Me encontraba tomando una Coca Cola con Ambar en un bar cerca de nuestra casa, nos habíamos sentado allí después de que terminasen las clases. Denisse y Cody no habían podido acompañarnos, así que fuimos nosotras solas.
- Ah, por cierto Ab, ¿quién es el chico rubio con el que has estado hablando en tu taquilla estos últimos días? - preguntó mientras nos levantábamos de la mesa del bar para irnos.
- Se llama Luke Hemmings. Pero yo le llamo rubiales. - sonreí ante la imagen de Luke sonriéndome con su piercing y Ambar frunció el ceño.
- ¿Es tu amigo? - preguntó, confusa.
- Algo así, se podría decir que más o menos sí.
- Nunca he oído hablar de él... ¿Es nuevo?
- Sí, pero aparte no es muy popular que se diga. - Para nada popular, era el chico más tímido y callado que conocía.
Ambar cambió de tema rápidamente cuando vio una tienda de zapatos detrás nuestra, por lo visto se emocionó con unos tacones que había en aquella tienda. Al final estuvimos toda la tarde de tiendas, y he de decir que me compré bastantes cosas. De hecho, pasamos por una tienda de discos, y me compré uno de All Time Low. Y me acordé de Luke.
Últimamente pensaba mucho en él. ¿Por qué?
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¡Al fin era viernes! Adoraba los viernes.
Me levanté de bastante buen humor, era el primer viernes del curso y eso significaba un poco de descanso y tranquilidad. Desayuné ligero y agarré mi mochila para salir al encuentro de Cody.
- ¡Buenos días prin...! - gritó Cody, con los brazos abiertos en cuanto me vio aparecer por la puerta.
- No. No no. - le interrumpí, y cambió su amplia sonrisa por una cara desencajada. - No me digas cursiladas, por Dios.
Reí y me pasó un brazo por los hombros, como siempre hacía.
- Menuda cara de celosón puso ayer Austin cuando te vio con tu nuevo amigo. - rió.
- ¿Verdad que sí? Fue muy gracioso. - reímos juntos.
- Se llama Luke, ¿no? - preguntó.
- Sí, ¿le conoces?
- Va a mi clase de matemáticas, es el único que me deja copiar sus ejercicios. Es un tío simpático. - sonreí y asentí. - ¿Es el clavo?
- ¿Qué? - pregunté, confusa. ¿De qué hablaba? ¿Qué clavo?
- Lo de un clavo saca a otro clavo y eso. - dijo con pesadez, como si yo supiera a qué se refería. Subí una ceja con confusión y resopló. - El clavo que llevas clavado es Austin, y solo se puede sacar con otro clavo, que me da la sensación de que es Luke.
- ¿¡Qué!? - pregunté, casi gritando. - ¿Luke? No, no. Sólo somos amigos.
Cody me dedicó una sonrisa pícara, que significaba un "no cuela" y me di por vencida, si no me creía, pues que no me creyese. Pero Luke y yo no teníamos nada parecido a lo que él se imaginaba. Y en ese momento me pasó un extraño pensamiento. ¿Yo sentía algo por Luke? Me sentí confusa, no sabía la respuesta. Pero no conocía lo suficiente a Luke, así que no podía pensar en nada más sobre él.
Levanté la cabeza y vi a Austin con la chica con peor fama del instituto. Me estaba mirando, con una sonrisa de victoria. Al ver que yo le estaba mirando, pasó el brazo por encima de sus hombros y se pusieron súper cerca. Aparté la mirada rápidamente, moviendo la cabeza con un movimiento brusco, no quería ver más. Cody me miró con confusión y le indiqué con la cabeza hacia donde estaba mirando segundos atrás. Entonces susurró "hijo de puta", me reí por lo bajo y me dio un beso en la frente. Seguidamente le di un fuerte abrazo. Seguía pérdidamente enamorada de Austin. Necesitaba urgentemente un clavo.
Me dirigí a las taquillas y saqué los libros que necesitaba, me giré buscando a Luke pero no estaba en su taquilla. Mientras cerraba la mía sentí que alguien me abrazaba por detrás, y olí la colonia que Austin siempre llevaba. Me intenté deshacer de su agarré pero él no cedía.
- Austin, déjame. - pedí.
- No. - dijo con voz de niño pequeño, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- ¿Por qué no te vas a abrazar a tu amiga de antes? - dije con frialdad.
- ¿Diana? - preguntó.
- Yo que sé. Sólo quiero que me dejes en paz.
- Diana y yo no somos nada. - me soltó y me dio la vuelta para mirarme fijamente a los ojos. Otro escalofrío recorrió mi cuerpo cuando sus ojos negros contactaron con los míos.
- Me da igual. - empecé a irme pero me siguió.
- Ab, para. - paré en seco y me giré, cabreada. - Te echo de menos, joder.
- Eso díselo a Diana.
Y con eso me di la vuelta ante el rostro desencajado de Austin y me alejé por el pasillo. La verdad es que me sentí genial, estaba devolviéndole lo que él me había hecho sufrir. Bueno, suena un poco a mala persona, pero Austin se lo merecía. O eso creo.
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En la hora de la comida me senté con mis amigos y esta vez, si que me comí mi hamburguesa y no la abandoné a la pobre. A lo lejos vi a Luke y me dieron unas ganas impresionantes de hablar con él.
- Chicos, ¿queréis conocer a Luke? - Cody y Ambar asintieron pero Denisse suspiró, echando la cabeza para atrás. - Seguro que te cae bien, venga Denisse.
Al final asintió aunque no muy convencida y nos levantamos con nuestras bandejas hacia la mesa solitaria de Luke.
- Hola, rubiales. - sonreí cálidamente y él subió la cabeza y sonrió, pero en cuanto vio a los demás se puso rojo como un tomate.
- Hola Luke, soy Cody, el pesado que te pide los ejercicios de Mates. - Cody siempre tan amigable y sociable. Se sentó a su lado y Luke sonrió tímidamente respondiendo al choque de puños de Cody.
- Yo soy Ambar, como el mineral. - Luke rió tímidamente y Ambar le sonrió. Al ver que Denisse se había sentado sin presentarse decidí hacerlo yo.
- Y ella es Denisse, no le gusta mucho la gente, pero tranquilo, que ya se acostumbrará. - sonreí junto a Luke y Denisse me miró con asco. Reí y empecé mi hamburguesa.
Estuvimos hablando de un montón de cosas y Luke no parecía estar incómodo, incluso Denisse acabó hablando con él. Sentaba muy bien haberle encontrado un grupo de amigos a Luke, se le veía feliz, y no sé por qué, si él estaba feliz, yo también lo estaba.
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¡LO SIENTO!
Siento haber tardado tanto en escribir, ya sabéis, vacaciones, y vuelta a clase. Pero aquí tenéis el capítulo, creo que el siguiente es bastante mejor y esperado.
Gracias por leer.
-Ali ❤
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Just Stay ✧ Luke Hemmings || TERMINADA
FanficLas personas se enamoran poco a poco, dañándose a sí mismas sin darse cuenta. Y cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde como para evitarlo. El amor es inevitable, y por eso Abbie no pudo evitar enamorarse de él. ❝Sólo... Quédate.❞