CAPITULO 41

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N/E: al igual que en mi otra historia por razones ajenas a mi voluntad no pude ni felicitar ni dar las gracias a la primera en votar y al igual que en la otra historia lo pongo en la foto por que han sido dos.

N/A:Tenía que haber puesto esto hace como dos capítulos, peeero mi mala memoria se olvidó...

Gracias a Maiia84 por ayudarme con ese capi y otros ideas xD y a nanisaro por ayudarme, en ese mismo capi, con la ubicación.

Capítulo 26

Observó cómo la puerta se cerraba tras de su amigo. No se había quedado a cenar con ella ni a contarle un cuento antes de dormir, pero estaba feliz por haber podido compartir ese rato junto a él jugando.

Corrió arrastrando sus pies descalzos por el suelo, trepó y se sentó en su silla. Lista para empezar a cenar.

Miró a su madre con una gran sonrisa, tan grande era, que se le achicaron los ojos. Kate le devolvió la sonrisa, forzada, pero estaba feliz por su hija al fin y al cabo.

-¡Tengo mucha hambre! -exclamó riendo la pequeña.

-Pues a comer ya, entonces -le acercó más el plato, le dio el tenedor y colocó la silla lo más pegada a la mesa para que pudiese comer con comodidad. -Hay de sobra -le sonrió y le acarició la mejilla con la mano que no le dolía.

Durante la cena, Beckett, estuvo escuchando con entusiasmo a su hija. Ésta le contaba ilusionada lo que había estado haciendo con Rick.

-¡Y mañana va a ir al parque a jugar conmigo! -Gritó, dando con el tenedor en la mesa.

Kate le dedicó una sonrisa antes de llevarse a los labios el vaso de refresco. Se estaba pasando la cena, dándole vueltas con el tenedor a la comida sin llevarse nada a la boca. No tenía apetito. De vez en cuando, dirigía su mirada hasta el lugar que hubiese ocupado Rick, encontrándose con el plato intacto encima de la mesa.

-¿Qué hay de postre, mami? -preguntó su hija cuando se hubo comido el último bocado de su plato.

-Hay yogurts, fruta, tarta,... -enumeró - lo que tú quieras.

-¿Tarta de chocolate? -Kate asintió. -¡Tarta!

Se levantó con cuidado de no plantar mal el pie, casi no le dolía ya, pero prefería tener cuidado. Recogió con una mano todo lo que pudo y se marchó a la cocina a por el postre de su hija.

XXX

Sentada en el banco de siempre, Kate, esperaba, junto a una impaciente Sophie, la llegada del escritor. Aunque intentaba controlar los nervios, cada vez se le hacía más difícil mantenerlos bajo control.

La niña, movía sus piernas, que quedaban colgando del banco. -¿Falta mucho para que llegue, mami?

-No lo sé, cariño. -Kate la miró y en ese mismo instante, su hija salió corriendo.

-¡Rick! -gritó, abrazándose a las piernas del escritor. -¡Por fin viniste! Castle la tomó en sus brazos y besó su mejilla.

-Lo siento se me ha hecho un poquito tarde, arreglando unas cosas. -Le sonrió. -¿Vamos a jugar? -preguntó, caminado hacia la zona de juegos.

Que bonita la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora