Que bonita la vida

CAPÍTULO 16

@colochito felicidades hoy es tuyo el honor de recibir mis más sinceras "GRACIAS" por leer por votar y sobre todo por aguantar a que publique los capítulos.

Vale, como veo que ya se os a pasado el susto de Martha, quiere decir que ya puedo subir otro susto. Y recordar que si alguna tiene ganas de matarme y lo consigue, no habrá nadie para terminar de subir el resto de la historia.

Mientras caminaba, Castle, miraba a Sophie y a los otros niños jugar. Sonrió.

Estaban tan llenos de vitalidad. La misma vitalidad que siempre había desprendido su madre y que ahora se estaba apagando.

Dando un gran salto al vacío en los últimos días. Desde el día que se enteró. Ya no era tan dicharachera, era más taciturna. Su madre había intentado disimular delante de él, pero la conocía demasiado bien como para creérselo.

Los niños corrían de un lado a otro, uno de ellos iba detrás de los demás. Todos reían.

Castle se acercó hasta donde estaba Sophie, de espaldas, la niña al sentir su presencia se dio la vuelta y al verlo, salió a correr dejando a un atónito Rick allí parado.

-¡Sophie! -la llamó pero la niña no se detuvo, siguió corriendo.

El escritor comenzó a andar a pasos ligeros para alcanzarla, pero la pequeña corrió más deprisa, tanto como sus piernas le permitían.

Rick logró alcanzarla cuando se subió en una de las casitas del parque. Castle, subió las escaleras y se sentó al lado de donde lo había hecho la niña, con su muñeca en medio de sus piernas. Ésta se alejó hacia el otro lado, haciendo mayor la distancia entre ellos, jugando con su muñeca, sin querer mirar a Castle.

-Pequeña, ¿estás bien? -la niña siguió sin hacerle caso. -¿He hecho algo mal? -Rick se inclinó para poder mirarla a los ojos y vio que, estos, estaban acuosos.

-Sophie -la llamó sin éxito -¿me dices que te pasa? -la niña negó. -¿Quieres que juguemos? -Volvió a negar- ¿un cuento? -nada.

El escritor se quedó durante unos segundos callado, observando a la niña. Estuvo así, hasta que vio cómo la pequeña se limpiaba algunas lágrimas que habían logrado escapar de sus ojos. Respiró hondo.

-Hace muchos años, en un lejano país llamado Taikarú, vivía una bella princesa de ojos verdes, su nombre era Sophie. -Pausa-. Un día, mientras la princesa jugaba en el parque se puso triste y no quería decir porqué. Su amigo, Rick, qu...

-¡No! -Gritó la niña-. -¡Tú ya no eres mi amigo! -

Antes de que, el escritor, asimilase las palabras de Sophie, la niña, volvió a bajarse y salió corriendo, olvidando su muñeca.

Richard, vio la muñeca allí tirada y tomando aire salió de la casita. La pequeña llegaba a donde estaba Kate, ésta se había levantado y, también, corría cuando se dio cuenta del estado de nerviosismo de su hija. Y vio, las lágrimas recorrer su rostro. Se acercó deprisa hacia ellas, con la muñeca en la mano.

-Sophie, ¿qué te pasa? -preguntaba mientras su hija estaba abrazadas a sus piernas, llorando. -Sophie, cariño, dile a mamá lo que te pasa.

-Pequeña -la llamó Castle cuando llegó.

-Dile que se vaya, mami, dile que se vaya. -Pidió entre sollozos.

-Cariño, pero ¿por qué quieres que le diga eso? -le preguntó mientras miraba desconcertada y confundida a Rick. Éste se encogió de hombros y dejó caer sus manos con pesar, tirando la muñeca al suelo sin querer. Se agachó y la recogió.