que sea los sabados ＼(^。^ )

Bueno, mejor me dejo de rodeos y ya los dejo leer.

No olviden sus comentarios (ﾉ◕ヮ◕)ﾉ*:･ﾟ✧

_____

Recuerdos de hoy...

La estancia en donde vivo es pequeña, pero me puedo mover libremente haciendo el trabajo que me corresponde. Lo que hago es lavar ropa de otras personas, algo con lo que gano un poco de dinero pero que me ayuda para alimentarme. Kotaro, mi sirviente me ayuda; cuando toda la ropa está seca, él la plancha y la dobla, haciendo paquetes para que después yo me encargue de llevarlas de nuevo hasta sus dueños.

Kotaro es un demonio... Y tenemos un contrato.

Camino con dificultad llevando el canasto de ropa seca hasta la mesa. Sin poder esperármelo, me tropiezo con algo que se encontraba en el suelo.

— ¡A...!—Suelto el canasto y mis manos aterrizan en el piso rasposo.

Kotaro me mira desde el otro lado de la estancia. Camina con velocidad hasta llegar a levantarme y recoger la ropa. Me sonríe con delicadeza.

— ¿Estás bien?—Alza el canasto y se lo lleva.

—Sí.

De pronto, siento hormigueo en una de mis manos.

—Iré a lavarme—le digo.

Su mirada seria de inmediato penetra en mi mano lastimada. Me detiene por el brazo y me atrae hacia él. Se agacha junto conmigo y toma de mi mano para analizarla. Puedo sentir su fuerte respiración.

—Kotaro...—trato de alejarme—, estoy bien, solo es un pequeño raspón.

Sorpresivamente saca su lengua para lamer mi herida; limpia la poca sangre que ha salido y parece ser de su agrado. ¿Debería continuar dejando que haga eso? Quito mi mano de golpe, un tanto asustada.

— ¿Te gusta la sangre o algo así?—siseo.

Se relame los labios con una delicada sonrisa. Sus ojos están más rojos que de costumbre.

—No, pero tiene tu esencia.

Vaya, realmente son incomodas esas actitudes, aunque intento acostumbrarme. Me pone un tanto nerviosa, pero poco a poco estoy intentando no darle mucha relevancia. Sé que es un demonio, pero a veces esa máxima confianza que tengo en él se esfuma.

—No quise asustarte, Audrielle—vuelve a tomar de mi mano, sobresaltándome—. Sabes que debes tener toda tu confianza y libertad conmigo.

Es cómo si hubiera leído mi mente. Mi vista se mantiene sobre mano siendo envuelta por una fina venda. ¿No debí desinfectarme? No creo que me beneficie tener baba de un demonio en mi mano, pero no me gusta contradecirlo o reclamarle algo. Al ponerse correctamente de pie, vuelve a ganar esa doble altura, dejándome como una simple enana. Su cabello largo y negro (desde este tiempo que lo conozco) me ha gustado, aunque nunca se lo he dicho directamente.