CAPÍTULO 45

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Richard miró la puerta por la que Kate había desaparecido segundos antes. Apretó su puño derecho con fuerza, hasta que se le blanquearon los nudillos.

Tomó una botella de agua, que alguien había dejado olvidada en el poyete, y la tiró con fuerza contra la pared. La botella que se estampó con demasiada fuerza, se abrió y se derramó, salpicándole agua.

En ese instante, cuando sintió varias gotas de agua en su cara, se dejó caer al suelo, apoyándose en el muro que tenía a sus espaldas. Bebiendo de la botella de Whisky, dejando que las lágrimas, por fin, fluyesen libres por sus mejillas. Queriendo olvidar todo lo que estaba viviendo. Deseando que todo fuese como antes y que nada de eso hubiese pasado.

XXX

-¡Papi! -la voz de Sophie a sus espaldas, lo hizo volverse. Se agachó y la cogió en brazos. Besó su frente. -Mami le va dar de comer a mi hermanita -le informó sonriente, moviendo sus piernas para que la bajase. Le hizo caso y la soltó. Rápidamente, tan deprisa como había llegado, desapareció por el pasillo. Castle negó con la cabeza riendo.

Terminó de secar la encimera con el paño y lo dobló. Después, tal y como había hecho la niña, desapareció por el pasillo.

Entró en la habitación principal, encontrándose a Kate de espalda. Sonrió y caminó hacia ella, abrazándola por detrás. Beckett, que observaba a su hija dormir en su cuna, sonrió y se acurrucó en su pecho. Rick retiró el pelo de la abogada y besó su cuello. Como respuesta, Kate, entrelazó su mano derecha con la de él sobre su vientre. Castle observó sus alianzas orgulloso.

-Sophie me ha dicho que le ibas a dar de comer -le susurró al oído sin separarse.

-sí, le voy a dar. Solo estaba esperando que se despertara.

En ese momento la bebé gruñó, haciendo que Beckett se separase para tomarla en brazos.

-¡Ya estoy aquí! -exclamó Sophie cuando entró corriendo en la habitación de sus padres.

Castle se giró y le sonrió, al igual que Kate con su hermanita en brazos.

Richard cogió la gasa y el babero mientras Kate se sentaba en el sillón de la habitación para amamantar a su hija. Luego, se sentó a su lado para observar todo el proceso. Le encantaba ver a la madre de su hija darle de comer.

Sophie se sentó al lado de su padre, y tal y como había hecho su madre, se desabrochó la camisa.

-Yo también tengo que darle de comer a mi hija -le informó a su padre que la miraba con una sonrisa en su rostro. Castle asintió sin dejar de sonreír, mientras miraba cómo su hija acercaba a la muñeca a su pecho.

Kate ladeó la cabeza y sonrió. El escritor volvió a centrar su atención en Kate y su pequeña hija. Con cuidado acercó uno de sus dedos hasta la carita de la bebé y la acarició, ganándose un gruñido por parte de ésta.

-Parece que a la pequeña de las Beckett, no le gusta que la molesten cuando están comiendo- dijo divertido Castle.

-En eso ha salido a su papi -le respondió con una sonrisa Kate.

-Sí, y en todo lo demás ha salido a su abuela -dijo con un deje de melancolía.

Beckett se acercó a él, con cuidado de no molestar a su hija, y lo besó en los labios. Richard le sonrió agradecido y acarició la cabeza de la pequeña Martha, que con su pelo pelirrojo y sus ojos azules era una réplica a su madre.

En ese momento, Richard, se despertó de golpe. No recordaba cómo había llegado la noche anterior a su habitación de hotel siquiera.

-Lo siento, madre, siento no cumplir mi última promesa. Sé que te prometí hablar con ella y arreglarlo todo, pero no puedo perdonarla. No después de todo. -Se llevó las manos a la cabeza, frotándose los ojos, había bebido tanto la noche anterior que sentía que la cabeza le iba a estallar y ese sueño no lo ayudaba mucho.

Que bonita la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora