Me quedé dormida llorando, y a la mañana siguiente me desperté con una cara horrible. Tenía unas ojeras enormes que se veían a kilómetros, los ojos los tenía más pequeños de lo normal y no conseguía dibujar una sonrisa en mi cara. Ni siquiera me quité el pijama y bajé las escaleras sin ánimo alguno. Fui a la cocina y cogí una taza para prepararme un rápido café, no tenía tampoco ganas de desayunar. Sí, no tenía ganas de absolutamente nada. Una vez preparado el café, me dirigí hacia el salón, para ver algún programa con el que entretenerme aquella mañana. Pegué un salto hacia atrás cuando vi a Luke tumbado en mi sofá, recordando la noche anterior. Volvió a mí el sentimiento de rechazo y confusión que me proporcionó aquel momento con Luke, en el que por poco me besa. Pero en cambio, acabó durmiendo en el sofá por no estar a mi lado.
Caminé hacia el sofá y dejé la taza sobre la mesa. Me puse frente al cuerpo de Luke y me centré en su rostro; Era perfecto. Sus hoyuelos seguían ligeramente marcados aún sin sonreír, tenía algunos granos a causa del acné, pero le hacían aún más real, a veces llegué a pensar si verdaderamente Luke era real. Era demasiado perfecto como para existir. Observé también su nariz, su pequeña y adorable nariz que siempre que sonreía se arrugaba causándome a mi otra sonrisa. Su piercing negro que brillaba con la luz del sol, y sus labios. Los labios que aún no había podido probar, y que probablemente nunca podría probar. Estuve 2 largos minutos mirándole con admiración, hasta que miré la hora y recordé que ese día había clase, era lunes, un horrible lunes. Agité un poco el cuerpo del chico que tan ensimismada me tenía y éste abrió los ojos, sonrió y se los frotó con cansancio. Después se desperezó y bostezó un par de veces, cogí mi taza de café y volví a mirarle. Tenía el pelo completamente despeinado, pero aún así seguía siendo perfecto. Creo que he dicho bastantes veces que Luke es perfecto, pero... ¿Cómo no decirlo si lo es?
- Buenos días. - dijo con la voz completamente ronca, y sonrió.
Simplemente sonreí, no me apetecía hablar con él después de lo que me hizo la noche anterior. Me sentía mal por no querer hablarle, por lo tanto tampoco quise ser antipática. Se levantó del sofá y se dirigió a la cocina mientras yo permanecía en el salón acabando mi café. Cuatro minutos después apareció con tres galletas y un colacao.
- Ahora voy a ir a casa, para cambiarme. - asentí, y se sentó a mi lado para empezar a desayunar. - No están mis padres, se han ido a trabajar, así que no les voy a ver. No sé que voy a hacer esta tarde cuando les vea.
Le miré y tenía sus ojos clavados en mí. Pude ver cómo estaban rojos, cansados y preocupados. Me fijé también en las ojeras que se hacían notar bajo sus ojos y en sus labios fruncidos. Los labios que la noche anterior no quisieron llegar a rozar los míos. Aparté la mirada rápidamente, acordándome de ese momento, y me centré en el programa de televisión de ese momento, aunque no conseguía prestarle atención estando Luke a mi lado.
- ¿No vas a hablar? - preguntó, y le miré.
Sólo sonreí, y eso le valió como respuesta, se levantó cuando terminó su desayuno y cuando volvió cogió su ropa que estaba seca encima de una silla. Se metió en el mismo baño que la última vez y salió un rato después con su ropa puesta y la de mi padre perfectamente doblada sobre sus manos. Se acercó y dejó ésta encima de mis piernas, rozando ligeramente su mano con una de ellas, y haciendo que la piel se me pusiera totalmente de gallina. ¿Cómo podía crearme tal sensación con un simple roce?
- Me voy ya, luego nos vemos en el instituto. - sonrió, y por un momento esa sonrisa tan suya, hizo que me olvidara de el odio que le tenía esa mañana a causa de lo que ocurrió horas antes.
Sonreí de vuelta, perdonándole lo que me había hecho, quizás podría pasárselo por alto, si no sentía lo mismo por mi no era su culpa. Acercó su mano a mi mejilla y me la acarició con cariño. Cariño de amigos, eso pensé. Y después se alejó hacia la puerta, y desapareció por ella tras despedirse de mí con la mano, y dejándome vacía cuando oí el sonido de la puerta al cerrarse. Otra vez se iba. De nuevo me dejaba.
Recogí mi taza de café y subí a mi habitación para cambiarme con lo primero que vi y arreglarme lo mínimo, para que no se me vieran las ojeras. Bajé rápidamente dándome cuenta de la hora y abrí la puerta, encontrándome a mi mejor amigo sonriéndome con su mejor sonrisa, que alegraba la mañana de cualquiera.
- ¿Qué me dices si te digo que mi clavo ha sacado al antiguo pero me hace el mismo daño, bueno, quizás menos? - pregunté, en cuanto me puse a su lado.
- Espera, espera, ¿ya tienes un clavo? Qué chica más rápida. - rió.
Le eché una mirada de las que matan y dejó de reír inmediatamente causándome a mi una pequeña sonrisa de diversión.
- Perdón. Cuéntame qué ha pasado anda. - y ahí estaba mi mejor amigo, siempre que lo necesitaba.
- Hizo el amago de besarme pero acabó apartándose. - agaché la cabeza, avergonzada.
- Uf, eso duele. - hizo una mueca de dolor y me encogí de hombros. - Cuando estuvo a punto de besarte fue porque no tiene claro del todo que siente algo por ti o porque algo le impide hacerlo.
Su teoría me pareció creíble, quizás sería por eso, o quizás no. Nadie podía saber qué pensaba aquel rubio misterioso. Le sonreí con tristeza dándole las gracias y pasó un brazo por mis hombros, dejándome apoyar la cabeza en su hombro, y me permití cerrar los ojos por unos segundos mientras caminaba, intentando relajarme un rato al lado de mi mayor apoyo. Abrí los ojos y ya estábamos casi en la entrada del instituto. Ambar y Denisse se encontraron con nosotros como cada mañana y nos dirigimos a la puerta. Cody se volvió a colocar a mi lado y se acercó a mi oído, para que los que estaban alrededor no escuchasen lo que me iba a decir.
- Por cierto, ¿quién es el nuevo clavo? - preguntó, susurrando.
Justo cuando iba a responder divisé a Luke a lo lejos, y me saludó con la mano mientras sonreía tímidamente. Le devolví el saludo y volví mi mirada a Cody, que parecía haber encontrado la respuesta a su pregunta sin haber tenido que escucharla salir de mi boca.
- Ah vale, ya entiendo. - dijo, y reímos. - Es muy buen chaval, no creo que hiciese eso con mala intención. Seguro que es una de las dos cosas que te he dicho.
Asentí y nos separamos todos para meternos en nuestras respectivas clases, no sin yo antes echarle una mirada fugaz al rubio que entraba a la clase de al lado.
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Sí lo sé, este capítulo no es nada entretenido, lo siento, pero os prometo que el próximo será un poco menos aburrido, o eso creo lmao.
Luke tiene 19 años :-( Pero es un bebé, no me lo neguéis.
Miles y miles de gracias por seguir leyendo y por comentarme y votar, lo aprecio muchísimo.
- Ali x
#SHESKINDAHOT
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Just Stay ✧ Luke Hemmings || TERMINADA
FanfictionLas personas se enamoran poco a poco, dañándose a sí mismas sin darse cuenta. Y cuando te das cuenta, ya es demasiado tarde como para evitarlo. El amor es inevitable, y por eso Abbie no pudo evitar enamorarse de él. ❝Sólo... Quédate.❞