Keep you ; kellin quinn [iych #1.5]

VI (2/3)

¡Wiiihí! llegaron a los 15 votos en menos de 2h. :) Aquí va la segunda parte. Pero tendrán que esperar la tercera porque aún no está lista :/

¡A leer!

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"Todos queremos felicidad sin dolor, pero no se puede tener un arcoíris sin un poco de lluvia."

: : C A P Í T U L O   S E I S | No estaba muerto, andaba de parranda

Habitación S-201, Orange State University, California.

(Megan)

Sus ojos eran de un distintivo color esmeralda claro, tan bellos que eclipsaban la luz que iluminaba el pequeño espacio de nuestra habitación. Quiero aclarar eso porque su mirada es casi lo único adorable que ella tenía en todo su cuerpo.

Sus brazos estaban impregnados de tinta indeleble con formas y figuras rudas, suavizado con un par de rosas entrelazadas en el manto de púas que abrazaban su biceps derecho. Rostros y colores tatuados en su cuerpo llamó mi atención un segundo antes de que ella gruñera y alzara el bate de béisbol que traía empuñado en su mano izquierda.

Uh, ella era una versión muy verídica de lo que sería una motociclista.

- Van a dejar de hacer ruido o tomaré ambas cabezas y las golpearé contra el suelo. O haré un gran trabajo con mi bate en sus espaldas - sus palabras surgieron de su garganta con voz ronca como si unos minutos antes ella estuviese durmiendo.

Fruncí el ceño ante ese pensamiento.

A nadie le gustaba que la despertaran gritando, pero tampoco es para amenazar a personas como si su sueño fuese más importante que todo los demás.

Gracias por la solidaridad, señorita egoísta.

- Bueno, eso será si es que te dejo hacerlo. - Alcé una ceja mientras mi boca se fruncía en un gesto de disgusto.

Volvió a gruñir una palabra que no entendí.

- ¿No me vas a dejar golpearte? - dijo con sorna -. Eso dilo mientras tengas mi puño estampado en tu cara.

Wow, wow, para tu coche que me quiero bajar aquí.

¿Qué diablos sucede con esa amenaza?

- No le tengo miedo a pelear así que ven - respondí encogiendo un hombro. Ya quería golpear algo, así que imaginaria el rostro de Elissa en su cara y seguro que ganaba por millas de distancia.

- ¿Ah, sí? No intentes hacerte la genial conmigo, pendeja.

- Yo no trato de aparentar nada, idiota. No fui yo la que entró en la habitación de otra persona para lanzar amenazas como una delincuente.

- Perra.

Una garganta se aclaró con un fuerte sonido a sus espaldas. Todas salimos de nuestras realidades alternas para fijar nuestra vista en el hombre de pie en el umbral de mi habitación.

Mi corazón se aceleró de un segundo a otro, pasó de constante a errático y dejó mi pecho doliendo. Inspiré aire lo más fuerte que mis pulmones pudieron permitir mientras veía al hombre que creí desaparecido de esta dimensión.

Mira, no estaba muerto, andaba de parranda, dijo esa voz en mi cabeza. Asentí en acuerdo.

Kellin tenía el ceño fruncido mientras su intensa mirada furiosa y glacial se posaba en la chica ruda que me amenazó unos segundos antes.