Capitulo XLIX

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 "Si no te hubiese conocido, no me sentiría tan sola, ni habrían noches en las que lloraría sin parar, pero aun así... "





Soñé con Julianne. Pero no hablamos de nada durante mi sueño. Atrás de nosotras había una fotografía enmarcada de nuestro padre donde lucia muy sonriente.

Abro los ojos mirando el techo oscuro de la habitación... Que por un momento me sobresalto asustada por no acordarme de donde me encuentro. No sé qué hora sea. Me limpio los ojos varias veces y estiro los brazos satisfactoriamente. Escucho voces muy lejanas, procedentes de todas las oficinas de los Shinigamis.

Mi ánimo en un principio es normal, hasta que voy recordando todo lo que sucedió ayer con la plática de Will.

Siendo sincera, no quiero salir de aquí. De algún modo debería de ir a encontrar un sitio donde esconderme hasta que se den por vencidos de querer llevarme. Pero no soportaría estar tantas horas sin comer. Maldición.

De seguro hoy estarán pensando en llevarme con mi padre. ¿Por qué tan rápido? ¿Tanto soy un estorbo? Salgo de la cama que se encuentra en una esquina y me voy hacia el lado contrario a sentarme abrazada a mis piernas. No me siento a gusto conmigo misma. El cabello largo es un verdadero infierno. Resoplo levantando mi flequillo.

¿Cómo haré para impedir que me lleven con papá?

¿Cómo...?

¿CÓMO...?

La cerradura de la puerta comienza a hacer ruido. Por lo que supongo y logro ver por debajo del umbral, unos tacones rojos están esperando a entrar. El hombre más femenino del mundo llamado Grell viene a decirme algo y ruego internamente a que sean buenas noticias.

—Mocosaaaa—cierra la puerta tras él.

Camina por el espacio libre de la recamara. Estoy detrás de él ahora y ni siquiera se ha percatado.

— ¿En dónde estás? —Se asoma dentro del baño.

Bostezo escandalosamente.

Se gira de golpe.

— ¿Por qué no me respondías?

Bajo la mirada.

— ¿Te comió la lengua el ratón?

Sigo callada. Sería buen momento para sacar el tema de papá pero, ¿y qué tal si ya no van a llevarme con él? Grell podría malinterpretarme y pensar que si quiero vivir con él. Grell, nombre de jabon, já, recuerdo cuando se lo dije...

— ¡Aileen! —Me chasquea los dedos muy cerca de mi cara.

—Vete.

— ¡¿Ah?! ¿Y quién eres tú para darme ordenes?

Aprieto los labios. Desvío mis ojos a las pequeñas motas de polvo que vuelan por el piso. No tengo muchos ánimos para hablar con él, especialmente él, Grell quien en porcentaje es igual que una mujer y no suele comprenderme.

— ¿Por qué quieren que viva con mi padre?

Mi pregunta lo deja momentáneamente pasmado. Sus ojos verdes observan toda mi manta de cabello echa un asco por el suelo.

—Porque es lo mejor, mocosa. ¿No quieres tener familia de nuevo? Podrás ir a la escuela, alguien que te cuide...

Esto último me hace arrugar la frente. Grell parece darse cuenta de su error y comienza a titubear para cambiar rápido eso dicho.

Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora