CAPÍTULO 24

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Esta si que es mi chica veo que lo de ayer fue un tropiezo, pero ya estas aquí y con esta son dos de dos.
@CarmenMoyaCalvenye por ser la primera en votar en el capítulo anterior seras quien reciba mis mas sinceras "GRACIAS", gracias por leer, gracias por comentar, gracias por votar y sobre todo gracias por esperar cada día y con paciencia (esto es por si algún día me retraso) a que suba un nuevo capitulo.

Castle se separó de Beckett sentándose rápidamente en la cama. Se llevó las manos a su cara, tapándosela con frustración. Kate al ver su reacción se incorporó también.

-Lo siento, lo siento... no debería de haberlo hecho -se disculpó el escritor mientras se peinaba el cabello hacia atrás con sus manos.

Kate sintió cómo la alegría que había sentido en su interior unos segundos antes, daba paso a la tristeza. Se arrepentía, Rick, se arrepentía.

-Yo... no sé, Kate, no sé por qué lo hice. Me dejé llevar, no debería de haberte besado. Lo siento. Yo...

-Nada, Rick. Olvídalo, Olvidémonos de esto. -Dijo sin mirarlo a la cara para que no viera en sus ojos la desilusión. -Mejor, vamos a dormir.

-Kate...

-Vamos a dormir, Rick. -Repitió. Castle salió de la cama y volvió a su sitio, junto a Sophie.

XXX

A la mañana siguiente, Sophie, fue quien se encargó de despertar a su madre y a Rick. Mientras la niña irradiaba alegría, los dos adultos no eran capaces de mirarse a la cara. Sobre todo, Kate.

Cada vez que Rick intentaba hablar de lo ocurrido ella se lo impedía, restándole importancia.

-¿Qué vamos a hacer hoy, Rick? -preguntó Sophie cuando acabaron de desayunar.

-Lo siento, pequeña, pero me tengo que ir. -Confesó Castle.

-Jo

-Pero luego, voy a jugar contigo al parque, ¿te parece? -la niña asintió más contenta.

Kate limpiaba todo lo que habían ensuciado en el desayuno, pensando que el escritor solo huía. Pero, la verdad, es que Castle lo único que quería era llegar a su casa y asegurarse de que su madre estuviese bien.

XXX

Lo prometido es deuda, así que Rick llegó puntual al parque. Aún no habían llegado las Beckett. Una de las madres, con la que había coincido varias veces allí, se acercó a saludarlo. El escritor le devolvió el saludo educadamente.

Varios minutos habían pasado desde ese saludo pero, ahora, se encontraba metido en una conversación que no sabía cómo había llegado a ese punto. Sin duda alguna, esa mujer estaba coqueteándole sin disimulo alguno.

Beckett llegó al parque junto a su hija. Sophie comenzó a buscar a su amigo. Kate se sentó en el banco de siempre. A lo lejos, vio a Rick.

Y lo que vio, la desilusionó aún más. La decepción dejó paso a la tristeza. Castle hablaba muy amistosamente con una mujer, reía abiertamente como nunca había hecho con ella.

Solo lo había visto así con su hija. Estaban ligando y sintió rabia por haberse enamorado de él. Por haberse enamorado de alguien que nunca la correspondería y que, esa noche, terminaría con esa mujer entre las sábanas. Él ya se lo había dicho. Solo buscaba sexo.

Que bonita la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora