IV

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"Ahora los sueños son reales, porque se sueña despierto."

: : C A P Í T U L O C U A T R O | No recuerdo preguntar tu opinión

(Megan)

Recuerdo que una vez le pregunté a mi madre acerca del lugar donde nacía el amor. Ella me respondió que todas las emociones verdaderas provenían del alma, pero sin un corazón el amor sólo puede estar en el aire esperando ser atrapado. Cuando pienso acerca de ese comentario mi pecho se aprieta con nostalgia, mamá era una persona con errores como todas las demás, demasiado confiada, ingenua y delicada. Tal vez por ello mi padre se aprovechó de esa vulnerabilidad. Pero era tan maravillosa que siempre tenía una buena cosa que decir cuando estabas triste.

Ahora que lo pienso, nunca volví a dudar sobre esa definición del amor pero hoy comienzo a dudar el por qué aún sigo amando cuando no sé en realidad lo que es el amor.

Han pasado cinco días desde que ocurrió el incidente de la puerta trasera. Ciento veinticuatro horas, siete mil cuatrocientos ochenta y siete minutos, cuatrocientos cuarenta y ocho mil docientos veintidós segundos y contando desde el último momento en que vi a Kellin Quinn partir delante de mis ojos.

Es increíble la capacidad cerebral del ser humano para llegar a revisar esas cifras vanas y que tu corazón duela al saber que no has visto a una persona en casi una misera semana.

Es deprimente que incluso en este momento esté pensando en ello.

No es exactamente que fuera mi culpa. Al día siguiente de nuestro altercado le envié un "mensaje de paz" y le di la oportunidad para que explicara todo ese asunto de la chica al otro lado de la puerta, pero como si de una ilusión se tratase la presencia de Kellin dejó de existir en este mundo. Su teléfono me envió a buzón de voz cuando intenté llamarle, su casa estaba vacía y no se ha presentado en el bar por todo este lapsus de tiempo.

Kellin solo se fue de nuestro territorio.

Jalé de la cuerda que entrelazaba mi mochila para luego colgarla a mi espalda porque sí, además de que mi novio no está por ninguna parte en todo el universo y más allá, hoy es el maldito primer día de universidad y la primera vez en siete años que dejo la casa de mi tía Jess para vivir un largo tiempo en otro lugar.

Extrañaré mi espacio, lo sé, pero por sobre todo extrañaré a Val, quien ya se fue a su propia universidad ayer.

Fue una despedida triste. Con mocos y lágrimas incluidos que sólo demostraba lo solitaria que nos sentíamos la una sin la otra.

Aún recuerdo la primera vez que nos conocimos. Admito que no fue en el mejor de los términos pero si hay algo que jamás cambiaría en mi vida es el día que supe de Valerie Poxleitner. Ella cepillaba el cabello de su nueva Barbie rubia, que poseía grandes botas rojas de vaquera junto al sombrero que estaba apoyado en el escritorio de su asiento. Era la niña linda del colegio, todos los pequeños estaban detrás de ella y más cuando se sentaba sola apoyada en el árbol y comenzaba a cantar.

Val siempre fue una persona buena para hacer amigos.

Val siempre fue una persona buena a la que querer.

Val siempre me pareció un poco irritante al principio.

Tal vez por eso fue que envié volando un pequeño proyectil -confeccionado con el mejor papel color rosa que hallé la mochila de Eliss- lleno de saliva, conducido por la cascara de mi lapicero directo a su cabello. Lo sé, quizá no fue la mejor forma de conocer a tu mejor amiga pero ¿tenía que ser tan perfecta todo el tiempo?

Keep you ; kellin quinn [iych #1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora