Narra Megan.
El día ha llegado. Ha llegado el día de la fiesta bastante más rápido de lo que pensé. Supuestamente hoy todas mis dudas, se esfumarán. James se encargará de ello o, eso espero.
Miro la cama indecisa unos segundos. Yo voy a ponerme un vestido. Lo puedo repetir trescientas mil veces, que seguiré sin creérmelo. Aunque en estos momentos, agradecería muchísimo la ayuda de alguna amiga que me ayudara con el maquillaje y el peinado. Pero Soph ya no está y debo hacerme a la idea de ello.
- ¡Megan! ¿Puedo pasar? -Pregunta mi hermano detrás de la puerta y me río.
- ¡Claro! Pasa. -Digo y mi hermano asoma la cabeza por la puerta con una sonrisa... diferente.
- ¿Qué has roto? ¿Qué has hecho? ¿Por qué tienes esa sonrisa?
- ¡Que poca fe tienes en mí, hermanis! -Dice y me río.
- Es normal. Bueno, cuéntame. ¿Qué has hecho?
- He hecho algo sin tu consentimiento... aunque tampoco quiero que te enfades.
- No me enfadaré, lo prometo.
- He llamado a una amiga... -Dice bajando cada vez más el tono de voz y espero a que acabe la frase. -Para que te ayude a prepararte para el baile. ¡No te enfades!
- No me enfado... -Digo y pienso. -¿Es esa chica que cada vez que te llama te pones en plan chica en modo fangirl?
- ¡No me pongo en modo fangirl!
- Sí bueno... lo que tú digas. ¿Es ella?
- Sí. Bueno... ella está abajo. Es una buena chica, lo prometo.
- Que suba. -Le sonrío a mi hermano y cuando veo que va a salir lo vuelvo a llamar. -¿Cómo se llama?
- Se llama Maya.
- Es un nombre bonito y es del club de las M.
- Como tú. -Me sonríe.
- Como yo. -Le devuelvo la sonrisa y mi hermano sale de la habitación en busca de la tal Maya a la cual me presentará para que me ayude con mi maquillaje y peinado del baile.
Pobre chica, debe pensar que me quiero aprovechar de ella cuando yo ni siquiera sabía nada de esto.
Me siento en la cama junto al vestido y lo observo unos segundos más. Es bonito, tengo que reconocer que lo es, pero... no estoy convencida de que vaya a quedarme bien. Nunca he sido muy de usar vestidos, creo que no me quedará bien.
- Megan... -Dice mi hermano entrando de nuevo en la habitación. -Esta es Maya.
- ¡Hola Maya! -Le sonrío a la chica y la observo. Es preciosa. Tiene los ojos muy verdes y tiene el pelo rubio oscuro, casi castaño. Me gusta físicamente para mi hermano, ahora veamos su comportamiento.
- Hola Megan. -La chica me sonríe amablemente. -Tu hermano me ha hablado mucho de ti.
- Espero que hayan sido cosas buenas. -Digo y ambas reímos.
- Sí, todas han sido cosas buenas.
- Pues me alegra oír eso.
- Bueno, he llamado a Maya porque sabía que enloquecerías pensando en qué ponerte, cómo peinarte... y que cuando estuvieses completamente loca frente al espejo después de vestirte y peinarte, pasarías de maquillarte y todas esas cosas. He pensado que te serviría de ayuda.
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Serás mía.
RomanceMegan Mitchell, una chica de diecisiete años que solo quiere acabar su último año de instituto en paz. Suele estar enfadada con el mundo, pero también puede ser una de las personas más dulces que pueden existir. Tiene un pasado desconocido y poco a...