Luke estaba lavándose la cara con agua fría mientras yo le esperaba apoyada en el marco de la puerta del baño de chicos sin atreverme del todo a entrar. Al rozar sus dedos con su hinchado ojo soltó un quejido por lo bajo y mi sentimiento de culpa aumentó.
- Deberías venirte a mi casa para curarte eso y echarte un poco de maquillaje para intentar al menos que tus padres no lo noten. - le propuse.
Luke levantó la cabeza del lavabo y me miró para luego asentir con una radiante sonrisa. Intenté sonreír como él pero sólo me salió una mueca, por lo que él quitó su sonrisa y se acercó a mi con los brazos abiertos. Me envolvió con ellos y sentí que estaba a punto de llorar, así que intenté contener las lágrimas.
- Lo siento muchísimo, Luke. - dije con la voz rompiéndose en cada palabra. Si seguía así iba a acabar llorando.
- No es tu culpa. He sido yo el que ha querido pegarle. - se separó del abrazo lentamente y permaneció delante de mi, con una ligera sonrisa. - Prefiero llevarme un ojo morado a haber visto como besabas a ese hijo de puta delante de mi. Además, sé que tú no querías, por lo tanto no iba a permitir que él se llevase lo que quería. Ya te dije que haré cualquier cosa para que tú estés feliz, y si Austin no te hace feliz le apartaré de tu camino como sea.
Sentí que una lágrima ya estaba recorriendo mi mejilla y me lancé sobre su cuello para abrazarle de nuevo. Un te quiero pasó por mi cabeza, pero no podía decírselo, no aún. Mis piernas y mis brazos rodeaban su cuerpo y él reía en mi cuello, debido a la espontaneidad de mi abrazo.
- No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mi. - reconocí tras haberme bajado de nuevo al suelo.
- Te devuelvo todo lo que estás haciendo tú por mi. Pero curarme el ojo no estaría mal. - bromeó, señalando a su ojo, que ya estaba cogiendo un color horrible, indicando que había sido un buen golpe.
Ambos reímos, Luke pasó su brazo por mis hombros y salimos del baño. Nuestros amigos estaban en el pasillo con caras de preocupación, y en cuanto nos vieron vinieron rápidamente hacia nosotros.
- Luke, ¿estás bien? - preguntó Ambar, examinando su ojo.
Luke asintió, aún sonriendo y tras decir varias veces más que estaba bien, nos fuimos directos hacia mi casa. En el camino Luke seguía con su brazo sobre mis hombros y en un momento lo cambió de posición para ponerlo alrededor de mi cintura. Sinceramente, parecíamos una pareja. Nos reíamos por las tonterías que decía el otro, no parábamos de sonreír, sólo nos mirábamos a los ojos y de vez en cuando nos sonrojábamos.
Saqué mis llaves del bolsillo y abrí la puerta deseando que mis padres no estuvieran en casa. Abrí la puerta silenciosamente por si mis deseos no se cumplían, y al echar un vistazo y ver que no había nadie, solté el aire que había estado aguantando y dejé pasar a Luke para entrar yo después.
- El botiquín y demás cosas están arriba. - indiqué el piso de arriba con algo de vergüenza por la situación y, tras sonreír, Luke comenzó a subir las escaleras.
Se quedó parado al llegar al piso de arriba y pasé delante de él para guiarle hasta el baño. En el botiquín había de todos esos líquidos que necesitas para curar heridas, así que los saqué y lo coloqué en el lavabo mientras Luke se sentaba en un taburete con una expresión de dolor.
- ¿Te duele mucho? - asintió suavemente con la cabeza, aunque seguía sonriendo. - No sé muy bien como curar un ojo morado, la verdad.
- Quizás necesitemos hielo. - abrí los ojos de par en par, no sé cómo no se me había ocurrido eso.
Asentí con la cabeza, dándole la razón, y bajé rápidamente las escaleras, corriendo hacia el frigorífico. Busqué un trapo y envolví el hielo en éste, de nuevo volví a correr hacia las escaleras. Entré al baño y Luke me saludó con una sonrisa. Sonreí con tristeza al ver cómo resaltaba su ojo morado.
Me agaché hasta quedar a la altura de su rostro ya que estaba sentado en aquel taburete. Coloqué el hielo envuelto en el trapo sobre su hinchado ojo. Un pequeño quejido escapó de su boca y no pude evitar soltar una pequeña risa.
- Hey, no deberías reírte del pobre débil friki que ha sido golpeado por el capitán del equipo de fútbol, más conocido como el tío más popular del instituto superior a todos los demás.
Mantuve contacto con el ojo que no tenía tapado y llevé la mano que no tenía sujetando el trapo a su mejilla para acariciarla con mi pulgar. Él subió su mano hasta la mía y la agarraró, dejándola caer sobre su pierna.
Y así estuvimos durante unos largos minutos. Sólo su respiración y la mía. Nuestras manos entrelazadas y nuestros ojos sólo observando la infinidad de sentimientos que corrían a través de ellos mismos. En esos momentos todo lo que importaba era que estábamos el uno para el otro, que nos teníamos para cualquier cosa. Sólo me importaba que sus ojos siguiesen brillando con la misma intensidad con la que brillaban aquella tarde en mi casa, y que su sonrisa nunca desapareciese, siempre tan grande y tan simbólica. Luke me hacía tan feliz que me resultaba imposible vivir sin él.
La puerta de la entrada se abrió tras el traqueteo de unas llaves, haciéndonos saber que mis padres ya estaban en casa. Me levanté rápidamente del suelo y busqué el maquillaje que había en mi pequeño armario del baño. Eché una cantidad considerable sobre el ojo cerrado de Luke, y procuré esparcirlo bien para que su ojo ya no pareciese tan extremadamente colorido.
Mi madre me llamaba desde el piso de abajo y le respondí un par de veces mediante gritos que en un momento bajaba. Saqué unos apuntes de mi mochila y arrastré a Luke hacia las escaleras, tendiéndole su mochila mientras él estaba con la timidez y el miedo por mis padres a flor de piel.
- Tranquilo, todo va a ir bien. - le dije y pude notar como se relajó al menos un poco.
Bajé las escaleras con unos apuntes en la mano y Luke con su mochila colgada al hombro, mis padres nos miraban perplejos, con la boca entreabierta.
- ¿Y éste quién es? - dijo mi padre, señalando a Luke de mala manera.
Sonreí hacia Luke y mostró una sonrisa nerviosa para nada seguro de si mismo.
- Ha venido a dejarme los apuntes de Historia, pero tranquilos que ya se va. - tras esa frase mis padres fruncieron el ceño y empujé a Luke poco a poco hacia la puerta de mi casa.
- ¿Y no le presentas siquiera? - cerré los ojos con fuerza y me di la vuelta al igual que Luke, para responder la pregunta de mi madre.
- Luke, mis padres. Papá, Mamá, Luke, un amigo del instituto. - dije, con voz cansada de toda esa situación.
Luke intentó sonreír para ser amable, por mucha vergüenza que estuviese pasando, y saludó con la mano, acompañado de un suave "hola".
- Encantada, Luke. - respondió mi madre y Luke sonrió de nuevo.
- Igualmente, Señora Turner. - he ahí la faceta educada de Luke Hemmings.
- Oh no, llámame Brenda. - rodé los ojos y empujé a Luke de nuevo hacia la puerta. - Podrías venir algún día a comer y así nos conocemos mejor ¿no crees, Abbie?
El corazón me dio un vuelco y abrí los ojos de par en par ante la propuesta de mi madre y sin responder nada abrí la puerta de la calle. Luke comiendo con mi familia sería un completo desastre.
- Hasta mañana, Luke, gracias por los apuntes. ¿Hablamos por whatsapp? - susurré esta última frase y asintió sonriendo, antes de despedirse con la mano de nuevo y cerrar la puerta.
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Lo siento, el finde pasado no subí capítulo :-( Hay veces que no tengo ganas de escribir ni ánimo para ello. Lo siento, de verdad, además este capítulo no es nada entretenido, pero intentaré devolvéroslo.
Al menos deberíais votar por Luke con complejo de chino en la foto de multimedia.
Os quiere,
- Ali
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Just Stay ✧ Luke Hemmings || TERMINADA
FanfictionLas personas se enamoran poco a poco, dañándose a sí mismas sin darse cuenta. Y cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde como para evitarlo. El amor es inevitable, y por eso Abbie no pudo evitar enamorarse de él. ❝Sólo... Quédate.❞