Capítulo 20.

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Narra Megan.


Al parecer es hora de ordenar todas mis ideas. El día de ayer fue ¿intenso? sí, creo que esa es la palabra que lo definiría correctamente. Supe cosas de mi pasado, qué pasó con mis padres, por qué yo vivo sola con mi hermano... la explicación de todo. No me derrumbé como pensó mi hermano que haría, sí fue algo difícil de asimilar, pero no puedo pensar en nada más que no sea lo agradecida que me siento con él por todo lo que ha hecho por mí. Ahora puedo verlo realmente.


También hablé con la mujer que nos ayudó cuando éramos pequeños, la dueña de la casa, joder, lloró al saber que yo ya sabía de ella y que quería conocerla. Bueno, volver a verla, solo que yo no la recuerdo.


Y lo más extraño de todo... Austin.


Recibí una llamada suya, en la que me felicitaba por mi cumpleaños y no pude contestar porque él ya había colgado. Y después... volvió a llamarme. Dijo algo que ya había escuchado antes, él me lo había dicho en aquella fiesta... él dice que seré suya. 


¿Se ha vuelto loco? Es decir, no puedo evitar ponerme nerviosa al pensar que él ha dicho eso, no, no es por miedo... joder, es que si le pasase a cualquiera con la persona que les gusta, pues es una reacción normal, ¿no?


Oh mierda, ¿acabo de reconocer que me gusta Austin?


¡Y lo he vuelto a decir!


Me estoy volviendo loca.


Tantas emociones de este tipo me tienen pensando cosas que jamás pensé que pensaría. No sé, esto es demasiado raro. Agradecería al cielo conocer a alguien que hubiese pasado al menos por una situación parecida a la mía, pero por desgracia, no conozco a ese alguien.


- ¿Te han dicho alguna vez que pensar tanto es malo? -Dice Dylan sentándose a mi lado en la cocina y sonrío.

- Al menos yo pienso. -Digo y se lleva una mano al pecho donde se sitúa el corazón.

- Eso ha dolido. -Dice y me río. -¿Estás nerviosa?

- Bueno... un poco, ¿debería estarlo?

- No, desde luego que no, es una gran mujer, ya lo verás.

- Ella lloró por teléfono. -Digo moviendo las piernas nerviosamente.

- Ella está emocionada. Es todo. Ella sabe que no había querido contarte nada por miedo a hacerte daño, es por eso que ver que yo ya te lo he contado y quieres saber de ella, la hace muy feliz.

- ¿Y si no le gusto? Quiero decir... Ella me vio de pequeña... he cambiado mucho desde entonces, ¿verdad? -Pregunto sintiéndome insegura de repente y mi hermano empieza a reírme. -Oh vamos Dylan, no me parece gracioso.

- Sí, has cambiado mucho desde que eras pequeña. Pero hay cosas que nunca cambian... -Me señala las piernas y veo que aún sigo moviéndolas con velocidad por los nervios. -Siempre te pones nerviosa cuando tienes planeado conocer a alguien. Y sin embargo, cuando las conoces así, de repente, reaccionas normal.

- ¡Es que cuando me pongo nerviosa, soy muy antipática! ¿Y si le caigo mal? -Mi hermano empieza a reírse otra vez y yo empiezo a enfadarme. -¡Que dejes de reírte!

Serás mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora