Narra Megan.
- ¿Qué te pasa hermanis? Estás muy seria desde ayer. -Dylan se puso a mi lado asomado a la terraza.
- No lo sé. -Suspiré.
- ¿Mal de amores?
- No.
- ¿Algo que tenga que ver con el amor?
- Sí.
- Por lo menos he acertado algo.
- Ya... -Le sonreí.
- Bueno, pues cuéntame el problema y te ayudaré.
- Bueno, es que hay un chico, que me gusta desde hace mucho y me he enterado de que yo también le gusto a él desde hace mucho. Digamos que, se me podría presentar la oportunidad de salir con él, pero no sé... no lo veo...
- ¿Hay otro chico?
La pregunta de mi hermano no me sorprendió, sinceramente, le he estado dando vueltas a esa misma pregunta desde anoche, pero no, no hay otro chico. O al menos, esa sigue siendo mi teoría hasta ahora.
- No.
- Creo que hay otro chico pero aún tienes que descubrirlo. O simplemente, estás confundida porque hace mucho que ese chico te gusta y nunca te habías planteado estar en esta situación. Aunque, si quieres que te sea sincero, prefiero que no tengas novio todavía, eres muy pequeña.
- Tengo casi dieciocho años.
- Pues eso, lo que yo decía, pequeña.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por ser el mejor hermano del mundo. -Me sonrió y abrió sus brazos para que fuese a abrazarle, y así lo hice.
- Gracias a ti, por ser lo mejor que me ha pasado en la vida hermanis.
- Dylan... no voy a insistir más con el tema de nuestros padres y eso... no sé lo que es, pero si es difícil para ti, lo respeto, y esperaré hasta que estés preparado para contármelo.
- Megan, no es que no esté preparado. Es que no quiero verte mal por cosas así. Es que no sé cómo vas a reaccionar, tampoco sé como conseguir hacerte sentir mejor si esto te hace sentir mal. Tengo miedo a que lo pases mal por esto y yo no pueda hacer nada por evitarlo. -Le sonreí.
- Esperaré. Pero, ¿sabes algo ''hermanis''? -Rió al escucharme decir eso y me miró indicándome que siguiera hablando. -Que aunque sea la cosa más terrible de todo el mundo, y no sepas que hacer, que sepas que tu simple compañía, ya me haría sentir muchísimo mejor. -Me abracé más fuerte a él, como una niña de seis años asustada. Y mi hermano me correspondía ese abrazo para hacerme sentir mejor. Aunque creo que aquí ambos estamos haciéndonos sentir mejor el uno al otro. Y sonó el timbre. Ese timbre es un arruina momentos de hermanos.
- ¡Voy yo! -Dijo Dylan rompiendo el abrazo y corriendo hacia la puerta. ¿Y a este que mosca le ha picado?
Me asomé para ver quién había llamado a la puerta y allí estaba... Una chica guapísima. ¡Mi hermano tiene novia! Espera, espera... ¿Dylan tiene novia? ¡Dylan no puede tener novia!
- Hola. -Dije poniéndome al lado de mi hermano.
- ¡Hola! Tú debes de ser Megan, ¿verdad? -Y también majísima.
- Sí, soy yo... ¿Me conoces?
- Tu hermano habla mucho de ti. -Y me sonrió. Y vaya sonrisa. ¡Esta chica es perfecta! Que envidia.
- ¿Y tú eres...?
- Una amiga. Y tú ya te vas. -Dijo Dylan empujándome para salir de casa y la chica entró. -Lo siento hermanis, luego hablamos, no llegues hasta dentro de tres horas mínimo, te quiero. -Y me cerró la puerta en las narices. ¡Voy a matar a Dylan Mitchell!
Salí a la calle, ya que no me quedaba otra, y... a mi la mala suerte me persigue. Así que me choqué con un chico. También guapísimo. Pero justamente, alguien a quien no quería ver hasta dentro de un tiempo.
- Oh, James, lo siento, no te había visto.
- No importa, estaba buscándote.
- ¿A mi por qué? -Empecé a ponerme nerviosa, me sudaban las manos y me temblaban las piernas. Puaj, que asco.
- Quería decirte algo... -Se empezó a acercar más a mi, y aunque deseaba con todas mis fuerzas retroceder. Me quedé plantada allí, casi sin respirar.
- ¡Megan! ¿Cómo tú por aquí? -Y ya era lo que me faltaba por escuchar. Esa irritante voz... Irritante pero a la vez sexy... No, no... Irritante.
- Vivo aquí.
- Interesante dato. -Esa sonrisa, otra vez... quiero quitársela de la cara de un puñetazo.
- Lo siento amigo, pero ella está hablando conmigo... -Replicó James a mi espalda.
- ¡James! ¿Eres tú? -Preguntó el individuo de ojos azules aquí presente.
- Sí... No puede ser, ¿Austin?
- ¡Cuánto tiempo! -Y se abrazaron. Definitivamente, hoy no es mi día. Y tampoco quiero presenciar esto. Empecé a correr lejos de los dos chicos y pocos metros después los oí gritar.
- ¡Megan!
- ¡Me tengo que ir, adiós! -Y seguí corriendo mucho más rápido.
Aún no tenía ni idea de qué diría o que haría cuando llegase el momento de mi conversación con James. Cada vez que estaba con él, o simplemente me dirigía un ''Hola''. Ya sentía mil mariposas revoloteando en mi barriga. Pero es que esas mariposas han disminuido notablemente en muy poco tiempo. Y... ¿hay otro chico? Es que no lo sé. Aún sigo pensando en el chico de la fiesta, sé que alguien estuvo conmigo, lo sé perfectamente, y lo peor de todo es que tengo ligeras sospechas de que fue Austin. Austin sabe todo lo que me pasó en la fiesta, Austin estuvo consciente, Austin... Austin me besó. ¡No puede ser Austin, no quiero que sea él! Espero poder pensar con claridad pronto para poder hablar con James, Austin y Dylan... una conversación seria con cada uno de ellos, puede solucionarme el quebradero de cabeza que tengo ahora mismo, así que, ojalá funcione.
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Prometo subir más seguido a partir de ahora, o al menos, lo intentaré.
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Serás mía.
RomanceMegan Mitchell, una chica de diecisiete años que solo quiere acabar su último año de instituto en paz. Suele estar enfadada con el mundo, pero también puede ser una de las personas más dulces que pueden existir. Tiene un pasado desconocido y poco a...