Capítulo 2 - Rubiales.

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Cody y yo caminábamos hacia casa, nuestras casas estaban bastante cerca, en la misma calle, he ahí una de las razones por las que somos inseparables.

- Qué poco apetecible es tener que volver mañana a clase... - dije, desganada. El instituto me cansaba bastante, no había nada interesante, solo mi grupo de amigos y... Austin. Sí, no lo supero, y debería superarlo ya. Cody pareció leerme la mente y respondió con un tema diferente.

- Me he fijado en tu cara cuando has visto a Austin... Supérarlo ya, joder. Todos sabemos que Austin es un capullo.

- Me encantaría saber qué narices le pasó para dejarme así de golpe.

Silencio.

- No te merece, Abbie. - Cody rompió el silencio repitiéndome lo que me decían él, Ambar y Denisse una y otra vez.

- ¿Cambiamos de tema? - pedí.

- ¿Has visto a la nueva profesora de inglés? Madre mía, qué buena está. - rodé los ojos y le di un golpe en el hombro. Cody siempre pensando en esas cosas. Bueno, era lo normal.

Me reí y me di cuenta de que ya estábamos frente a mi casa, me despedí de Cody y entré de mala gana a casa. Mis padres tenían el mismo trabajo y siempre estaban en viajes de trabajo, por lo tanto no estaba casi nunca en casa. Cogí una manzana y subí a mi habitación para quitar la frustración del primer día de clase, y esa frustración solo se quitaba escuchando música.

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Segundo día de clase.

Cansada de llevar siempre el pelo igual me hice algunos tirabuzones, me costó, pero creo que mereció la pena. Aunque, para qué arreglarme para el instituto si me daba igual quién me viese.

Y justo en ese momento recordé al extraño chico rubio. Sinceramente, era bastante atractivo, me extrañó que ninguna chica le acompañase, aunque ya dije que parecía bastante tímido. ¿Cómo sería su nombre? Me entró bastante curiosidad, aunque sólo le había visto unos segundos.

A todo esto, llegué al insti acompañada de Cody, como siempre. Ambar y Denisse se acercaron a nosotros y entramos juntos al edificio. Otra vez en las taquillas, miré a mi izquierda, para comprobar si estaba aquel chico rubio. Ahí estaba. Llevaba una camisa de cuadros azul, y debajo llevaba otra camiseta, seguí mirándole para averiguar de qué era ésta. Se giró y me descubrió, pero yo seguí mirándole, y bajé la vista a su camiseta, ¡era de All Time Low! Sonreí y me miró confuso, volví a mirar a su camiseta y él también la miró. Volvió a levantar la mirada hacia mí y sonrió tímidamente, enseñando sus perfectos dientes. Espera, ¿qué te pasa, Abbie? Decidí reaccionar y me acerqué a él, fijándome por primera vez en su piercing negro en su labio inferior.

- Es mi grupo favorito, ¿el tuyo también? - asintió tímidamente pero no habló. - ¿Eres mudo? - bromeé y soltó una pequeña risita para luego morder su piercing. Sentí un escalofrío.

- No, solo soy algo tímido, supongo que lo habrás notado... - sacó una de sus manos de sus pantalones negros ajustados y se rascó la nuca mientras volvía a morder su piercing. Con ese gesto pensé que estaba nervioso. Miró hacia el suelo, incómodo, supongo, ya que yo miraba fijamente a sus ojos azules, eran preciosos. Quería saber más sobre ese chico. Pero justo sonó la campana que indicaba el inicio de las clases.

- Bueno, rubiales, me tengo que ir, ya nos veremos en las taquillas. - levantó la mirada del suelo y volví a ver sus preciosos ojos. Sonreí y me sonrió, finalmente me alejé hacia mi clase sintiendo su mirada en mi.

Sonreí para mi misma, ¿en qué estaba pensando? Negué con la cabeza y entré en mi clase, sin dejar de pensar en esos ojos azules, y en su perfecta sonrisa.

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Al fin terminó la clase y llegó la hora del almuerzo.

Mientras cogía un par de trozos de pizza, busqué la mesa en la que se encontraban mis amigos. Cogí mi bandeja y me dirigí hacia ella.

- En serio, me he enamorado de la profesora de inglés. - habló Cody, con la boca llena. Me reí y empecé a comer mi pizza.

- Enamorarse es algo muy serio, Cody. No bromees con eso. - dijo Denisse, con un tono serio.

Asentí, dándole la razón a mi amiga, mientras pensaba en Austin, espera, ¿en el rubiales también? Eso parecía, también pensé en el rubiales.

Miré a mi alrededor, buscándole. Finalmente le encontré, estaba en una de las mesas pequeñas del fondo, solo. De repente una chica de pelo negro y ojos verdes acompañada de otras dos chicas más, se le acercaron. La chica de pelo negro empezó a hablar con él con una sonrisa en la cara, pero el rubiales tenía un rostro inexpresivo.

La chica de pelo negro terminó de hablar y esperó la respuesta del chico, que nunca llegó. Cansada de esperar, la chica puso los ojos en blanco y se alejó con las otras dos siguiéndola como perros.

Justo cuando las chicas se fueron, él dejó de mirarlas, y miró hacia mi dirección. Aparté la mirada rápidamente, no quería que me pillara cotilleando, y seguí comiendo mi pizza mientras pensaba en esa extraña escena. Rubiales había rechazado hablar con aquella chica, que era bastante guapa por cierto. Y me entró más curiosidad de saber sobre él.

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Al terminar las clases avisé a Cody de que iría a la biblioteca del insti, para hacer un trabajo de física y que no me esperase para ir a casa con él.

Me senté en uno de los ordenadores súper viejos de la biblioteca y empecé a hacer el aburrido trabajo. Levanté la mirada del ordenador y vi una cabeza rubia bastante familiar, la miré con curiosidad y se dio la vuelta dejándome ver los inconfundibles ojos azules. Pareció sorprenderse al verme y apartó la mirada para marcharse rápidamente, pero sin pensármelo siquiera, le frené.

- ¡Rubiales! - grité pero en susurro, recuerdo que estaba en una biblioteca y no iba a gritar como una loca. Se dio la vuelta y me miró confuso. - ¿Se te da bien física? - Me hizo un gesto de "más o menos" con la mano y sonreí. - ¿Me ayudas a hacer un trabajo?

Sonrió tímidamente y yo sonreí victoriosa. Asintió y se acercó lentamente hacia la silla que se encontraba a mi lado. Se sentó con inseguridad y no se acercó del todo a mi, dejando distancia entre nuestros cuerpos. Sí que era raro el chico, pero no sé por qué, me atraía.

- A ver, rubiales, tengo que hacer 2 folios sobre fisiones de átomos. - le conté mientras abría programas para empezar a escribir. Asintió y se acercó un poquito más a mi.

- No me llamo rubiales. - lo dijo sin apartar la mirada de la pantalla del ordenador, era bastante tímido.

Le miré y sonreí ampliamente, a mi lo de la timidez no me iba mucho. Finalmente me miró, y sonrió tímidamente, con algo de brillo en sus ojos. Y me volvió a entrar un escalofrío.

- Entonces, ¿Cómo te llamas? - pregunté, estaba deseando preguntárselo.

- Luke. Luke Hemmings. - sonreí, era un nombre precioso, como él. Nos quedamos en silencio, pero seguíamos mirándonos. Luke reaccionó y habló de nuevo. - Tú eres Abbie Turner, ¿verdad?

Esa última pregunta me sorprendió, Luke ni siquiera iba a ninguna de mis clases, era raro que supiese mi nombre. Debí de poner cara de asombro y miedo, porque volvió a hablar rápidamente.

- Oh, lo siento, no quería sonar raro. Sé tu nombre porque por los pasillos lo nombran algunas veces, en el grupito ese que son como los... ¿populares? - Austin pasó por mi mente. ¿Hablan de mí? ¿Mi nombre sale en sus conversaciones? Oh.

- Bueno, pues esa soy yo. - sonreí pero ya no era muy real mi sonrisa.

- Una vez fuiste de ese grupo, ¿verdad? - asentí tristemente recordando algunos momentos, pero cuando sentí la mirada preocupada de Luke sobre mi, le miré y sonreí cálidamente.

- Luke, ¿por qué eres tan tímido? - Luke cambió su expresión tranquila a una con dolor, y apartó sus ojos de los míos.

- Tengo que irme Abbie, lo siento por no haberte ayudado mucho con el trabajo. -  Y con eso, se fue. No me dio tiempo ni a despedirme de él, desapareció rápidamente por la puerta de la biblioteca, evitando claramente mi pregunta.

Just Stay ✧ Luke Hemmings || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora