Serás mía.

Capítulo 16.

Narra Megan.

Mi hermano siempre me decía que debía estar segura de las cosas que quería hacer, antes de hacerlas. Porque si después algo no salía como estaba planeado, probablemente, no habría marcha atrás. Y que razón tenía. O será que soy yo, que me cuesta hacer las cosas bien desde un principio. Tengo que hacer que las cosas más simples e insignificantes, se vuelvan las más difíciles e importantes. Decisiones que marcarán algo en mi vida y probablemente, no se quita esa huella de ''esto ha pasado''.

Estoy siendo demasiado dramática, pero es que soy gilipollas.

- ¿Entonces de verdad que te parece bien? -Dice James con una sonrisa enorme y yo me remuevo incómoda en mi asiento.

- Sí...

Damas y caballeros, esta soy yo aceptando a ser su novia de verdad, es decir, no por una semana, ni dos... novia oficial.

¿Dónde está Dylan cuando lo necesito?

- Estoy muy feliz por tu decisión. Sé que será algo incómodo al principio, pero prometo intentar hacer esto del modo menos incómodo posible. -Dice y yo me quiero dar un golpe con una silla en la cabeza.

Él es demasiado bueno. Yo soy demasiado idiota.

- ¿Quieres que te invite a cenar algo? -Dice y yo niego con la cabeza.

- No, ya me has invitado a comer, no quiero abusar, además, había quedado con Dylan para cenar, lo siento. -Digo y él asiente con la cabeza.

- Lo entiendo, no te preocupes. -Me da una sonrisa de las que antes solían volverme completamente loca y casi me echo a llorar. Y digo ''casi'' porque soy una insensible de mierda que está jugando con los sentimientos de una de las pocas personas que ha aguantado mi actitud de mierda con todo el mundo y ha estado a mi lado siempre, aunque fuese un grano en el culo, siempre estaba.

Le doy una pequeña sonrisa forzada y mi móvil suena.

- ¿Quién es? -Pregunto.

- ¡Megan! ¿Qué haces hermanita? Estoy muy aburrido sin ti. -Dice Dylan y no puedo evitar sonreír con muchas ganas.

- Ya voy a casa, no te preocupes. -Digo y él suspira.

- Menos mal, pensaba que había preparado toda esta comida para nada.

- ¿Comida? -Digo y escucho a James reír.

- Sí hermanis, comida. Mucha comida, única y exclusivamente para mi hermanita preferida en el mundo.

- No tienes otra hermana, ¿qué planeas?

- ¿Yo? Nada. Que manía la tuya esa de desconfiar de todo el mundo.

- Dylan, cuando llegue a casa hablamos, te quiero. -Digo y sé que él está sonriendo.

- Yo también te quiero Megan, mucho.

Cuelgo y James se levanta de su asiento.

- Vámonos, nunca hay que hacer esperar a la comida. -Dice y me río.

Al fin y al cabo, las cosas no tienen que ser tan malas con James... supongo.