CAPÍTULO 10

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Como no me gusta nada, nada cómo ha quedado este capítulo. De regalo hoy doble , pero después de darle tantas vueltas y sin saber muy bien qué hacer, aquí está..

29 de marzo

Kate Beckett se despidió de su secretaría después de un largo y duro día de trabajo. Muchas reuniones y un cliente que no sabía si declararse inocente o culpable. Todo por amor, se creía culpable por haberle hecho daño a su exnovia, según el pensamiento de la abogada había sido al revés, pero él no era el verdadero culpable de aquella desgracia. Su trabajo era convencerlo de declararse inocente, algo que ya era, y no culpable para complacer a su ex. Además, de buscar los argumentos y las pruebas necesarias para demostrar su inocencia ya que en la primera vista se había declarado, él mismo, culpable de todos los cargos.

Cuando salió del edificio Beckett se topó con el frío de aquella noche neoyorkina. Comenzó a caminar deprisa para llegar lo antes posible a su coche pero algo o, mejor dicho, alguien se lo impidió. Kate se dio la vuelta al escuchar su nombre. Esa voz. Esa voz le era demasiado conocida. Cuando sus ojos se encontraron con los de su interlocutor se quedó muda. No sabía ni qué hacer ni qué decir. La había tomado por sorpresa.

-¿Qué quieres? –logró decir fríamente después de reponerse un poco.

-¿Ni siquiera me vas a preguntar cómo estoy? –preguntó burlón.

-No me interesa –dijo secamente. -¿Qué quieres? –repitió.

-A mi hija –fue directo.

Kate frunció el ceño y sintió cómo la rabia comenzaba a correr por su cuerpo –¿A tu hija? –preguntó sarcásticamente. –Te recuerdo que me abandonaste nada más supiste que estaba embarazada y te dije que no iba a abortar. ¿Con qué derecho vienes ahora? –le recriminó.

-Soy su padre. Y puede que el aquel momento no estuviese preparado para ser padre, pero ahora sí. Me casé y hace unos meses mi esposa tuvo a nuestro primer hijo. Quiero estar con Sophie. Ella también es mi hija y tengo derechos sobre ella.

-Esos derechos los perdiste el día que nos dejaste porque éramos una carga para ti. No vengas ahora con… -la abogada no pudo terminar la frase.

-Kate, no te estoy pidiendo permiso para verla, solo te estoy informando. Voy a hacer lo que sea para tenerla conmigo. La quiero conmigo, viviendo con mi esposa y su hermano.

-¿Qué? Eso no va a pasar nunca –gritó furiosa.

-Sí, va a pasar, créeme, que va a pasar. La familia de mi esposa es rica e influyente y está dispuesta a ayudarme con esto. Ni el mejor abogado en estos casos podrá ayudarte. –el hombre rio.

-¡No me la vas a quitar! –exclamó. Kate sintió cómo sus ojos se llevaban de lágrimas, agolpándose en ellos. -¡No te lo voy a permitir!

El padre de Sophie rio. –Me da igual que no me lo permitas. Tengo poder y lo voy a conseguir.-Kate apretó fuertemente los puños, haciendo que sus nudillos se pusiesen blanco por la fuerza. –Ve despidiéndote de ella. Los primeros trámites ya están hechos, pronto te llegará la carta. –Después de eso se alejó y Kate sintió cómo las lágrima, que estaba conteniendo, salían libres de sus ojos humedeciendo sus mejillas.

XXX

Kate llegó a la casa de sus padres, aún lloraba por el reencuentro con Dan, el padre de Sophie.

-Katie, ¿qué ha pasado? –preguntó su madre preocupada cuando abrió la puerta y la encontró en ese estado. -Katie –la llamó a su madre de nuevo. Ésta por respuesta entró sin decir nada buscando a su hija con la mirada. Cuando la encontró sentada en el sofá con Jim, corrió a su encuentro.

Que bonita la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora