CAPÍTULO 12

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Aquí estamos de vuelta con un poco mas de azúcar para esta historia. Recordar que tenéis que ir haciendo acopio de pañuelos para mas adelante. El que avisa ni es traidor

Kate fue a buscar algunos documentos, dejando a Sophie y a Rick juntos en la sala.

La niña permanecía callada mientras su mirada estaba fija en sus pies, los cuales movía suavemente.

-¿Estás bien, pequeña? -la niña negó. Y miró a Rick con los ojos llenos de lágrimas.

Castle la tomó entre sus brazos y Sophie le rodeó el cuello con sus bracitos.

-Todo va a estar bien, pequeña, sabes que yo estoy aquí, ¿no?

-Castle le dio un beso en la mejilla.

-Te tengo una sorpresa pero si la quieres te tienes que animar y sonreír, ¿vale?

La niña se separó del abrazo para mirarlo.

-¿Una sorpresa?

-preguntó con una sonrisa y sus ojos brillantes por culpa del agua cristalina.

El escritor asintió.

-Pero ya sabes, ¿vas a estar contenta?

-Sí, sí -la niña afirmó acompañando sus palabras con movimientos de su cabeza hacia arriba y hacia abajo.

-Así me gusta, pequeña.

Ahora vamos a acompañar a mamá y luego tendrás tu sorpresa.

-Sí.

-Sophie se abalanzó sobre Rick y le dio varios besos en la mejilla.

Kate que acababa de regresar de su habitación, sonrió ante la escena que tenía delante.

Castle le hacía bien a su hija. Y deseó que todo fuese muy distinto.

XXX

Kate denunció a Dan y Rick declaró como testigo.

Después de más de una hora en la comisaria salieron por fin.

-¿Te acuerdas que te dije que tenía una sorpresa para ti?

-le preguntó a Sophie nada más pisar la calle.

-Sí, sí que me acuerdo -asintió la pequeña.

Castle rio. -Pues bien, la sorpresa es que iremos dónde tú quieras a comer dulces, tartas, golosinas, a jugar, lo que tú quieras y cómo tú quieras.

Beckett miró a Rick

-Antes que me diga nada abogada, es mi cumpleaños y quiero celebrarlo con Sophie y contigo, por supuesto.

Además, creo que nos merecemos pasar un rato tranquilos y relajados.

Tan solo divertirnos. -Ante eso, Beckett, no se pudo negar.

Era verdad, necesitaban un respiro y no podía negárselo ni a Rick ni a su hija.

-Feliz cumpleaños, Rick

-le deseó Kate.

-Siento habértelo estropeado...

-No me lo has estropeado, Kate.

Que bonita la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora