Capitulo XXIX

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¡SIIIIII! Pude terminar a tiempo el capitulo nuevo *llueven globos de colores* ¡Hola! ¿Como están? xD Espero les guste esta parte, ya viene la calma, ya no más bullying a Aileen y en fin, veamos como se procesa esto d(>_・ )

ATENCIÓN CHICAS GANADORAS DEL MÁS RECIENTE CONCURSO: aun no he podido hacer sus dibujos (⋟﹏⋞) no he tenido suficiente tiempo estos días, pero ya saldré de vacaciones ρ(^o^)♪ y pronto espero ponerme al corriente ;D no se preocupen, les prometo hacerles su dibujos :'3 

Y bueno, creo que eso es todo por hoy (-ω-)ゝ

No olviden sus sensuales comentarios y... Ser kawaiis xDDDD (ya matenme)

¿Alguien ha jugado Undertale? Asdfgfghhjkñkñ me enamore del juego ;u; <3 

Saludos a tod@s!

Kuraudia-senpai




"Quiero que las digas..."





Sebastian perdió el control. ¿El motivo? El mismo Ciel Phantomhive. No solo el poder que influía de los Caídos era la razón de su obstinación, en verdad llegaba a odiar a Aileen por el mismo modo en que Ciel la buscaba como un perrito faldero. Sebastian cayó de rodillas y vio como el agua se alzaba al momento de que la niña ya cruzaba el agua del río. Estaba fuera de sus razones, no pensaba pero si sabía con certeza el problema que había creado. Ciel gritó peor que nunca y sin pensarlo un segundo más, quiso ir a saltar del puente tras ella, pero Ciaran se le interpuso.

— ¿Son mucho recuerdos para ti, eh, Phantomhive? La primera vez que moriste por caer de aquí—le dijo con voz sombría. Ciaran miraba con recelo a Sebastian—. Si vas allá, quedarás congelado y será en vano tu intento de salvarla.

— ¡Y eso a quién le importa!

Lo empujó y se impulsó a la orilla, pero lo pensó bien. Ciel ya nunca antes había nadado aguas profundas como las del rio Támesis; la última vez fue cuando Elizabeth cayó en aquel rio que se desbordó... ¿Podría nadar aun?, simplificándolo eso no le importo y juntando sus manos al aire, se lanzó caída en picada al agua. Las olas se revolvían en masas negras y el cielo nocturno aun se reflejaba en mayoría. Al menos Londres había sido liberado.

Ciel entró como un cuchillo al agua helada pero no se paralizo de inmediato como le pasaría a un humano suicidándose. Abrió los ojos debajo del agua y desesperado buscaba señales de Aileen.

—Es probable que haya muerto—afirmó Kyle con voz austera—. Y todo por la culpa de Michaelis... Eh, ¿me escuchas imbécil?

Sebastian no hizo caso. Pensaba solo en el alma de Aileen.

—Un momento, ¿a dónde fue ese Shinigami sonriente, Ciaran...?

Este último se alarmo por el comentario de su compañero; lo miró y el pelirrojo alzo los hombros sin saber algo. ¿A dónde había ido?

Ciel movia sus brazos con torpedad, el agua se arremolinaba mucho y no avanzaba como quería. Su piel comenzaba a tensarse del frio, pero no le resultaba doloroso. Pensó en perderla de nuevo, sin duda ya no lo soportaría porque... Ya no había nadie en verdad a su lado. Pronto, una sombra pequeña se hundía frente a sus ojos. Sus dos manos removieron el agua hasta que con poca claridad dejaron ver a la pequeña niña que flotaba sin protección. Su cara comenzaba a verse azul, su demás piel era tan pálida como una muñeca de porcelana tirada al agua.

Kuroshitsuji: Vitam Et Mortem IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora