Serás mía.

Capítulo 28.

Narra Megan.

Estar con Austin es una experiencia... nueva. No llevamos saliendo ni tres días pero aún así el chico ha mostrado un lado que pensaba que no tenía. Su lado cliché a lo ''soy un novio romántico y detallista''.

Me ha regalado varias cajas de bombones de chocolate. He de reconocer que las cajas me las he quedado, ¡adoro el chocolate!

También intentó regalarme flores, pero no me gustan. Es decir, son bonitas, pero no me gusta tenerlas. Así que se conformó con que me quedase con solo una. Y ahora tengo una pequeña orquídea en mi habitación.

Sí, todo romántico mi chico.

Al menos no se ha puesto bajo mi balcón a recitarme un poema. Aunque bueno, no cantemos victoria aún.

- ¡Megan, teléfono! -Grita mi hermano desde la planta de abajo.

- ¡Voy! -Contesto.

Bajo las escaleras rápidamente y mi hermano me mira fijamente.

- ¿Quién es? -Le pregunto.

- Será mejor que lo averigües por ti misma.

- Está bien... -Digo poco convencida.

Me acerco al teléfono y lo cojo.

- ¿Quién es? -Pregunto.

- ¡Hola mejor amiga! -Dice la voz de Soph y abro los ojos sorprendida.

- ¿Soph?

- ¿Quién sino tonta? -Pregunta con diversión.

- Lo siento, pero es que me sorprende que me estés llamando y que encima me hayas llamado ''mejor amiga''. Algo raro, ¿no crees?

- ¿Me estás echando algo en cara? -Pregunta.

- ¿Debería hacerlo? -Pregunto con su mismo tono.

- No soy yo la que va por ahí robándole el chico a su mejor amiga.

Lo que me faltaba por oír.

- Te recuerdo que yo no intenté nada con Austin, es más, dejaste todo el misterio para el día después de la fiesta. ¡El problema lo tuve en la fiesta!

- ¿Qué problema?

- Ese es el problema Soph, has estado todo este tiempo pasando de mí porque has estado cegada por unos estúpidos celos. Yo no quise nada con Austin desde un principio, él se interesó en mí, pero... ¿y qué? Yo pasaba de él y me comportaba mal con él para que tú no te enfadases conmigo. ¿Ves la gravedad del asunto? ¡Yo trataba mal a una persona por ti! A una persona que no merecía ser tratada así.

- ¿Estáis juntos?

- Después de todo, ¿es todo lo que te dignas a preguntarme?

- No sé qué quieres que te diga.

- Sí, estamos juntos. Pero no desde ese día, estamos juntos desde hace casi tres días.

- ¿Solo?